¿Es El Final?

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Taylor abrió la boca para replicar algo, pero no pudo, se puso de pie para retirarse de ahí, aun contra el llamado de Martha que se quedó reprendiendo a una Lily que también se veía molesta, detuvo un taxi para subirse, le dio la dirección del apartamento de la castaña, estaba molesta y dolida por las palabras de su amiga, Karlie había cuidado a Maddie en lo que ella salía con sus amigas, llamó al timbre para en breve la puerta abrirse.

—      ¡Tay! – Se sorprendió – Creí que llegarías más tarde.
—      Lo siento, yo...
—      Está bien, está bien, adelante – Se hizo hacía un lado.
—      Gracias.
—      ¿Y Maddie? – La observó.
—      Está con Kara en casa de Kristine.
—      Oh.
—      Tenían un trabajo en equipo, le dije que pasaría por ella antes de ir a tu casa, pero...
—      Lo lamento, en verdad que yo...
—      Está bien Taylor – Le rodeo la cintura – Dime que paso – Pidió.
—      Solo abrázame – Le rodeó el cuello.
—      Aquí estoy, aquí estoy.

Estuvieron así abrazándose largos minutos, tras unos minutos las chicas se sentaron al sofá y se observaron.

—      ¿Estás mejor? – Preguntó Karlie.
—      Si – Asintió – Gracias.
—      No he hecho nada – Le sonrió.
—      Claro que sí, ven – Le tomó la mano.

Taylor tiraba suavemente de la mano de la castaña para llevarla hasta su habitación, la castaña sonrió para entrar tras ella, comenzaron a besarse dulcemente, cayeron en la cama, la castaña con una rubia sobre ella que se quitaba la blusa rápidamente.

—      Vamos Karls, vamos – Sonrió.
—      De acuerdo.

Comenzaron a besarse mientras se desnudaban y se tocaban, eso era ya algo normal desde hacía semanas, pasaban la noche juntas en la casa de Taylor, y ellas ni si quiera lo sabían, pero Maddie las había encontrado dormidas a ambas en la cama, lo que le había hecho que se dibujara una enorme sonrisa en su rostro y volviera a la cama feliz.

—      Karls – Gimió.
—      ¿Sí?
—      Oh, diablos, sigue nena, sigue – Pidió.
—      Vamos comenzando Tay – Rio.
—      Oh si – Gimió – Eso es.

La lengua de Taylor se movía ágilmente entre sus pliegues haciéndola gemir y mojarse más de lo que ya estaba apretó las frazadas y sacudió la cabeza de un lado a otro gimiendo sin importarle nada, afortunadamente estaban solas, sus manos dejaron las frazadas para acunar sus pechos y apretarlos suavemente soltando un suspiro, jugó con sus propios pezones haciéndose gemir aún más ante la mirada verde que la veía desde abajo.

—      Oh Karlie – Gimió – Oh si, si, mmm – Soltaba gemidos.

Sentía la lengua de Karlie moverse ágilmente dibujando trazos volviéndola loca de placer, sintió como su cuerpo se estremeció y de su vulva se generaba esa descarga eléctrica exploto para esparcirse por todo su cuerpo, cayó en la cama con la respiración agitada, jalaba aire con la boca tratando de calmarse y regular su respiración, sonrió al ver que Karlie la observaba y estiró su mano para acariciar su mejilla suavemente.

—      ¿Uno más? – Sonrió Karlie.
—      Bien – Asintió Taylor.

La castaña acaricio su entrada suavemente, la rubia separó sus piernas un poco más mientras observaba esos ojos verdes de la mujer que definitivamente sería el único amor de su vida, veía cada movimiento de la castaña sentía sus labios moverse sobre su vulva y su lengua entrar y salir, de pronto uno de los dedos de esa Doctora entraron en ella y aunque quiso seguir observándola no pudo, sus ojos se cerraron y comenzó a gemir mientras su cabeza se echó hacía atrás y su espalda se arqueaba, esa voz grave soltaba gemidos y jadeos.

Easy On Me (Parte II de Wildest Dreams)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora