° 1. Gracias Cooper, gracias gomitas y gracias profesora

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—Odio cuando me dices esas cosas —cruzo los brazos ante su comentario. Ashley ríe.

—Pero, ¿cómo quieres que vaya a hablar con Dustin? —pregunta incrédula, meneando su pies.

—Así —empiezo—: caminas hasta el salón, lo buscas y le dices: Hola, Dustin.

Le muestro mi pulgar en manera de que diciendo mi plan, el éxito está asegurado. De todos mis planes solo uno de tres han salido bien, pero éste saldrá más que perfecto.

—No es fácil —dice Ashley con algo de desánimo, cubriendo su rostro con sus manos. Acaricio su cabello en forma de consuelo.

Dustin Taylor, es el amor platónico de Ashley desde el año escolar pasado. Y como toda mejor amiga sabe lo que se siente que tu amiga este enamorada y te hable todo el día del chico; lloré o de repente le aparezcan corazoncitos a su alrededor. Cosas de personas enamoradas, estupideces.

Sí, a veces es un poco insoportable, pero la quiero y eso es lo que hacen las mejores amigas; apoyarse hasta en lo más ridículo o en lo que, en un tiempo, le dará vergüenza.

—Y hablando de charlas —cambia el tema. Es como Flash la muchacha—: Mira quién está llegando —señala la entrada de nuestro salón— Malcolm Simon's.

¿Recuerdas que dije que esas eran cosas de personas enamoradas? ¿Y que eran puras estupideces? Bueno, ahora yo ando así.

Lo siento, Dioses de las Azúcares, caí.

Malcolm “mi amor” Simon's, es eso... mi amor. Somos novios, pero él no lo sabe todavía. Lo de nosotros es un pacto de silencio entre mi mirada sobre él y su hermosa manera de estar de espalda cada vez que lo miro. Acomodo mechones de mi cabello detrás de mis hombros y me enderezo, carraspando y limpiando el polvo que el ambien dejó en mi uniforme.

—¿Por qué habrá llegado tarde? Ser lindo debe hacerte perder mucho tiempo para antes de salir —pregunto a nadie en específico. No sé en donde está Ashley y ni me importa, sólo me fijo en Malcolm. Me encojo de brazos para volver al tema principal; el amor de mi vida llegó tarde a clase—. Estamos en receso.

El amor de mi vida saluda a unos chicos que se encuentran en la puerta y entra a el salón. Me quedo como una pendeja mirando hacia los chicos que Malcolm había saludado.

—Anda a hablarle tú —Ashley me sugiere—. Haces como Bob Esponja: Ah, Caray, mi oportunidad. Así tienes más posibilidades de conquistarlo.

Me vuelvo hacia Ashley, ella me sonríe ampliamente y envidio sus perfectos dientes. La miro con el ceño fruncido por su intento de ánimo.

—¿Cómo lo veo después de dejarlo en solicitudes pendientes por casi un año? —mi mirada ceñuda es reemplazada por un gesto de vergüenza.

Así como lo has visto desde ese momento, Bianca, con ojos de enamorada.

—Ay, pero tú también —Ashley golpea mi brazo, no me sobo porque la vergüenza puede más—. ¿Cómo lo vas a dejar en solicitudes pendientes por casi un año? ¿No lo amas? —me reprocha con los ojos entrecerrados.

Ni yo sé por qué. A lo mejor los nervios de tener a tu crush en Facebook y/o Instagram me jugaron sucio. Aunque ya me sigue en Instagram y tampoco es que suba fotos muy a menudo.

Por Amor a las Gomitas © #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora