°16. ¿Por qué se Ríen?

98 27 5
                                    

Yo odio las gomitas ácidas...

Pero a él le gustan...

Dije que nunca las probaría...

Pero es lo que estoy haciendo...

Siempre pensé que compartir saliva con otra persona es asqueroso, antihigiénico y sus sinónimos, pero en realidad es algo tan... ¡agh! No sabría cómo explicarlo, pero es tan lindo. Se siente como que estuvieras flotando en las nubes, que bailas en gomitas, pero en mi caso son gomitas ácidas que poco a poco se endulzan.

Sus manos acarician mi cintura. Mi piel se eriza. Me dejo llevar y ya no es tan torpe, y cuando me equivoco, Warren se ríe y me explica como mejorarlo.

¿Estoy haciendo mal? ¿Estoy haciendo bien? Y Mentoogle no me ayuda.

Literalmente perdí el tiempo llevamos besándonos. Pero vuelvo al mundo cuando la puerta de mi cuarto se abre y la voz de Cleo suena.

—Bianca, que...

Warren y yo nos separamos rápidamente y volteamos hacia la puerta. Cleo está boquiabierta. De mi boca no sale cosas que no sean balbuceos.

—¡Yo sabía! —chilla emocionada—. Bianca, que bajes, hicieron postre —anuncia—. Ahora sigan en lo suyo, tórtolos.

Dicho eso, cierra la puerta.

¿Que sabía qué?

Con los pies en la tierra, miro a Warren. Sus mejillas están coloradas, imagino que las mías igual. Nuestros labios más rojizos y nuestras respiraciones pesadas.

Fueron muchas cosas las que sentí al besarlo, pero debe ser la sensación del primer beso.

—¿Qué tal? —inquiero, rompiendo el ambiente de silencio e incomodidad. Quito mi mano de su cabello.

Warren abre su boca para hablar, pero se arrepiente y en su lugar esboza una sonrisa.

—Perfecto para ser la primera vez —replica—, pero cuidado con los dientes, me mordiste —ríe.

—Está bien —río.

Miro sus ojitos azul diamante y aún no lo creo, son hermosos, su sonrisa es hermosa, sus labios son hermosos y sus besos... Pero lo hice para confirmar un sentimiento que sigue confuso.

¿Y si me gusta Warren? No, no puede ser, porque también me gusta Malcolm, no nos pueden gustar dos personas al mismo tiempo.

Warren suelta mi cintura y toma mis mejillas entre sus manos, mientras acaricia con sus pulgares. Muchos hilos de corriente atraviesan mi cuerpo.

—Bianchi, ¿puedo... —hace un pausa— ¿podemos bajar? —pregunta— Es que no quiero que te regañen ni que me regañen.

—Sí, sería mejor —asiento varias veces.

Warren suelta mis mejillas. Tomo un poco de aire para bajar el color de mis mejillas y así poder enfrentar a lo que sea que este allá abajo.

Diosito, que Cleo no haya dicho nada.

Llegamos a la prueba planta y pasamos la sala para ir hasta la cocina. Los nervios me atacan como tsunami al ver a mis padres, tía, primas y... ¿Francis? Oh, verdad que ya es parte de la familia.

Los ojos de mi padre escanean a Warren, como si fuera algún tipo de robot detectando una amenaza. Todo estaba en silencio hasta que Cleo abre su boca.

—Llegaron, tórtolos —dice ella, sonriente—. Ahora, Denisse puede dar la información.

Los ojos de todos dejaron de escanear a Warren y ahora caen en Francis y Denisse. Denisse toma aire luego lo expulsa lentamente para empezar a hablar.

—Bien, después de dos mese siendo novios por internet —inicia—, les presento a Francis, mi novio.

Por Amor a las Gomitas © #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora