(Vore) Shadow Eaters (Devoradoras De La Oscuridad)

12

El suelo se abrió en un estruendoso temblor, tentáculos y un aura morada salieron de las grietas elevándose como humo. Criaturas aladas parecidas a murciélagos emergieron desde el abismo inundando el cielo con una gran nube. El piso siguió temblando mientras algo emergia cubierto de una nube densa que oscurecía a la persona.

La figura se delineó en la sobra del abismo y pronto apareció flotando sobre la ciudad viendo todo de forma panorámica. Usaba un antifaz de metal que cubría sus ojos dejando dos ranuras diagonales para ver, el vidrio era rojo y despedía luz escarlata; la mascara cubría su rostro dejando un espacio para sus labios carnosos de color rojo. Su cabello era largo y alborotado de color intenso como la lumbre. Una trenza de cabello roja caía sobre su hombro y terminaba en su clavícula izquierda. Gruesas hombreras de placas de metal cubrían sus hombros y varias placas acopladas la parte superior de su torso.

Telas rojas y púrpuras cubrían su parte frontal entrecruzandose con los acoples metálicos. Su cintura enmarcada con las finas correas de tela que colganban por su cintura uniéndose en un tapa rabo en su entrepierna, sus gruesos muslos desnudos solo cubiertos hasta las rodillas por enormes botas metálicas con pinchos en las rodillas.

—esta ciudad estaría más hermosa dentro de mi estómago— dijo con prominente voz la mujer.

—para esto nos entrenaron, chicas— dijo Yuan rompiendo la puerta del palacio.

Varias mujeres usando traje salieron detrás de la mujer y fueron de frente hacia la demonio. La criatura levantó su mano cubierta de anillos con forma de garras y lanzó varios ataques en forma de rayos de energía desde la punta de sus dedos. Chocando en edificios y convirtiendolos en escombros que se derrumbaron sobre la calle. Yuan corría por la calle zigzagueando y evitando los escombros con gran agilidad. De una zancada evadió un trozo de escombro, giró al lateral y evadió un poste de luz, se barrió por el piso y pasó por debajo de unos cables eléctricos. Sus demás chicas hacían lo mismo y con la velocidad lograban escalar los edificios y escombros hasta el techo.

Todas las engullidoras se elevaron entre los edificios con un prominente salto siendo el ejército de defensa de Ayalem. La demonio abrió los labios y escupió una enorme serpiente roja, luego una azul, una verde y una gris. Al impactar en el piso se produjo potentes explosiones que destruyeron varias cuadras y mandaron a volar a las engullidoras. Las Shadow eaters se mantenían a raya viendo lo que pasaba.

Cinco engullidoras estaban en el piso aturdida por la explosión, el fuego las rodeaba pero pronto se pusieron de pie sin importar su ropa rasgada o sucia o sus heridas abiertas. Un galopar se escuchaba, las chicas se pusieron espalda con espalda, las llamas se sacudían de forma anormal mientras las pisadas se oían más cercanas. Una enorme varilla saltó entre las llamas y atravesó a una por el hombro, la mujer trató de sacarse la colosal flecha de dos metros pero fue rápidamente atraída a las llamas y desaparecer entre estás.

La engullidora sintió el calor envolviendola pero pronto sintió su cuerpo comprimido y asfixiante. Las otras cuatro vieron las piernas de su compañera elevarse por el aire pataleando ante lo que inefablemente eran ruidos de deglución. El fuego se sacudió mientras una pezuña daba un paso al frente, su mitad caballo media cerca de dos metros de alto. De melena roja en un moicano que caía hacia atrás como las llamas. Usando solo unas correas que cubrían lo escencial de su busto dejando al descubierto su torso de bronce y moldeado con músculos gruesos.

Su torso femenino le agregaba otro metro 80 a su envergadura. Sagnis, el hambre de fuego, intimidó a las engullidoras con su enorme sombra y con cada pisada que daba quebraba el suelo y elevaba la temperatura. La sentaura arremetió otra vez con una embestida mandando a volar al cuarteto, dio la vuelta usando su enorme arco y atinó a una en el aire. Tiró de la flecha y sin perder tiempo la metió a su boca usando su cuerpo de caballo pateó a otra y con sus enormes brazos inmovilizó a otras dos. Tomándolas de la cabeza por sus axilas ella se dió el tiempo de dejar ver a las chicas como se tragaba a su compañera como si fuera nada.