Capítulo 34

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"Mis ojos están fijos en el firmamento y en la promesa de lo que podría haber más allá"

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"Mis ojos están fijos en el firmamento y en la promesa de lo que podría haber más allá".




Jungkook

Tal vez estábamos cavando nuestra propia tumba.

Los días después de llegar de mi segunda prueba, de lo único que hablábamos era de cómo escapar de aquí. Comenzando con ideas pequeñas que iban formando poco a poco un castillo de cartas que se derrumbaba fácilmente ante cualquier obstáculo.

Y aunque contra todo pronóstico, pude pasar las dos primeras pruebas, ellos nunca mencionaron nada sobre la tercera. Cuando lo único que pronuncié al llegar fue: "Tenemos que escapar de aquí", eso pareció ser suficiente para que ellos creyeran que yo no iba a ser capaz. Incluso aunque ese pensamiento fuera recurrente en las anteriores veces.

Era triste pensar que solo contaba con mi débil confianza y con la desconocida voz que resonaba en mi mente.

Durante cada hora, cada minuto y segundo, nuestras mentes pensaron y pensaron en planes que terminaban en más desesperación por no hallar solución. Se nos acababan las ideas y con ellas, iba quedando ese sin sabor de desesperanza.

Fueron avanzando los días, el silencio se apoderó de nuestras bocas y cuando menos lo pensamos, ya estábamos escuchando a las afueras del lugar los pasos de los soldados, señal de que venían a llevarme a la tercera prueba. Pero fue una sorpresa encontrarnos con que esta vez eran ocho soldados los que habían ingresado con sus armas atadas a su cadera, sus cuerpos envueltos en ropa negra y sus oscuros ojos, que incluso con la poca luz que había en el lugar, seguían emanando ese terror que los caracterizaba.

Cada uno de ellos abrió las puertas de las celdas que nos mantenían cautivos. Instintivamente miré a Hobi quien me devolvió la misma mirada de confusión que yo debía lucir en mi rostro. Nos llevaron por los oscuros pasillos, repitiéndose casi la misma escena que cuando llegamos aquí; sin entender qué estaba pasando, pero teniendo la certeza que no sería nada bueno.

A medida que nos íbamos acercando al castillo negro que se alzaba en medio de todo, se nos fueron uniendo por el camino más soldados que continuamente nos lanzaban miradas amenazantes, como si nos estuvieran advirtiendo que no hiciéramos nada estúpido. Aunque ninguno de nosotros tuviera la fuerza para intentarlo.

Era extraño, porque cuanto más tiempo pasábamos encerrados en esta montaña, parecía que nuestro espíritu se iba lentamente entregando a ella. Como si nos estuviera robando toda nuestra energía vital.

Percibí la mirada de uno de los soldados que mantenía apresado mi brazo izquierdo. Al contrario de las miradas amenazantes que los otros soldados nos dedicaban, esta se sentía diferente. No abandonaba mi rostro y sus ojos no reflejaban terror. Reflejaban una advertencia. Como si intentara decirme algo a través de ellos.

La Corte Oscura | Taekook & YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora