Una Nueva Cita.

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Hola, como les había dicho he tenido unas semanas horribles de trabajo y cosas personales, en fin espero que pronto se estabilice esto y pueda seguir escribiendo, mil gracias por todo.


Ambos soltaron una carcajada, sin duda estar en ese lugar la hacía sentir completa, feliz y plena, tras terminar guardo sus cosas para dirigirse a su casa, estaba nerviosa cuando pensó en que vería a Karlie de nuevo y sus piernas temblaron.
Por su parte Karlie había preparado una cena deliciosa, estaba de buen humor y Maddie estaba feliz contagiada por el humor de su mamá.

— ¿Cenaras con nosotras? — La observó Maddie.
— Si mami llega pronto y no le molesta, claro, de otra forma cenaremos tú y yo solas.
— ¿De nuevo? — Expresó decepcionada.
— Vamos nena, no te sientas mal, mami está trabajando duro para poder ganar lo suficiente y poder tener una vida estable.
— ¿Tú no vas a trabajar? — La observó.
— Si lo haré Maddie — Sonrió.
— Pero no vas a irte de nuevo ¿verdad?
— Maddie...

La puerta se abrió, lo cual le hizo sentirse aliviada, no quería mentirle a su hija, pero realmente no sabía si se iría o no, realmente esos trabajos era lo que le llenaba, le hacía sentir que hacía algo por la vida de los animales, Maddie corrió hacia su madre que sonrió y la tomó en brazos.

— Mami dile que no, pídele que se quede — Pidió Maddie.
— ¿Qué pasa amor?
— No quiero que se vaya, dile que no, pídele que no.
— Maddie cariño...
— ¡No te vayas mamá! — Lloró.

Maddie se removió en brazos de Taylor pidiendo bajarla y así lo hizo, volvió a correr hacia Karlie que la puso a su altura con una sonrisa tierna, ante la mirada de la rubia que estaba preocupada por su hija.

— Maddie mi amor — Le tomó las manos — Acabo de llegar, aún estoy viendo que trabajo puedo conseguir aquí y tú ya me estás corriendo — Sonrió.
— ¿No te vas a ir? — La miró.
— Aún no, ni si quiera me han ofrecido algo para considerar irme, y aunque lo hiciera podrías ir a visitarme las vacaciones ¿no mamá? — Observó a Taylor.
— Lo hablaremos, y si, puede ser.
— ¿Ves? Así que por favor cálmate, lávate las manos y ven a cenar.
— Bien — Corrió a lavarse.
— Gracias por hacer la cena, no tienes que molestarte — Exclamó Taylor sin verla.
— Lo hago con gusto, no te preocupes.
— Te lo agradezco mucho.
— Taylor lo de hace rato...
— ¡Listo! ¿Si te vas a quedar? — Entró Maddie.
— Claro.
— Me lavo y sirvo la cena.

Taylor salió casi que corriendo del radar de Karlie, no quería estar a solas con ella después de la mañana, sirvió la cena y escuchó todo lo que Maddie le contó sin interrumpirla, quería que su hija supiera que, aunque no había podido estar con ella como quisiera, realmente la amaba y le importaba, al final jugaron un poco y la mando a dormir, Karlie había ido a leerle un cuento y arroparla, mientras Taylor perdía tiempo para no quedarse sola con ella.

— Listo — Escuchó a Karlie.
— Gracias, en verdad te agradezco todo lo que haces por Maddie, y la forma en que me ayudas — Espetó sin verla.
— Está bien, sabes que lo hago con gusto.

La escucho sentarse, eso significa que la esperaría, quería retomar el tema y no sabía cómo hacerle para pedir que lo olvidara, suspiró para calmarse de todas formas había sido su acción, tenía que enfrentar las consecuencias, terminó de lavar y se giró hacia Karlie que la observó también.

— Escucha lo de hace rato...
— No volverá a pasar, tranquila — Sonrió Karlie — Entiendo, algo paso que no se pudo controlar y ya, realmente te prometo que no me volveré a dejar llevar.
— De acuerdo, estoy completamente de acuerdo contigo — Asintió.
— Bien, una vez aclarado todo, me retiro.
— Gracias, descansa, ve con cuidado por favor y me avisas cuando estés en casa, por favor.
— Claro mamá — Se burló.

Easy On Me (Parte II de Wildest Dreams)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora