(Vore) Shadow Eaters (Devoradoras De La Oscuridad)

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La noche llegó cubriendo con un manto de estrellas el cielo. Alej encendió una fogata en lo que alguna vez fue el mercadillo del pueblo. En la noche imperaria el silencio de no ser por los conciertos de gruñidos provenientes de las panzas de las shadow eaters al rededor de la hoguera. Melanie estaba acostada en el piso dejando que su montaña abdominal la cubra, Merly por el contrario usaba su enorme panza como colchón. En la redondes inchada de la sirena se marcó por un segundo el cuerpo de Mayel pidiendo ayuda para salir.

Erika apoyaba la espalda en un muro dejando que su redonda barriga descanse sobre sus muslos. Con ambas manos acunaba su panza y frotaba delicada. La zona inchada se deformaba en violentos espasmos que sacudían toda la circunferencia en golpeteos visibles en todos lados de la tripa. La elfa torció el labio con malestar y luego siguió frotando, una burbuja de gas subió por su garganta y la sacó en un audible eructo. Sayra estaba acostada de costado en el piso dejando que su barriga se desparrame en el piso, dormía placenteramente.

Claudia era la más impresionante, con la barriga más pequeña pero con los abdominales más grandes, estaba de cabeza colgando de las piernas en un muro haciendo repeticiones de abdominales. Alej se sorprendió al ver la panza de embarazo de Claudia forrada por músculos contrayendo su barriga en movimiento tras cada repeticion. La dragona se dió cuenta que la estaban observando y sonrió para dar una pirueta en el aire y caer de pie. Sus torneadas posaderas se mostraron en primera fila con sus mallas entalladas por un momento. De espaldas se veía su cintura algo engordada por la circunferencia. Ella se giró apretando los dientes y Alej fue hacia ella.

-mi ¡Urrrrp! Ombligo- dijo sin ánimo.

Alej prestó atención al ombligo de la dragona y efectivamente ya no tenía ombligo y en cambio tenía una verruga. El ombligo de la dragona había pasado de adentro para afuera por la presión interna. Sus mejillas rojas se sonrojaron y con una mano cubrió esa protuberancia con vergüenza. Ella se dió la vuelta para ocultarse pero el chico la detuvo al tomarla por la cintura.

Alej se inclinó hacia ella quedando de frente a su ombligo. El rostro del chico se pegó a la piel tibia de la dragona mientras que con una mano frotaba lentamente sus oblicuos.

-del pueblo del que vengo, los hombres tenemos la obligación de mantener sanas a nuestras matriarcas- dijo el chico separando su rostro y usando ambas manos para acariciar la barriga de Claudia- déjame ayudarte a volver a poner tu ombligo en su lugar.

Claudia se dejó caer en el piso dejando que Alej frote su abdomen lentamente, la dragona se sintió cómoda dejando que el chico use sus dedos para volver a hundir su ombligo y luego haga movimientos circulares. Esos movimientos estimularon la vida en las entrañas de Claudia, un espasmo empujó una protuberancia en la panza de Claudia golpeando a Alej moderadamente fuerte. La dragona se disculpó y regresó el puñetazo en su estómago. Alej no se enojó y dio un tierno beso arriba de su ombligo.

El equipo pronto se dejó vencer por el sueño confiados en que el fuego espantara a cualquier depredador. Una figura misteriosa aparece entre las montañas, la luz de la luna se refleja en su pequeño diamante en su ombligo, una gabardina negra con detalles rojos cubre desde sus hombros hasta sus tobillos. Su busto copa B estaba cubierto por un top de cuero negro con líneas rojas en perpendicular hasta la zona media. Sus gruesos labios rojos se tornaron en una sonrisa maquiavélica y al agrandar esa sonrisa se mostró sus dientes caninos afilados. Su cabello lacio recogido en una coleta con un listón rojo dejaba al descubierto sus orejas felinas puntiagudas sobre las sienes.

-¡Groarrwl!- se sacudió detrás de su ombligo.

Ella flexiono un poco la cadera hacia adelante y miró su abdomen liso.

-¡Urrrrl!- volvió a chirriar sacudiendo su piel como olas. La chica posó su mano sobre esa zona y sonrío a sus ayudantes.

-mi barriga gruñe de envidia- dijo levantando los brazos- las quiero adentro de mi- ordenó.