Temporada 2 - Capitulo 8

63 13 3
                                    

La mañana siguiente, cuando me encuentro a Sett en el aparcamiento, todas mis preocupaciones desaparecen. Porque en el momento en que abre la puerta para ayudarme a salir del coche, noto lo saludable que parece y lo increíblemente guapo que es; y cuando lo miro a los ojos, todas las cosas extrañas que pensé ayer quedan atrás. Estamos más enamorados que nunca. En serio. Apenas puede mantener las manos alejadas de mí durante la clase de lengua. Se inclina constantemente sobre mi mesa y me susurra cosas al oído, para fastidio del señor Robins, de Chloe y de Sabrina. Y cuando bajamos al comedor, no para de acariciarme la mejilla y de mirarme a los ojos, solo deteniéndose para dar un trago de su bebida, para luego continuar donde lo había dejado y murmurarme palabras dulces al oído.

Por lo general, cuando actúa así lo hace en parte para demostrarme su amor y en parte para aplacar los ruidos y la energía circundantes: todas las visiones aleatorias, sonidos y colores que me bombardean sin cesar. Desde que rompí el escudo psíquico que creé hace unos cuantos meses, un escudo que mantenía todo a raya y me dejaba tan ajeno a esas cosas como antes de morir y adquirir poderes psíquicos, aún no he encontrado nada que lo reemplace y me permita canalizar las energías que quiero y bloquear las que no quiero. Y, puesto que Sett jamás ha tenido que lidiar con algo así, no sabe muy bien cómo enseñarme.

Sin embargo, ahora que ha vuelto de nuevo a mi vida, eso ya no parece tan urgente, ya que el sonido de su voz puede silenciar el mundo y el roce de su piel hace que mi cuerpo se estremezca. Y cuando lo miro a los ojos Bueno, digamos solo que me quedo abrumado por su cálido, maravilloso y magnético carisma, como si solo estuviéramos él y yo, como si todo lo demás hubiese dejado de existir. Sett es el escudo psíquico perfecto. Mi otra mitad. Y cuando no podemos estar juntos, las imágenes y los pensamientos telepáticos que me envía me producen el mismo efecto calmante.

No obstante, hoy todos esos dulces susurros no están destinados solo a protegerme se deben sobre todo a los planes que tenemos. A que ha alquilado una suite en el Montage Resort. Y a lo mucho que lleva deseando que llegue por fin esta noche.

—¿Te haces la más mínima idea de lo que es esperar algo durante cuatrocientos años? — murmura mientras mordisquea con los labios el lóbulo de mi oreja.

—¿Cuatrocientos? Creí que llevabas seiscientos vagando por el mundo —replico al tiempo que me aparto un poco para verle mejor la cara.

—Por desgracia, pasaron un par de siglos hasta que di contigo —susurra mientras desliza la boca desde mi cuello hasta mi orejad—. Dos siglos muy solitarios, debo añadir.

Trago saliva con fuerza. Porque sé que la «soledad» de la que habla no implica que estuviera «solo». Más bien lo contrario. Con todo, no le digo nada al respecto. De hecho, no pronuncio ni una palabra. Estoy decidido a dejar todo eso atrás, a olvidar mis inseguridades y a dar el siguiente paso. Tal y como prometí que haría.

Me niego a pensar en cómo pasó esos doscientos años sin mí. O en cómo pasó los siguientes cuatrocientos mientras se recuperaba del hecho de haberme perdido una y otra vez. Y tampoco voy a pensar siquiera en los seiscientos años que han pasado desde que comenzó a estudiar y practicar las las «artes amatorias». Y, desde luego, con toda seguridad, no voy a preocuparme por las hermosas, elegantes y experimentadas mujeres que ha conocido durante todos esos siglos. De ninguna manera.

Yo no.

Me niego incluso a pensarlo siquiera.

—¿Te paso a buscar a las seis? —pregunta al tiempo que recoge el flequillo de mi cara y lo coloca en mi oreja —. Podemos ir primero a cenar.

—Aunque en realidad ninguno de los dos comemos —le recuerdo.

—Ah, es verdad. Buena observación. —Sonríe mientras me suelta el pelo, que cae sobre mi frente y vuelve a su posición inicial nuevamente, y me coge por la cintura—. No obstante, estoy seguro de que podremos encontrar otra cosa en que ocupar nuestro tiempo, ¿no crees?

ETERNO (SettxAphelios)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora