Se ríen. ¿Por qué se ríen? No es gracioso. Me duele.
-¿Por qué se ríen? -pregunto inocente, subiendo mi cabeza para mirarlos con el ceño fruncido.
-Lo siento, es que estábamos esperando este momento -replica Esther, calmando su risa.
No entiendo, ¿qué momento?
-¿Aceptaste que él te gusta? -pregunta, apoyando sus brazos del mostrador.
-No -¿Qué?-, no lo he aceptado porque no es así -respondo, un poco molesta y dudosa.
-Bien, ¿entonces por qué le dijiste cosas feas? -pregunta Erick.
Pruebo un poco de la paleta-gomita.
-Resulta que ayer, él me visitó y por cosas de la vida terminamos besandonos -explico, mientras como la paleta-gomita. Todos me miran atentos.
-No fueron cosas de la vida, ustedes querían -asegura Esther.
-Entre ustedes nada es cosa de la vida -comenta Erick, seguido de lo dicho por Esther.
No proceso nada en estos momentos y menos porque ellos me están confundiendo bastante. La vida me tiene harta con sus señales y cosas.
-Pero bueno, sigue -pide Mary.
Miro la paleta-gomita y me enderezo para seguir hablando.
-Entonces el chico que SÍ me gusta, nos vio -enfatizo el sí.
Todos asienten.
-Entonces cortó toda posibilidad de tener algo -explico tranquila, como si no me afectara en nada-, porque según Warren gusta de mí y yo de él, pero no es así -muerdo la paleta-gomita.
-¿Por qué no es así? -pregunta Esther.
-Pues porque no -contesto-. Entonces le eché en cara muchas cosas para desahogarme y ahora me siento mal -confieso, triste. Siento que mi vista se nubla de nuevo, pero me contengo.
Esther abre su boca para hablar, pero un chico sale de la puerta que está detrás de la barra y protesta.
-¿Quién se llevó mi paleta-gomita? -pregunta el chico.
-Cam, no es tuya, es de quien la necesite -replica Mary.
-Pero yo la necesito -señala el chico.
-¿Ah sí? -murmura Mary, con sus brazos cruzados.
-Sí, porque tú no me quieres -replica el chico, haciendo puchero.
Todos rieron un poco.
-Pensé que ya habías superado eso, Cam -menciona Mary.
-Nunca -contesta el chico, serio.
Todos rieron. El chico se acerca a la barra.
-Cameron -el chico me entiende su mano, y yo la mía, las estrechamos.
-Sí, sé muy bien quién eres -sonrío-. Soy Bianca.
-Bonito nombre -comenta con un sonrisa.
-Gracias.
Cameron se parece a Warren, quizás es por el color del cabello o la sonrisa o la forma de su cara... Quizás estoy pensando en él. Son muy simpáticos antes.
-Lo que iba a decir antes que Cameron llegara era: Esas son cosas que tiene que pasar -dice Esther-. ¿Cuántas veces yo no rechacé a Erick?
-Muchas veces -responden Mary, Joe, Cameron y Erick al unísono.
-¿Estamos hablando de los insultos de Esther a Erick? -pregunta Joe, acercándose a nosotros desde la misma puerta por donde salió Cameron. Limpia sus manos con con trapo.
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Por Amor a las Gomitas © #1
Teen Fiction¿El primer amor es el que te llamó la atención primero o el que te hizo sentir cosas primero? Dificil pregunta, ¿no? Y más cuando eres una adolescente de casi 16 años, que se la pasa llenando su cuerpo de azúcar. Bianca, 15 años, Géminis y fanática...