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Kanian, una región del otro lado del océano púrpura del este. Una región desértica de grandes montañas con picos cubiertos de vegetación verde, todo el desierto tenía estás montañas como pequeños oasis distribuidos. El grupo ingresó a esta región por un río que atravesaba todo el desierto permitiendo ver esa región a detalle. Un muelle vacío los recibió y al final de este un pueblo con casas hechas de arena blanca. La arena compactada en la ciudad dejaba caminos por los cuales pasaban salamandras de arena y la población común.

La población de Kanian vestia indulentarias de tela y madera dejando al descubierto sus torsos, las mujeres cubrían sus bustos con collares y algunos trapos. Los dos días en barco habían alisado sus vientres y ahora caminaban deserpercividas por la ciudad. El grupo buscó una posada y se establecieron usando el dinero del barco de Irene. La noche cubrió con su manto toda la ciudadela dejando que las faroles iluminen las calles de arena blanca compactada.

Aprovechando la noche, una figura misteriosa bajó por las escaleras de caracol cubierta por un poncho de color blanco y ocultando el rostro debajo de una capucha. Caminó por los pasillos de mármol y con muros adornados con pilares y pinturas barrocas. Pasó frente a una puerta de madera de roble y regresó al ver la luz colarse en un hilo estando la puerta entreabierta. Al asomar la vista pudo ver una ostentosa cama de telas de ceda y una mujer con un vestido blanco llorando sobre está cama.

-cada día está peor,- dijo tapándose el rostro la mujer- se está convirtiendo... En un... ¡Monstruo!-.

-no hables así de tu hija- dijo un hombre del otro lado de la habitación- Mayi es una buena niña, solo...-.

-esta aterrorizando el pueblo- interpuso la mujer.

La figura misteriosa siguió su camino sin terminar de oír la conversación. Abrió una ventana y saltó hacia la calle y pronto se perdió entre los callejones.

-¿Hay un monstruo que se come a los forasteros?- dudo Merly viendo un cartel de advertencia en su puerta.

-que lo intenté, veremos quien acaba en la barriga de quién- dijo Sayra sentada en el hombro de Merly.

Alej escuchó eso y no apartó la vista de la ventana, el segundo piso le daba vista panorámica a las calles, algunos callejones carecían de iluminación. Un hombre caminaba del otro lado de la ciudad por esos callejones oscuros, su indumentaria era de finas telas color vino. La figura misteriosa encapuchada estaba sentada sentada en una esquina al final del callejón, el hombre acaudalado dejaba chistar el metal de sus cadenas de oro y pulseras con diamantes. La figura misteriosa extendió su mano.

-¿Podría darme una moneda?- dijo una voz ronca femenina- no he comido en un tiempo-.

El gruñir de su estómago oculto entre la ropa corroboró esa afirmación. El hombre extendió la mano con una moneda. Su melena negra cayó por el cuello de la capucha, mostrando su delgado cuello y un collar de oro, sus delgados labios se aferraron a la mano del hombre y sus grandes ojos negros brillaron con gula. Y con cada trago, un forastero más desaparecido en la ciudad.

Tyff tenía el cabello azul cortado hasta la altura de los pómulos, la chica era bajita pero de complexión delgada. La chica cepillaba su cabello frente al espejo en su cuarto cuando de repente esa figura misteriosa. Mayi se quitó la capucha mostrando una gran sonrisa, Tyff abrió la ventana dejándola pasar, la pelinegra era bastante más alta y con atributos más voluptuosos.

-te traje zapatos- dijo Mayi dando un par de tacones dorados.

-gra...- Tyff sintió la viscosidad de los zapatos y al revisar su mano pudo ver los hilos de saliva cayendo de este- cias- completó sin ánimos.

(Vore) Shadow Eaters (Devoradoras De La Oscuridad)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora