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Shadow eater, depredadores naturales del reino de las sombras, capaces de confrontar a las criaturas del abismo del reino de oldland. Un mundo medieval donde conviven criaturas de distintas razas mágicas. El pueblo de midgalnd era famoso por fungir de base para los aventureros en busca de fortuna. La zona céntrica poseía una gran fuente rodeada por caminos de ladrillos naranjas y en su circunferencia varias tiendas de armas, armaduras, posadas y restaurantes. Estos edificios estaban hechos de gruesos troncos cafés y con chimeneas.

Era bastante natural sentirse intimidado por los peatones, varios eran grandes guerreros con armas poderosas y de gruesos músculos, desde bárbaros de dos metros de alto hasta hechiceros que volaban despidiendo un aura púrpura. El hombre que entró por la puerta media 1.60 y estaba cubierto por una túnica desgastada. Los mercenarios en la posada ignoraron a este hombre y siguieron comiendo y bebiendo en sus mesas. El chico tomó asiento mientras la cantinera, una elfa rubia de ojos verdes, se le acercaba.

—¿Qué necesitas forastero?— dijo amigable.

—necesito una Shadow Eater— aclaró sin levantar el rostro.

—suerte con eso— dijo sin ánimo— aquí no podrás encontrar alguna. Fueron vetadas por ser poco colaborativas, además oí que se mataron entre si— desairo al jovén— puedes dejar tu panfleto en un poste afuera— señaló a la salida.

Sin más salió mascullando que llevaba semanas buscando alguna y no aparecían.

Caminaba por el bosque arrastrando sus pies. Su melena rubia lacia cubría su cara como una cortina mientras estaba cavisbaja. Sus largas piernas estaban forradas por unas medias negras con correas en los muslos y un short de cuero negro en su cadera. Sus hombros estaban cubiertos por unas largas mangas negras asabache, su abrigo solo llegaba hasta la parte superior de la espalda dejando al aire su estrecha cintura. Su playera de cuello entrelazado con agujetas marrón estaba sucia. Bastante agotada levantó su rostro fino con pecas en las mejillas y vió al pueblo desde lejos.

Reuniendo sus últimas fuerzas saltó de alegría y corrió hacia las calles. Esperando un gran banquete o una gran fiesta por su retorno, se topó con la anfitriona contando sus deudas y errores reduciendo la recompensa a una triste moneada de bronce. De todas las bestias que derrotó, la monstruosa hambruna cautiva en su vientre desnudo, era la única que buscaba aplacar. Caminando por las calles del mercado podía oírse sus tripas croar a la par que su ombligo se sacudía con el sonido. Su cuerpo se estaba adaptando al hambre, el contorno de sus costillas se marcó en su cintura y su ropa se veía más olgada, parecía una niña pequeña.

—si que ha sido una semana dura— dijo Melanie frotando su estómago vacío— ¡Maldito dinero honesto, no alcanza para nada!— dijo frustrada apretando la moneda en su mano.

Cómo si fuera obra del destino, al levantar la vista en un poste pudo ver la pequeña hoja de papel pegada en este. Se solicita una Shadow Eater. Melanie preguntó por el solicitante, la anfitriona le había dicho que había salido rumbo a otro pueblo en busca de su objetivo. Reuniendo sus últimas fuerzas salió disparada en la dirección que le marcaron.

Dos grandes goblins le habían acorralado, femeninas y de dos metros de alto, sus correas cubrían sus bustos y tapa rabos de piel sus caderas, sus cuerpos musculados daban fe a su gran fuerza. De un garrotazo noquearon al chico y despertó en la orilla de un río debajo de un puente frente a una fogata. Ambas debatian si lo comerían o lo dejarian como provisión del invierno. La vegetación que las rodeaba se sacudió pero con garrotazo Melanie salió de su escondite deteniendo de cuajo su ataque furtivo.

Melanie fue amagada y puerta junto al chico mientras las goblins decían que ella era demasiado delgada y bromearon que se les atoraria entre los dientes.

(Vore) Shadow Eaters (Devoradoras De La Oscuridad)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora