Capítulo 2

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Segundos antes de que entre el señor Pizarro, me bajo la capucha, apago el iPod y finjo estar leyendo el libro. Ni siquiera me molesto en levantar la vista cuando alguien dice:

—Chicos, este es Sett Cornell. Es nuevo en nuestro Continente, pero habla nuestro idioma y a partir de ahora estudiara aquí. Bien, Sett, puedes ocupar el sitio vacío que hay al fondo del aula, el que está al lado de Aphelios. Tendrás que compartir su libro hasta que tengas uno. Sett centra su mirada en mi. Lo sé sin necesidad de mirarlo. Me concentro en el libro mientras él avanza hacia mí, porque ya sé demasiadas cosas gracias a mis compañeros de clase. En lo que a mí concierne, un momento más de ignorancia es una auténtica bendición. 

Sin embargo, según los pensamientos más íntimos de Chloe Bourgeois, que está sentada justo dos filas por delante de mí, «Sett Cornell está como un tren» . Su mejor amiga, Sabrina, está totalmente de acuerdo. Y también el novio de Sabrina, Griffith, pero esa es otra historia muy diferente.

—Hola. —Sett se sienta en el sitio que hay junto al mío y mi mochila hace un ruido sordo cuando él la deja caer al suelo. Le devuelvo el saludo con un gesto de la cabeza. Me niego a mirar más allá de sus brillantes botas negras, que son más del tipo GQ que de los Ángeles del Infierno. Unas botas que parecen muy fuera de lugar entre las chanclas de colorines que suelen pisar la moqueta verde.

El señor Pizarro nos pide a todos que abramos nuestros libros por la página 133, así que Sett se inclina hacia mí antes de decir:

—¿Te importa que lo compartamos?

Yo vacilo, asustado por su proximidad, pero deslizo el libro hacia él hasta que se balancea al borde del pupitre. Y cuando él acerca la silla para acortar la pequeña distancia que nos separa, salgo pitando hacia la parte más alejada de mi asiento y me escondo bajo la capucha.

Él se ríe por lo bajo, pero, puesto que no lo estoy mirando, no tengo ni idea de por qué. Lo único que sé es que parece alegre y divertido, aunque también algo más. Me agacho aún más; apoyo la mejilla en la palma de la mano y clavo los ojos en el reloj, decidido a pasar por alto todas las miradas asesinas y los comentarios que me dedican mis compañeros. Cosas como: «Pobrecillo el nuevo ¡Tener que sentarse al lado del rarito, con lo bueno que está!» . La idea procede de Chloe, Sabrina, Griffith y de todos los demás presentes en la clase. Bueno, de todos salvo del señor Pizarro, que desea que termine la clase casi tanto como yo.

A la hora del almuerzo, todo el mundo habla ya de Sett.

«¿Has visto al nuevo, ese tal Sett? Está como un tren, es tan sexy» , «He oído que viene de Inglaterra» , «No, creo que es español» , «Da igual, de algún país extranjero» , «Estoy decidida a invitarlo al Winter Formal» ,«Pero si ni siquiera lo conoces todavía» , «No te preocupes, lo haré»

—¡Dios mío! ¿Has visto al chico nuevo, ese tal Sett?

Juvia se sienta a mi lado y me observa con atención a través de su largo flequillo. Sus manos se balacean con rapidez dando aire cerca de sus labios de color rosa oscuro.

—Ay, no me digas que tú también... —Sacudo la cabeza y le doy un mordisco a mi manzana.

—No dirías eso si hubieras tenido el privilegio de verlo —replica ella mientras saca la magdalena de vainilla de la caja de cartón rosado y lame el glaseado de la parte superior, siguiendo su rutina habitual. Sin embargo, por su aspecto, cualquiera diría que preferiría beber sangre a comer dulces.

—¿Estáis hablando del ''nuevo'', ehh? —susurra Yuuji, que se sienta en el banco y apoya los codos sobre la mesa. Sus ojos castaños se pasean entre nosotras y una sonrisa aparece en su rostro infantil—. ¡Está como un queso, eh!¿Habéis visto sus botas? Son tan Vogue que creo que voy a invitarlo a ser mi mejor amigo.

ETERNO (SettxAphelios)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora