Nacido en un mundo sin esperanza para los omegas, Jungkook ha escapado toda su vida del cruel destino de morir. Sin saber que en su cuerpo carga con la marca de la Diosa Luna y su otra mitad, Kim Taehyung, es su enemigo.
● Géneros: Romance, Fantasí...
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"¿Por qué he nacido con estas cadenas invisibles que rodean mis muñecas?"
Jimin
Entrar a Corte Verano fue un completo espectáculo. Pasar por el pueblo repleto de artesanos, artistas, vendedores y muestras de todo tipo de cosas para el Solsticio. Las calles impecables y decoradas, llenas de comida, frutos, dulces, carnes y especias; reflejando y celebrando el símbolo de su corte: la abundancia.
No había otra cosa que amara más que Verano, no tanto por el lugar, era más por la libertad que tenía de salir sin que mis padres estuvieran vigilando cada mínimo movimiento. Desde pequeño no había salido de estas dos cortes, a excepción de Corte Lunar en el momento de mi presentación. Era frustrante no poder escapar, así que por lo menos Verano era a lo que más podía aspirar. Por ahora.
El castillo rodeado de árboles y prado verde se alzaba imponente ante nosotros. Era imposible no verlo, como un león erguido lleno de orgullo.
En la entrada del palacio, Rosé y yo nos bajamos del carruaje, acompañados de nuestros guardias de Primavera. Mientras que los pasillos de nuestra corte eran de un color rosa, decorado con flores y enredaderas, Verano resplandecía con sus columnas talladas en oro y arcos altos decorados con esculturas.
—Bienvenidos a Corte Verano —la voz de Lucy, la líder de los sirvientes, nos hizo una reverencia—. Les enseñaré sus instalaciones.
Atravesamos por los innumerables pasillos hasta llegar al ala de invitados. Las habitaciones eran igual de grandes que las de Primavera y las mismas que ocupábamos cada vez que veníamos a visitar a nuestra corte hermana.
—En quince minutos los espera la familia real Lee en el comedor. Por favor, lleguen puntuales —fue lo último que dijo antes de retirarse y dejarnos solos.
Me tiré en la gran cama disfrutando de la suavidad de las telas que la adornaban. Me sentía mucho mejor que hace unos días torturándome con el pensamiento del compromiso. Me encargaría de disfrutar el Solsticio y no preocuparme, luego llevaría a cabo mi plan.
Volteé mi cuerpo para ver cómo mi hermana organizaba su cabello en una trenza que iba desde su oreja derecha y desembocaba en el lado izquierdo de su cuerpo. Era hermosa, con su piel de porcelana, cabello rubio y ojos verdes. Muchos decían que nos parecíamos demasiado, como si fuéramos la misma versión, pero con distinto género.
—¿Te estás arreglando para Namjoon? —pregunté mirando hacia el techo.
—Jimin, deja de decir estupideces.
Solté una risa incorporándome.
—O sea que es un sí.
Volvió a su peinado en silencio y supe que debía dejar el tema ahí. No podía entender qué le veía a Namjoon, solo era un alfa, igual que todos los demás. Y ninguno de ellos valía la pena.
