Rina y Nicole.

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Karlie y Taylor estaban ansiosas en la espera de la llamada de la mujer, y pronto sonó el teléfono de la rubia, que se apresuró a contestar.

— ¿Sí?
— ¿Señorita Russell? – Preguntó con cautela.
— ¿Es usted la Capitana Rina? – Expresó conteniendo la emoción.
— Así es, me dijeron que quería hablar conmigo urgente.
— Si, así es ¿podemos vernos?
— Bueno yo...
— Sé que no me conoce y tal vez por eso está dudando, pero le aseguro que no tengo ninguna mala intención, me dedico al periodismo – Expresó Taylor tranquila – Y es algo que quiero hacer realmente.
— Está bien señorita...
— Swift – Se golpeó la frente.
— ¿Por qué uso el apellido Russell? – Preguntó molesta.
— Porque sabía que, de no dejarte una duda, no habrías llamado – Expresó tranquila.
— Esto tiene que ver con Nicole, si te lo preguntas – Expresó Karlie.
— ¿Quiénes son ustedes? – Gruñó molesta.
— Somos amigas de Nicole, sabemos quién eres y lo que significas para ella y esperamos que para ti siga significando lo mismo – Soltó Karlie.
— ¿Cuándo nos vemos? – Expresó molesta.

Tras ponerse de acuerdo Karlie y Taylor salieron rumbo a donde la mujer les había dicho, solo pidió un rato para descansar y cambiarse, cuando llegaron había mucha gente, tal vez por eso lo había hecho porque no confiaba del todo en ellas y entendían, Karlie confiaba que su memoria le ayudara a dar con ella, tras verla una vez en el retrato que había tirado accidentalmente, prontamente distinguió una cabellera pelirroja y sonrió, se acercó a ella suavemente, tomando la mano de Taylor que la seguía.

— ¿Capitana Rina? – Preguntó Karlie.
— ¿Ustedes son? – Frunció el ceño.
— Somos Taylor y Karlie – Sonrió Karlie – Perdón por el atrevimiento, pero Nicole nos ayudó a estar juntas y sabemos que ella te quiere.
— Pero no lo suficiente para volver conmigo – Se dejó caer en la silla más próxima.
— Tiene miedo – Soltó Taylor.
— ¿Miedo de que? Este estúpido lugar no tiene nada que ofrecerle – Gruñó y Karlie sonrió.
— Tal vez – Soltó Karlie – Pero siempre vuelves ¿no es así?
— Por ella, termino viniendo por ella, pero nunca quiere verme y termino volviendo a mi rutina, y vuelvo a regresar, pero jamás puedo verla.
— Sin embargo, atiende a tus llamadas ¿no? – Expresó Karlie.
— ¿Y de que me sirve eso? Por momentos me basta escucharla, pero ya no es suficiente para mí, necesito verla, pero siempre tengo que volver sin verla – Suspiró.
— ¿Quieres verla? – Sonrió Taylor.
— ¡¿En serio?! – Preguntó con cautela y aguantando su emoción.
— Claro – Asintió Karlie.
— ¿Cuándo y dónde?
— Dime que día puedes – Se sentó Karlie.
— ¿Qué quieren a cambió? – Entrecerró los ojos.
— Un millón de dólares – Espetó Karlie seria.
— ¡Karlie! – La reprendió Taylor riendo.
— Lo siento, lo siento – Reía – Lo lamento, pero tu cara fue asombrosa.
— Claro, claro – Gruñó.
— A decir verdad, trabajo con Nicole.
— Vaya.
— ¿Podemos ir a otro lado? – Gruñó Rina – New York es muy ruidoso – Suspiró – No entiendo cómo es que Nicole puede vivir aquí – Frotó su cien.
— ¿A dónde quieres ir? – Observó Taylor.
— ¿Quieres ir a mi apartamento? – Expresó Karlie.
— Vaya, eres rápida – Rio Rina – Pero lo siento, la única que me interesa es Nicole, no se ofendan, son preciosas y sexys.
— Lo soy – Afirmó Karlie.

Rina sonrió, tras meditarlo un rato se encaminaron al apartamento de Karlie, donde la chica realmente se sintió como en su casa, sin necesidad de que lo expresaran, se sentó en el sofá cómodamente y cerró los ojos.

— ¿Quieres descansar? – Preguntó Taylor – Puedes usar la habitación de Maddie.
— Ustedes buscan chicas para anexar a su relación ¿verdad? – Las observó.
— ¡Por supuesto que no! – Gruñó Taylor – Maddie es nuestra hija y jamás compartiría a Karlie con otra mujer.
— Lo lamento – Se disculpó – Dices que trabajas con Nicole – Observó a Karlie – ¿Sigue en el Museo de Historia? ¿O solo la Universidad? – La observó.
— El Museo de Historia lo dejó por que comenzó a dar expediciones con en el de Antropología.
— Genial, más trabajo – Gruñó.
— Es algo que ama – Soltó Karlie – Como tú los viajes – Gruñó – Esto es fácil para las dos o se dejan de tonterías y buscan la forma de acoplarse a las necesidades de la otra, o ponen fin a todo, pero de verdad – Gruñó.
— ¿Por qué te enojas? – La observó – ¿Segura que solo eres amiga de Nicole?
— Salía con Nicole – Expresó Taylor.
— ¿Saliste con Nicole? – La observó molesta.
— ¡No! Somos amigas.

Easy On Me (Parte II de Wildest Dreams)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora