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No me acuerdo... Quizás 👑

19 de septiembre de 1998...

~Narra Amber~

- ¡ME IMPORTA UNA MIERDA SU SITUACIÓN DIFÍCIL! ¡ESO NO QUITA QUE LO HAYAS BESADO! - Grita de vuelta, más alto que yo.

Al mismo tiempo, el coche va deteniéndose, y nuestros oídos antes ensordecidos por nuestra propia discusión, se llenan de gritos y aplausos del público dando a entender que llegamos al lugar. 

Me gustaría estar encantada por esta bienvenida tan cálida, con solo ver nuestro vehículo, pero no puedo, me paralizo.

Me confunden totalmente las palabras de William, las cuales aparentemente salen de la nada, y están basadas en nada, porque el hecho es que Alan y yo nunca nos hemos besado, definitivamente. No hago más que escanear cada recuerdo, sudando al ser incapaz de completar algunos, buscando qué momento pudo haber llevado a William a esta conclusión. Solo veo una clara respuesta, sus amigos le mintieron con esto también, lo cual no me sorprendería que hicieran en otro intento por villanizarnos. 

Me enfada tanto que William resultara ser tan crédulo de las cosas que le dicen, no lo esperaba cuando me casé con él, esperaba que creyera a su esposa principalmente. 

Uno de los asistentes viene a abrir la puerta del lado izquierdo, donde William se sienta, quien por cierto, me da la espalda, para que salgamos a saludar a toda la gente e iniciar con el compromiso.

- Por favor, necesito un momento - Dice bajito en modo de súplica antes de que abran la puerta por completo.

- Disculpe, no tenemos tiempo - Escucho en respuesta. 

Desesperada, sin saber cómo remediar esta situación, hablo acelerada, - William, no sé de qué hablas, no lo he besado, en serio - Digo tan sincera como puedo, pero hasta yo noto que mi tono desesperado no lo hace sonar real. 

- Cállate, y solo sonríe allá afuera, por favor - Se dirige a mí, sin mirarme. Me suena raro como primero me da una orden tan cortante e irritante como "cállate" y luego me pide que "por favor" sonría. 

El parece limpiar unas escasas lágrimas con el dorso de su mano, para finalmente abrir esa puerta por completo y salir a los flashes tan ruidosos y gritos de gente que nos ha extrañado desde nuestra última aparición pública. Mi foco no está en eso, está en cómo al parecer le hice llorar, y es entonces que me imagino lo mucho que debe haber llorado después de nuestra última discusión. No hago más que herir sus sentimientos. 

Literalmente tengo ganas de vomitar, me siento mareada y mi cabeza duele. La incertidumbre hace que me tiemblen las manos, el no saber qué está pensando William de mí exactamente en este momento, qué me dirá después del evento, o si siquiera me dirá algo. Desearía poder controlar sus pensamientos para borrarle tanta basura falsa que sus amigos le han metido en la cabeza. Me encuentro realmente desesperada, necesito calma, poder hablarlo con él, pero en cambio me veo expuesta a toda esta gente feliz, pero feliz en serio, y yo siguiendo la indicación de mi esposo de solo sonreír, hundida en falsedad. 

Las historias en los periódicos serán sobre lo bien que nos vemos, y lo adorable que es nuestra relación; tan jóvenes, tan enamorados. Pero ninguna de estas personas saben que William cree que yo besé a nuestro mejor amigo en común, o que llevamos días sin hablarnos, o que me enteré hace horas que la maldita belleza de Britney Spears irá a visitarlo a su internado. No saben nada, pero gracias a los periódicos creen que saben todo, ¿Acaso es eso lo que me sucedía a mí antes de casarme? 

Me enamoré de William por imágenes de estos mismos fotografos e historias en esas mismas revistas, y genuinamente creí que le conocía gracias a esa información, y por ello, que estaba lista para casarme con él, ¿Pero qué tal si había mucho más pasando tras las puertas cerradas? Infinidad de detalles de los que nunca escuché, al igual que estas personas aquí no saben prácticamente nada sobre nosotros. 

Princess  // Familia Real BritánicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora