(Vore) Shadow Eaters (Devoradoras De La Oscuridad)

11

En las calles había un profundo silencio, solo eclipsado por el sonido de las olas al golpear la playa. La madrugada llegaba iluminando el océano con pequeños rayos de sol. Caminaba solitaria por los muelles cubierta por una túnica verde olivo que cubría todo su cuerpo dejando solo su barbilla al descubierto y su nariz respingada. Caminando en silencio como un fantasma minimizando su ruido en las tablas del muelle.

—¿Oíste? Las engullidoras atraparon a la líder de little bite— dijo una voz.

La misteriosa encapuchada sacudió sus puntiagudas orejas al oír eso y fue hacia donde provenía el sonido. Llegó a una pequeña caseta y se agachó detrás de una ventana para oír. En el interior había un trío, tres ogras de gruesos brazos estaban sentadas en las cajas. Una tenía dos cuerno, otra uno en la frente y otra largos colmillos.

—a está hora ya debe ser caldo en el intestino de Yuan, esa chica da miedo— dijo la de los dos cuernos mientras tejía una red de pesca.

—no por nada es el segundo estómago de Ray Zah— dijo la del cuerno único mientras sacaba unos arpones de una caja.

La mujer misteriosa prestó aún más atención a eso.

—si little bite ya no tiene líder, podríamos tomar su lugar— dijo la de los grandes colmillos.

—¿Y acabar en la barriga de Yuan? Olvídalo— dijo la de los dos cuernos— además, no podrías, si una babosa de Lain casi te mata, imagina comer presas de tu tamaño—.

—¡Barriga de Solu ser fuerte!— atajó la de los colmillo.

Ella levantó su blusa de tirantes mostrando su torso, aunque sus piernas gruesas y hombros anchos mostraban fortaleza; incluso cuatro músculos abdominales eran visibles en el estómago. Pero debajo del ombligo era notable la bulbosidad y blandes de su vientre. Solu mostraba gran enojo ante esas palabras de su compañera.

—¡Bien, Solu, ve al palacio central. Saca a Yar del estómago de Yuan y métela en la tuya! Solo así serás la líder de little bite— dijo la del único cuerno— "eres lo que comes"—.

Solu apretó los dientes y se retiró haciendo una rabieta, la encapuchada oyó a dónde tenía que ir, se fue en dirección contraria a la de Solu o eso quería, su capa se atoró con la punta de una caja haciéndola caer en un estruendo. Casi al instante, los nudillos de la ogro astillaron el suelo rompiendo los tablones dónde la misteriosa estaba parada de no haber esquivado a tiempo. La ogro se reintegro y atajó con dos ganchos los cuales fueron esquivados.

—¡Solu fuerte, Solu comer chismosa!— profirió la ogro.

Solu atacó nuevamente pero la extraña evadió dando zancadas hacia atrás. Solu perdió los estribos y dió una fuerte palmada haciendo que la onda de choque desperdigue el aire en una onda expansiva esperando aturdir a la extraña. La capa se sacudió levantándose hasta la altura del pecho, Solu pudo ver las botas largas con rodilleras de metal y cuero hasta la altura de los muslos de color safiro. Su cadera enfundada en telas de cuero a modo de short que cubrían sus muslos y pelvis.

Sulu sintió pavor al ver los 58 centímetros de cintura, la línea del alba bien marcada en el centro y dos líneas más en la cintura. Dos pares de oblicuos blindando el estómago superior y los músculos rectos mayores blindando las costillas. Pero el pavor se desató al ver cómo en su ombligo se enmarcaba el diamante verde, un ombligo de Tuchona.

—¡Groooooarrr!— chirrió el abdomen de Erika.

La elfa descubrió su rostro mientras la capucha se iba hacia atrás. Con una sonrisa confiada, se lanzó apoyando las manos en los hombros de la ogro quedando en vertical sobre su cabeza. Sulu solo pudo ver hacia arriba la cavernosa garganta de la elfa salpicando saliva y viendo cómo palpitaba las paredes del estómago ancioso por comida. Al dejarse caer logró tragar hasta los hombros impidiendo el movimiento de la ogro en esas extremidades, rápidamente bajó hasta la cintura. La elfa impulsó sus pies al frente logrando caer de pie al piso mientras levantaba el rostro con las piernas de Solu.