Temporada 2 - Capitulo 9

91 11 3
                                    

Como vamos a pasar la noche juntos, Sett no me acompaña a casa después del instituto. En lugar de eso, le doy un breve beso en el aparcamiento y después me subo al coche para ir al centro comercial.

Quiero comprarme algo especial para esta noche: algo bonito para la obra de Yuuji y mi gran cita (ambos somos las estrellas de nuestro propio debut particular). Sin embargo, cuando consulto el reloj y veo que no dispongo de tanto tiempo como creía, me pregunto si no debería haber aceptado la sugerencia de Sett de saltarnos las clases.

Atravieso el aparcamiento pensando si debería buscar a Juvia o no. No hemos salido mucho juntas desde lo de Raynare, y como después conoció a otra gente Bueno, aunque ellos no van a nuestro instituto, apenas se han separado desde entonces. Incluso han conseguido que Juvia abandone su adicción a los grupos de apoyo, ese ritual que llevaba a cabo después de clase y que consistía en investigar el sótano de una iglesia al azar y atiborrarse de ponche y galletitas mientras inventaba alguna historia sobre la adicción de ese día en particular.

Hasta ahora no me había importado demasiado no verla con tanta frecuencia como antes, ya que ella parece feliz. Da la impresión de haber encontrado por fin a alguien a quien no solo le gusta, sino que también es bueno para ella. Sin embargo, últimamente empiezo a echarla de menos, y creo que nos vendría muy bien pasar un rato juntas.

Localizo a Juvia junto a Gray, apoyada contra su deportivo rojo clásico. Observo cómo lo agarra del brazo y se echa a reír por algo que él ha dicho. La sobriedad de su aspecto (vaqueros negros ceñidos, jersey negro arrugado, camiseta sin mangas a lo Fall Out Boy, cabello despeinado y teñido de negro) queda suavizada por su aura rosada, cuyos extremos se expanden hasta rodearlos a ambos. No hay duda de que Gray siente lo mismo. Y, aunque estoy decidido a evitar que eso ocurra antes de que sea demasiado tarde, no he hecho más que empezar a avanzar hacia ellos cuando Gray echa un vistazo por encima del hombro y clava en mí una mirada tan penetrante, tan íntima, tan cargada de intenciones desconocidas que piso a fondo el pedal del acelerador y paso de largo a toda pastilla.

Porque, a pesar de que todos mis amigos lo consideran un tipo genial, a pesar de que la banda guay parece estar de acuerdo, a pesar de que a Sett no parece inquietarle lo más mínimo a mí no me cae bien.

Puede que mis sentimientos no se basen en nada más sustancial que un intenso aguijonazo en las entrañas cada vez que él está cerca, pero lo cierto es que el chico nuevo me pone los pelos de punta. Como hace calor, me dirijo al centro comercial de South Coast Plaza y no al Fashion Island, que es exterior, aunque estoy seguro de que los lugareños harían justo lo contrario.

Pero yo no soy un lugareño. Soy de Oregón. Lo que significa que estoy acostumbrado a que el clima preprimaveral sea mucho más preprimaveral. Ya sabes: grandes chaparrones, cielos nublados y mucho barro. Como la primavera de verdad. No este caluroso, extraño y antinatural híbrido de verano que intenta hacerse pasar por primavera. Y, por lo que he oído, se pondrá peor. Y eso me hace echar de menos aún más mi hogar.

Por lo general, hago lo posible por evitar lugares como este: un sitio plagado de luces, ruidos y energía generada por la gente que siempre consigue agotarme y ponerme de los nervios. Y sin Sett a mi lado como escudo psíquico, tengo que volver a recurrir al iPod.

Pero me niego a llevar puesta la capucha y las gafas de sol para bloquear los ruidos como solía hacer. Se acabó lo de parecer un bicho raro. En lugar de eso, concentro la mirada en lo que está justo delante de mí y bloqueo las visiones periféricas, tal y como Sett me ha enseñado.

Me coloco los auriculares en las orejas y subo el volumen para que la música me aísle de todo salvo de las espirales irisadas de las auras y de los pocos espíritus incorpóreos que flotan por el lugar (quienes, a pesar de que tengo la mirada clavada al frente, se colocan justo delante de mí). Y cuando entro en la sección del ropa interior con el objetivo de acercarme a la sección de ''atuendos atrevidos'', estoy tan absorto, tan concentrado en mi misión, que no veo que Chloe y Sabrina están justo a mi lado.

ETERNO (SettxAphelios)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora