Capítulo OO9

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"Un poco de toques y luego te dejo ver cómo soy realmente."

El cuerpo de Jimin chocó contra la puerta de la oficina. Su traje ya estaba abierto y su torso estaba lleno de marcas rojas.

Sus labios gruesos estaban hinchaditos y rojos. No podía parar de dar bocanadas de aire. Se giró sobre la puerta pero su espalda fue aplastada por un pecho duro y desnudo.

Todo su torso se apoyo sobre la puerta igual que sus manos pequeñas a cada lado de su cabeza.

-Oh~ Papi.

Estaba sin sus pantalones y bragas. Lo único que podía tener, era su camisa blanca desabotonada.

La mano de aquel azabache estaba en su miembro mientras sus labios finos chupan su cuello, mandíbula, mejilla y oreja.

Jadeo cuando aquella mano en su miembro se movió de arriba a abajo por su longitud. No podía resistirse al ser masturbado tan exquisitamente. Inclinó su cabeza hacia atrás y está se apoyo en el hombre del mecánico que solo succionaba su cuello.

Sus labios solo podían estar abiertos solo para gemir con melodía. Eran los gemidos más perfectos para el azabache. Le encantaba escucharlos.

Con otra mano. El azabache insistía en el cuello del rubio. Su mano tatuada se rodeó alrededor de este apretó levemente pero negó otra vez. Su mirada estaba comenzando a oscurecer.

Masturbo más fuerte al rubio, quien no paraba de gemir mientras sus labios dejaban salir un poco de saliva de ellos y las lágrimas en sus ojos mojaban la mejilla del mecánico al estar tan cerca de uno del otro.

-Sabes que estoy para ti, Jimin. Desde que firme ese contrato.

Su susurro caliente en su oido le hizo jadear. ¿Que mejor que un hombre que estaba dispuesto a cumplir fantasías?

Lo volteó rápidamente. Y alejó del rubio con las esposas en una de sus manos en alto.

Con las manos en alto. Retrocedió mirando al rubio, quien mordió sus labios al verlo tan atractivo con su ropa superior abierta y mostrando su abdomen marcado.

No podía olvidarse del detalle de su pecho tatuado y también su cuello. Eran el mejor arte que había visto.

-¿Has hecho algo malo?

Su pregunto lo sacó de sus pensamientos. Su dominante estaba a punto de esposarlo por algo malo.

-Soy malo, papi.

-Eso quería escuchar.

El dominante tomó el asiento dónde se había sentado el rubio hace minutos atrás solo para ser el quien se sentará ahora. Se abrió un poco de piernas de manera masculina. Lo miró de arriba a abajo y el rubio se sentía pequeño ante su mirada.

-Al suelo. Ya.

Aquel sumiso no tenía otra opción que hacer caso. Se puso de rodillas y lo miró avergonzado. Seguia sintiendo pequeño.

Pero el mecánico sonrío burlón.

-En cuatro. Rápido.

Cerro los ojos y luego puso sus manos en el frío suelo.

Esto nunca lo aprendió en su entrenamiento. Era nuevo para el. Pensó que había aprendido todo lo que existía en el tema masoquista y también sadomasoquista. Pero estaba equivocado.

-Sacude ese trasero tuyo. No quiero aburrirme.

Apretó sus labios y movió lentamente su trasero. De un lado a otro como si tuviera una cola. Pero lo hacia muy lento y eso le aburría al azabache.

𝐒𝐄𝐂𝐑𝐄𝐓 𝐒𝐄𝐗 愛 KOOKMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora