Capítulo 46

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Cada uno de los mensajes que me escribieron, me ayudaron a sobrellevar todo este tiempo que pasé sin escribir. <3 Gracias.

"Drena todo mi dolor hasta que solo quede el vestigio de mi felicidad"

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"Drena todo mi dolor hasta que solo quede el vestigio de mi felicidad"



Jungkook

Cada corte tenía su especialidad a la hora de luchar. Yo, como hijo de Otoño, fui entrenado por el general de su ejército en aquel tiempo y el estilo de combate se basaba en la fuerza y la estabilidad de nuestras extremidades.

Corte Oscura, como supuse días antes de entrenar con Soyeon, Jihyo y Karina, debía tener un estilo de combate diferente.

Pero nunca me esperé aquello.

Eran rápidas y aunque sus golpes no se centraran en llegar con fuerza, sí desestabilizaban mi voluntad al ver que mis ataques pocas veces las alcanzaron.

Después de dos horas empecé a notar ciertos patrones en cada una de ellas; Soyeon era feroz y siempre atacaba con todo lo que tenía: agilidad y puntería eran sus fuertes. Karina era sigilosa y aunque sus ataques no fueran fuertes, era lo bastante rápida para no dejar que nadie la alcanzara. Y Jihyo... ella era la más letal de las tres. Su ritmo de lucha se asemejaba al de Taehyung. No solo era los certeros ataques o su rapidez, era su inteligencia al ver todos mis movimientos antes de ejecutarlos. Mientras que yo analizaba las debilidades de mis enemigos, ella veía a través de su mente para intuir sus próximos movimientos.

Era irreal.

—Lo hiciste increíble —habló Soyeon con voz agitada, secándose el sudor de la frente y extendiendo mi mano para levantarme del suelo por la derrota reciente.

—¿Increíble? Fueron más los momentos que estuve en el suelo que los que pude atacar —mascullé con molestia, aceptando su ayuda para incorporarme.

—¿Crees que es algo fácil atacarnos? —preguntó Jihyo, acercándose con una sonrisa y posando las manos en su cintura—. Que pudieras contratacar, por poco que fuera, lo hace increíble.

—Y solo el primer día —añadió Karina en voz baja, manteniéndose seria mientras terminaba de meter todas las dagas en el arnés que rodeaba su torso.

Las tres alfas me miraron con el orgullo cruzando por sus negros ojos y no me sentí tan mal como hace un momento. Agradecía poder volver a entrenar, pero notaba que había perdido habilidad. Sumándole a eso, mi débil y demacrado cuerpo. Debía por lo menos agradecer que pudiera mantenerme de pie.

Caminamos al interior del castillo y mientras la adrenalina bajaba, la pesadez y el cansancio se hacían presentes. Subimos las escaleras hasta la última planta del castillo para dirigirnos a mi habitación y una pregunta me hormigueó en la boca.

La Corte Oscura | Taekook & YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora