Capitulo 10

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Al día siguiente, mientras me preparo para ir al instituto, cometo el error de pedirle ayuda a Alune para elegir una sudadera.

-¿Qué te parece? -Mantengo en alto una morada antes de sustituirla por una azul.

-Ponte la rosa otra vez -responde. Está sentada sobre la cómoda, con la cabeza inclinada a un lado mientras considera las opciones.

-No hay ninguna rosa. -Frunzo el ceño y deseo que hable en serio para variar, que deje de convertirlo todo en un juego-. Vamos, ayúdame un poco; el tiempo pasa rápido.

Ella se frota la barbilla y entorna los párpados.

-¿Dirías que es un azul cerúleo o un azul aciano?

-Se acabó. -Dejo la sudadera azul y empiezo a meterme la morada por la cabeza.

-Ponte la azul.

Me detengo con los ojos, la nariz y la boca al descubierto, aunque la barbilla ya está cubierta por el forro polar.

-Voy a sacarte los ojos, de verdad. -Clavo en ella una mirada asesina durante unos instantes y después dejo la sudadera morada para hacer lo que mi hermana me ha dicho. Cojo el perfume y me paro frente al espejo para aplicármelo. Justo en ese momento, ella dice:

-Vale, ¿Qué pasa aquí? Una crisis de sudadera, las palmas sudorosas, colonia ¿Qué está pasando?

-No me he puesto perfume -respondo, aunque me doy cuenta de que mi voz se asemeja bastante a un grito.

-No es por llevarte la contraria con detalles técnicos, Aphelios, pero el olor a colonia llega hasta aquí... y la Colonia, es perfume, y el perfume a su vez es un cosmético, que tú, mi querido hermano, acabas de ponérte por todo el cuerpo.

Dejo el perfume en el cajón y cojo el cacao de siempre, que deja una línea grasienta en mis labios.

-Hummm ¿Hola? ¡Sigo esperando una respuesta!

Aprieto los labios y me dirijo hacia la puerta para bajar las escaleras.

-Vale, lo haremos a tu modo, pero no creas que conseguirás impedirme que trate de adivinarlo. Solo es cuestión de tiempo. -dice Alune, que camina tras de mí.

-Haz lo que quieras -susurro mientras entro en el garaje.

-Bueno, sabemos que no es Yuuji, ya que desde luego tú no eres «su tipo», y sabemos que no es Juvia, ya que ella no es para nada «tu tipo», lo que me deja - Se cuela a través de la puerta cerrada del coche y se instala en el asiento delantero mientras intento no estremecerme por la impresión que me causa verlo-. Bueno, creo que tu círculo de amigos se reduce a esos dos, así que me rindo.

Abro la puerta del garaje y me subo al coche a la antigua usanza antes de arrancar el motor para acallar su voz.

-Sé que tramas algo -añade Alune, que alza la voz para hacerse oír por encima del ruido-. Porque, perdona que te lo diga, pero actúas igual que cuando te colaste por primera vez. ¿Recuerdas lo paranoico y lo nervioso que estabas? Te preguntabas si tú también le gustarías, y bla, bla, bla. Así que, vamos, dímelo. ¿Quién es la o el desafortunado? ¿Quién es tu próxima víctima?

Y en el instante en que dice eso aparece una imagen de Sett ante mí, tan guapo, tan sexy, tan increíble, tan real que me entran ganas de tender la mano para cogerla y quedármela. Pero en lugar de eso, me aclaro la garganta, pongo la marcha atrás y digo:

-Nadie. No me gusta nadie. Pero puedes estar segura de que ésta ha sido la última vez que te pido ayuda.

Para cuando llego a clase de Lengua, me siento nervioso, impaciente y me sudan las manos, tal y como Alune había señalado. Pero cuando veo a Sett hablando con Chloe, he de añadir la paranoia a esa larga lista.

ETERNO (SettxAphelios)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora