Temporada 2 - Capitulo 11

52 7 1
                                    

Cuando llego a los camerinos, Yuuji está rodeado de su familia y amigos, todavía con el traje de la actuación puesto.

—¡Bravo! ¡Has estado increíble! —exclamo al tiempo que le entrego las flores. No le doy un abrazo, ya que no puedo arriesgarme a recibir ninguna carga adicional de energía; estoy tan nervioso que apenas puedo controlar la mía—. En serio, no tenía ni idea de que cantaras tan bien.

—Sí, sí que lo sabías. —Se aparta la peluca a un lado y hunde la nariz entre los pétalos —. Me has oído cantar en el karaoke un montón de veces.

—Pero no así. —Sonrío, pero hablo en serio. Lo cierto es que lo ha hecho tan bien que estoy decidido a volver a verlo otra noche, con menos nervios—. Bueno, ¿Dónde está Megumi? —pregunto, porque aunque ya sé la respuesta, quiero intentar alargar la conversación hasta que llegue Sett—. Seguro que a estas alturas debe estar orgullosísimo de ti.

Yuuji frunce el ceño y señala a su padre. Me encojo un poco y articulo con los labios: «Lo siento». Por un momento he olvidado que únicamente ha salido del armario para sus amigos, no para sus padres.

—No te preocupes, no pasa nada —susurra al tiempo que agita su mano en un gesto de ''no pasa nada'' y se pasa las manos por los mechones rosados de su pelo—. Hablando de príncipes azules

Me giro hacia la puerta, impaciente por ver a Sett. Mi corazón empieza a latir a marchas forzadas solo de pensar en él (un pensamiento espléndido y glorioso), y no me esfuerzo en disimular mi decepción cuando me doy cuenta de que Yuuji se refiere a Juvia y a Gray.

—¿Qué te parece? —pregunta mientras los señala con la cabeza—. ¿Crees que durarán mucho?

Veo que Gray rodea la cintura de Juvia con el brazo y la agarra con los dedos para acercarla más a él. Juvia solo piensa en Gray (imita su pose, la forma en que echa la cabeza hacia atrás. Cuando se ríe, su manera de enlazar las manos) y toda su energía flota hacia él como si nadie mas existiera. Y, aunque sus sentimientos parecen bastante unilaterales, por desgracia Gray es la clase de chico que estaría más que dispuesto a liarse con ella solo por darse el gusto.

Me giro hacia Yuuji y me obligo a hacer un gesto de indiferencia con los hombros, como si no me preocupara.

—Hay una fiesta para los actores en casa de Heather —dice Yuuji—. Todos iremos allí dentro de un rato. ¿Vais a venir?

Lo miro con expresión perpleja. Ni siquiera sé quién es esa chica.

—Es la que interpreta a Penny Pingleton.

Tampoco caigo en quién es el personaje, pero sé que es mejor no admitirlo, así que asiento con la cabeza como si la reconociera.

—¡No me digas que habéis estado tan ocupados con los besos que os habéis perdido la obra! —Sacude la cabeza de una manera que indica que solo bromea en parte.

—No seas ridículo, ¡la he visto entera! —Noto que me sonrojo, consciente de que él jamás se lo creerá, aunque más o menos es la verdad. Porque, aunque nos hemos comportado bien y no nos hemos pasado toda la obra besándonos, nuestras manos sí que se besaban (a juzgar por la forma en la que los dedos de Sett se entrelazaban con los míos) y nuestros pensamientos también estaban enrollados (con mensajes telepáticos). Porque aunque mis ojos no se han apartado del escenario en ningún momento, mi mente estaba en otra parte, en la habitación del Montage.

—¿Vais a venir o no? —pregunta Yuuji, que ya ha adivinado la respuesta y no está tan enfadado como pensaba—. ¿Dónde pensáis ir, entonces? ¿Qué puede ser más excitante que salir de fiesta con los protagonistas del espectáculo?

Lo miro y me siento tentado de contárselo, de compartir mi gran secreto con alguien en quien sé 0que puedo confiar. Pero cuando estoy casi decidido a soltárselo, Gray se acerca con Juvia.

—Vamos para allá. ¿Alguien necesita que lo lleve? El coche es un biplaza, pero hay sitio para uno más. —Gray me señala con la cabeza; su mirada resulta penetrante e indagadora, incluso cuando aparto la vista.

Yuuji niega con la cabeza.

—Yo voy con Megumi, y Aphelios tiene cosas mejores que hacer. Un plan ''supersecreto'' que se niega a contarme.

Gray sonríe. Las comisuras de sus labios se elevan mientras me recorre de arriba abajo con la mirada. Y, aunque desde un punto de vista técnico sus pensamientos pueden considerarse más halagadores que groseros, por el solo hecho de que vienen de él me ponen de los nervios.

Aparto la mirada y me giro hacia la puerta; Sett ya debería haber llegado. Y, justo cuando estoy a punto de enviarle un mensaje telepático para decirle que entre y se reúna conmigo, Gray me interrumpe diciendo:

—Debe de ser un secreto para Sett también, porque él ya se ha marchado.

Me doy la vuelta y lo miro a los ojos. Se me forma un nudo en el estómago y un escalofrío recorre mi piel.

—No se ha marchado —le digo sin intentar disimular el tono cortante de mi voz—. Solo ha ido a buscar el coche.

Gray se limita a encogerse de hombros. Su mirada está llena de compasión cuando replica:

—Lo que tú digas Pero me parece que deberías saber que hace un momento, cuando he salido a fumarme un cigarrillo, he visto a Sett abandonar el aparcamiento y marcharse a toda velocidad. Asi que, ¿estas seguro que no se ha ido Aphelios?

ETERNO (SettxAphelios)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora