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Suddenly friends 👑

22 de abril de 1998...

~Narra Amber~

Me siento completamente frustrada cuando Alan sale de la oficina. Ahora será imposible arreglar esto. Siento presión, como si William estuviera esperando algo de mí, pero él en realidad ni siquiera sabe dónde estoy ahora.

- Lo siento mucho, Amber, pero... - Empieza a decir no muy contento, como si no quisiera lastimarme.

- ¡Por favor! - Exclamo sintiendo mis ojos llorosos y mis mejillas sonrojarse. Debería intentar contener el llanto enfrente de extraños, pero la situación puede conmigo. No pienso permitir que William sufra por esto, eso no.

- Pero todo lo que escucho de ese chico es negativo, no voy a dejar que William se vaya por dejarlo a él -

- Pero - Ahora lloro como bebé, intento controlarlo pero es muy difícil. - Will va a estar muy triste - Me siento inútil diciendo eso, sé que a los demás les parece insignificante, pero la presión en el pecho que siento de solo pensarlo es asfixiante, y me molesta mucho no poder explicarlo bien.

- Quizás esté triste unos días, pero estará más protegido -

Niego casi sin poder hablar. Cubro mi rostro con mis manos, intentando consolarme a mí misma.

- Por favor, no llores, no pasa nada, es lo mejor - Me da un pañuelo que saca de uno de los cajones.

- ¿No pueden hacer otra cosa que no sea expulsarlo? Como ponerlo a limpiar la cafetería, darle tarea extra, prohibirle los deportes, no sé, alguna otra cosa - Hablo un poco más tranquila.

- Mira, tú relájate, eres muy joven para estar llorando así. Hablaré con la familia real y con el resto de autoridades del colegio y tomaremos la mejor decisión. Yo les diré sobre tu punto de vista, se tomará en cuenta lo que piensas - Dice seguro pero mirándome con ojos de padre preocupado. Solo asiento sin poder respirar regularmente. - Bueno, no sé si quieres algo más o ahora te vas, pero cuando salgas, giras a la izquierda y en algunos metros te encontrarás unos baños. De hombres, claro, aquí no hay baños de mujeres. Pero está lejos de las clases, a esta hora debería estar vacío. Ahí puedes lavarte la cara si quieres -

Me pongo de pie e intento calmarme.

- Muchas gracias - Me despido con extrema timidez. Este hombre debe odiarme luego del espectáculo que acabo de armar aquí. Me levanto de la silla y él también, para entonces pasar a darme un corto pero reconfortante abrazo, sobando un poco mi espalda.

- Tranquila, lo que sea que se decida será lo mejor para William -

Dejo mi llanto atrás. Vine aquí y él ahora pondrá en consideración la opción de dejar a ambos en el colegio. Esto es lo máximo que puedo hacer. Por más que lo convenza a él, no todo está en sus manos.

En realidad estoy muy agradecida, podría haberme tratado mal, o gritado, o no haber escuchado desde un principio. Pero se portó genial, y entiende lo que le estoy pidiendo.

Me retiro del lugar, ignorando a la secretaria y saliendo rápidamente con el rostro bastante cubierto.

En el banquito justo al lado de la puerta de la oficina, me encuentro a Alan. Yo me descubro la cara y él se pone de pie junto a mí, haciendo muy notoria la diferencia de altura.

Su cabello está algo despeinado, pero no se ve desprolijo. Lleva sus lentes de marco negro, y el uniforme, que es un camisa blanca, que en este caso lleva las mangas remangadas casi hasta los codos, y pantalón negro con prácticamente imperceptibles rayitas blancas verticales, y una corbata de colores azul oscuro y negro.

Princess  // Familia Real BritánicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora