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Mente en otro sitio 👑

15 de junio de 1999...

~Narra Amber~

Al despertar, me encuentro con mi brazo extendido fuera de la cama pero del otro lado no está Alan, él ya se ha levantado. Al notar eso, con los ojos entrecerrados por el cansancio, me giro para buscar el abrazo de mi esposo, pero no hay vista de él en el cuarto.

No tengo un reloj cerca, a pesar de eso, me queda claro que ya empezaron las clases del día. No sé de dónde sacaron la fuerza de voluntad para levantarse temprano el día de hoy, yo no tengo ninguna responsabilidad y me cuesta salir de la cama únicamente por las horas a las que nos dormimos ayer.

Ayer, que descansé tan tranquila sosteniendo la mano de Alan. Intento recordar exactamente cual fue la sensación, e intento reconstruir el momento con mi propio contacto, poniéndome en situación y fingiendo que es él quien me está tocando. 

Salgo de la cama para ir a buscar a los chicos, me doy una ducha rápida y me visto con la misma ropa que usaba anoche antes de salir. Los pasillos están vacíos, y piden a gritos un toque de color, algo que no sea tan neutro, algo que transmita energía a los estudiantes mientras los caminan temprano en la mañana. Supongo que los lugares viejos suelen tener esta apariencia, en algunas cosas se parece al palacio el cual es elegante, pero en un colegio me parece innecesario.

Bajo a la cafetería en primer lugar, pero está vacía, y es ahí que veo un reloj que me indica que son las 9:48 am, mucho más tarde de lo que últimamente acostumbro a despertarme. 

Sin mucho más que hacer, regreso al cuarto con la llave que Will me dejó sobre la mesita, y planeo esperar a que alguno de los chicos tenga un rato para venir a visitarme.

Para matar tiempo decido organizar el cuarto. Las cosas de estudio de William están colocadas sobre su escritorio como si él fuera el único que lo usa. Los cuadernos, lápices, libros, están acomodados con atención a la perfección. Una taza con bolígrafos de color dentro, un estante superior con varios anotadores, un cajón con resaltadores neón, todo tan cuidadosamente colocado que solamente me permito pasar un poco de papel higiénico por la superficie para quitar el polvo. Siento que no hay mucho trabajo aquí, sus prendas casuales y las del uniforme están perfectamente planchadas y guardadas en el armario y la cómoda. Incluso su mesita de noche está organizada, el cajón vacío y en la superficie una lampara junto a una novela. Escuché alguna vez que el orden que mantienes en tu espacio es un reflejo de tu mente, así que supongo que William tiene los pensamientos muy ordenados últimamente, se nota en sus zapatillas, en su mayoría Reebok y Adidas, que están completamente limpias y alineadas en el suelo del armario, junto a sus zapatos formales que tienen apariencia de nunca haber sido usados. 

Por el contrario, la otra mitad del cuarto es un desastre que creo que los dos habitantes de este dormitorio prefieren ignorar. La cama está más desecha que la de mi esposo a pesar de que yo estuve durmiendo en ella hasta hace un momento, así que es por ahí donde decido comenzar. Abro la ventana para ventilar el ambiente y sacudo las sábanas imaginándome que soy Cenicienta, luego hago la cama. Continúo con la mesita de noche, retiro el papel higiénico arrugado que ha dejado ahí y lo tiro en la basura del baño, limpio la superficie con más papel y un poco de agua, guardo el cd walkman escondido bajo todo eso en el cajón que está desordenado por si solo pero no me preocupo ya que no está a la vista. 

Recojo de a uno los pares de zapatillas desparramados por el cuarto, y los dejo junto a su cama ya que no veo otro lugar pero al menos ahora podrá encontrarlas sin buscarlas bajo esta. Entonces el sonido de alguien tocando la puerta me interrumpe. Asumo que es uno de los chicos.

Princess  // Familia Real BritánicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora