Metallica y Megadeth, la historia de una rivalidad.

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Mascotas y discos

El día de hoy los Metallica y los Megadeth se encuentran en la metallicasa por que ya regresaron de su campamento de verano que fueron como tres días, en los cuales les sucedieron demasiadas desgracias. Pero bueno, eso no importa. El día de hoy los integrantes pendejos de las bandas están viendo unas buenas películas del Shrek.

-Voy a la tienda. -dijo Dave. Nada más se la pasó de castroso todo el día y ahora se iba a gastar el poco dinero que les quedaba.

-Me traes unos chetos. -dijo Lars, ignorando que había sido un ojete con el Mustaine a lo largo de la visita de Megadeth a la metallicasa.

-No, chinga tu madre. -habló Dave. Seguido se fue a la tiendita de la esquina, no sin antes percatarse de que James y Cliff lo andaban siguiendo ya que también querían comprarse unos chetos. Como Mustaine era bien ojete pues no les iba a traer nada.

Y ahí estaban, caminando como pendejos en medio de la carretera, cantando a todo volumen canciones de Chayanne y de Luis Miguel por que son sus cantantes favoritos. Cuando llegaron a la tiendita de doña pelos compraron un chingo de cosas aprovechando que la doña les daba el 2% de descuento en todas sus compras. Regresando a la casita así bien vergas que se encuentran con un perro en el camino.

-¡¡MIRA CLIIIIFFFF!! ¡¿No lo podemos quedar?! - preguntó el James así bien castroso. Cliff se encogió de hombros. Por él que se lo quedara, Lars se lo iba a madrear por llevar un perro a la casa.

-A ver, llévatelo. -dijo el Dave. Entonces el James agarró al perrito (era color café y su pelaje re esponjoso, por eso se lo iban a llevar), pero el muy puñetas no lo agarró bien y el perro lo mordió bien culero.

-AAAAAAHHHHHH MI PICHULA JOVEEEENNN... digo, MI MANOOOOOO. -gritó el James así bien dramático. Tras burlarse de él, Dave intentó agarrar al perro pa llevárselo, pero también lo mordió bien culero.

-NO MAMEEEESS, MI MANOOOOOO. -Cliff los observó con decepción. Sus amigos estaban bien pendejos la verdad.

-Ah quítense a la verga. -dijo Cliff. Como él es bien inteligente a pesar de llevar cinco porros encima, el perro ya no lo mordió y ya se lo puede llevar así bien felices de la vida.

-No mames, esa cosa casi me arranca la mano. -se quejó James, envolviendo su mano con una servilleta que quien sabe de dónde sacó. En realidad no tenía ningún tipo de herida, nada más se hacía el pendejo.

-Por dos. -dijo esta vez el Dave, pero él no era tan dramático como James, noooo, él se estaba aguantando el dolor como todo macho peludo lomo de plata que se respeta.

-Ya cállense, están bien pendejos -los regañó Cliff. El bajista ya le había puesto nombre al perro, se iba a llamar caguama, exacto, C A G U A M A.

Cuando llegaron a la casa todo era un desmadre, resulta que les habían cortado la luz por pendejos, por no pagarla, y pues ya no pudieron terminar de ver shrek, encima hacía un chingo de calor y se estaban asando ahí adentro.

-No mames, ¿qué es eso? - preguntó Lars, observando al animal que Cliff llevaba en brazos. Esa madre ni parecía un perro, más bien parecía un puto alienígena, a re que no, pero sí estaba bien rarito el caguama.

-Un perro, puñetas. -le respondió James. Lars abrió la jeta así bien pendejo.

-¿Y de quién es o qué pedo? - preguntó esta vez Kirk. Dave, James y Cliff se miraron con nerviosismo.

-Pues ni idea, andaba ahí por la tienda de doña pelos, lo vimos y no lo quedamos. -explicó Dave.

-Ah bueno. No hay luz. -avisó Lars, al parecer el enano no se había enojado con ellos, al menos no mientras siguieran sin luz.