Capitulo 2

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Narra Guillermo

-Carol. ¡Ya deja de saltar sobre tu hermano!- Regaño mi madre a mi hermana.

-Lo siento.-Dijo ella apenada. Sé volteo hacia mi.-Lo siento Guille ¿Te hice daño?-

Negué con la cabeza y le sonreí tiernamente.-No te preocupes estoy bien.-

-Bien.- Asintió, sentándose en la silla que estaba a un lado de la cama.

Me conto lo que sucedió esta semana en la casa, escuela y Tv, sinceramente esas cosas me importaban muy poco pero Carol estaba muy entusiasmada por verme. No sorprende después de todo ella vio mi cuerpo sumergido en la bañera, casi sin vida, si no hubiera sido por el hecho que mi padre las encontró unos minutos antes en la tienda, y regresaron juntos a la casa no se que habrían podido hacer ellas dos solas.

“TOC, TOC”

-Adelante.- Dije. Esto ayudara a callar un rato a Carol, habla demasiado, reí ante la observación en mi cabeza.

-Parece que estas de mejor humor.-Dijo cuando ingreso el doctor Doblas, esbozando una gran sonrisa.

-Buenos días señora Díaz.-Saludo a mi madre.-Hola Carol-Se acerco a mi hermana despeinando sus cabellos.

-Buenas días doctor.-Le respondieron ambas.

El doctor Doblas Rubén, es el psicólogo que estaba de guardia el día que ingrese al hospital, después de despertar me hiso varias preguntas de las razones de mi intento de suicidio, pero no respondí ninguna, solo alegue que fue un error, que estaba cansado y tome unas pastillas para dormir, luego me metí a la quise tomar un baño y me quede dormido, obviamente mis padres ni los médicos me creyeron pero no tenía  ganas de aburrirlos con mis patéticos problemas.

-Bien. Ya me avisaron que tienes el alta médica así que hoy a la tarde te puedes ir Guille.-Se acerco a decirme Doblas, ¿Guille? Este doctor se toma muchas confianzas conmigo, le fruncí el seño pero inmediatamente suavice mi expresión

 – Por fin gracias.-Dije con una sonrisa, pero me daba igual, prefería quedarme en el hospital que ir a clases.

-Sin embargo Guillermo, me gustaría que continuaras viéndome, una vez dada el alta.- ¿Qué? Debe estar bromeando.

Pero antes que pudiera decir algo mi madre nos interrumpió. -Claro. Guillermo vendrá a verlo.- Dijo mirando primero al psicólogo y después a mí.

-Si seguro.-Dije fingiendo una sonrisa, ni de broma vendría pasar mis tardes con este pesado. Ya pensaría la forma de zafarme de esta.

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Entramos a la casa, mi padre se pidió el libre en trabajo para poder ir a buscarme al hospital, toda la planta baja estaba decorada con estrellas y guirnaldas con un enorme cartel de “Bienvenido” en el comedor, seguramente fue Carol la que hiso todo eso.

-¿Y qué tal? ¿Te gusta?- Me pregunto ella, saliendo detrás mío con una amplia sonrisa poniéndose adelante con los brazos abiertos.

-Si es muy lindo. Gracias- Sonreí mostrando los dientes. Eso de fingir felicidad me salía muy bien ¿A quien se le ocurre hacer una fiesta de bienvenida para alguien que intento matarse? , seguramente intentaban hacerme sentir bien pero la verdad me molestaba.

El club de los suicidasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora