Capítulo 24

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Al despertar, estoy tumbado en la cama y Masaki está inclinada sobre mí. Su rostro refleja el alivio que siente, aunque sus pensamientos son un mar de preocupaciones.

-Hola tesoro. -me dice con una sonrisa mientras sacude la cabeza-. Debes de haber pasado un fin de semana espectacular.

La miro con los ojos entornados antes de fijarme en el reloj. Y al ver la hora, me levanto de un salto de la cama.

-¿Te encuentras bien? -pregunta mientras me sigue los pasos.- Ya estabas dormido cuando llegué a casa anoche. No estarás enfermo, ¿verdad?

Me encamino hacia la ducha, sin saber muy bien qué responder. Porque aunque no me siento enfermo, no puedo creer que haya dormido hasta tan tarde.

-¿Hay algo que deba saber? ¿Algo que quieras decirme? -pregunta mi tía desde el otro lado de la puerta.

Cierro los ojos y rememoro el fin de semana; recuerdo la playa, a Power, que Sett se quedó a pasar la noche y me preparó la cena y el desayuno.

-No, no ha pasado nada. -contesto al final.

-Bueno, pues será mejor que te des prisa si quieres llegar al instituto a tiempo. ¿Seguro que te encuentras bien? Puedes quedarte en casa si lo necesitas.

-Sí, estoy bien. -respondo, intentando parecer convencido, tajante, tan seguro como se puede estar; pero, mientras abro el grifo de la ducha, me doy cuenta de que no sé si estoy mintiendo o no.

Yuuji se pasa hablando de Megumi todo el camino hasta el instituto. Me cuenta paso a paso y con todo lujo de detalles que le pidió salir a través de un mensaje de texto telefónico el sábado por la noche; intenta convencerme de que no puede importarle más, de que esta completamente loco por él, y su forma de expresarse demuestra que es cierto.

-¿Me estás escuchando? -Me mira con el ceño fruncido.

-Por supuesto que sí. -murmuro antes de detenerme en el semáforo que se encuentra a una manzana del instituto. Mi mente no deja de repasar lo ocurrido durante mi propio fin de semana, pero todo termina en el desayuno del domingo. Sin importar lo mucho que me esfuerce, no logro recordar nada después de eso.

-No me mientas, ¿eh? -Esboza una sonrisa burlona y mira por la ventanilla-. Si te aburro, solo tienes que decirlo. Por cierto, ¿Te he contado alguna vez aquella ocasión en la que él...?

-Yuuji, ¿has hablado con Juvia? -le pregunto mirándolo un instante antes de que el semáforo se ponga en verde.

El hace un gesto negativo.

-¿Y tú?

-Creo que no. -Piso el acelerador y me pregunto por qué el mero hecho de pronunciar el nombre de mi amiga me llena de pavor.

-¿No lo crees? -Abre los ojos de par en par y se remueve en el asiento.

-No desde el viernes.

Entro en el aparcamiento y mi corazón empieza a latir a toda velocidad cuando veo a Sett en el lugar de costumbre, esperándome apoyado contra el coche.

-Bueno, desde luego lo tuyo si que es como un cuento de «vivieron felices para siempre.» -dice Yuuji señalando con la cabeza a Sett, que rodea el coche para situarse a mi lado con una rosa roja en la mano.

-Buenos días. -Sonríe y me entrega la rosa antes de darme un beso en la mejilla.

Yo murmuro alguna incoherencia a modo de respuesta y me encamino hacia la verja. Suena el timbre y Yuuji sale corriendo hacia su clase; Sett coge mi mano y me conduce hacia la clase de Lengua.

-El señor Robins está de camino. -susurra. Me aprieta los dedos cuando pasamos al lado de Chloe, que me mira con el ceño fruncido y saca el pie para ponerme la zancadilla, aunque lo retira en el último momento-. Está dejando el alcohol para intentar recuperar a su mujer. -Sus labios se curvan contra mi oreja mientras yo acelero el paso para alejarme.

ETERNO (SettxAphelios)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora