Capitulo 11

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Narra Willy

-No espera Frank.- Dije aterrado haciendo que soltara el agarre que tenia sobre mi cara.

-No te muevas que voy lastimarte.- Rio tomando de nuevo mi oreja.

Era día de clases pero nosotros dos decidimos pegarnos un faltaso , así que Frank para pasar el rato se le ocurrió que podía perforarme el oído izquierdo , según él me quedaría muy bien , así que antes de ir a su casa pasamos por un tienda para comprar las cosas que necesitaba . Al llegar comenzó a limpiar mi  lóbulo con algodón , además de lavarse muy bien las manos y marcar donde iría la perforación , justo antes que pasara la aguja lo detuve.

-Acabo de arrepentirme, esto es una muy mala idea.- Puse mi mano sobre la de él y empuje un poco para que me soltara, lo logre, me aparte un poco acariciando mi lóbulo.

Nos sentamos en el sofá de la sala. La casa de Frank tenía dos plantas había venido varias veces antes, pero nunca la vi en detalles, sabía que vivía solo con su padre, suponía que su madre se había divorciado de él o que los había abandonado casi nunca habla sobre ella, cualquier sea la razón a pesar de vivir dos hombres solos está todo muy limpio y ordenado.

-Oh vamos.- Se quejo acercándose a mí, puso su boca en  mi oído y susurro.-Si haces esto, te recompensare bien, ya verás.- Paso su lengua por mi mano y parte de mi oreja.

Me levante de golpe.-¡Te dije que dejaras de hacer eso!- Chille. Últimamente Frank tenia la mala costumbre de ponerme incomodo, hacia cosas que no eran propia de un amigo como por ejemplo: me besaba cerca de la comisura de los labios, acercaba su mano al borde de mi pantalón e intentaba meterla dentro, o me proponía cosas subidas de tono, al principio pensé que era su forma de bromear pero pasado un tiempo dejo de ser divertido.

Comenzó a reír para unos momentos para hablar.-Que virgen eres Willy.- Se burlo. Siempre que  me enfadaba por alguna de sus bromas, me terminaba diciendo que era un virgen porque tenía vergüenza de su contacto físico, pero no es por eso, si no porque Frank es un tío.

-Si vas a seguir jodiendome la vida, mejor me voy.- Di un ultimátum, ya me estaba cansando de este jueguito suyo.

Me mostro las palmas de sus manos. -Ya. Te dejo tranquilo.- Dijo para después palmear el lugar del sofá donde yo estaba sentado antes.-Ven que todavía debemos terminar.- Me sonrió.

Lo mire desconfiado pero lo hice.-Pero hazlo rápido y como me duela, ya verás lo que te…- Me interrumpió.

-Bueno ya. Entendido, cariño.- Me guiño, rodé los ojos cuando lo hiso. Me acomode más cerca de él, coloco un corcho detrás de mi oreja y lo sostuvo, cuando vi que puso la aguja cerca de mi lóbulo para pasarla sobre la marca que hiso anteriormente, en ese momento apreté muy fuerte mis ojos, sintiendo un leve puntazo, deje mis ojos cerrados un minutos más hasta que sentí, el sonido de un clic y la voz de Frank.

-¡Listo ya esta!- Exclamo efusivo con una gran sonrisa.

-¿Ya?- Toque el arete. Habíamos elegido uno simple, de color negro y en forma de u , no quería que fuera demasiado vistoso, ni nada de eso , tire un poco , asegurándome que estuviera bien enganchado , lo acariciaba lentamente para no hacerme daño. Mire a Frank a los ojos.-¿Y?- Le pregunte.-¿Qué tal me queda?-

-Pues.- Sonrió pícaro.-Muy bien chaval.- Golpeo mi hombro.

-¿E-En ser-serio?- Le dije incrédulo, no creía que un pendiente pudiera cambiar tanto mi apariencia.

El club de los suicidasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora