Secret 2/2
Su mano quitó uno de sus guantes, sus dedos delgados encontraron el camino que deseaban antes de emprender otro más profundo. Quería ser bañados en la humedad de sus labios a su alrededor.
Sus belfos podían succionar perfectamente como si fueran algún dulce favorito. Tres de sus dedos entre sus belfos le provocaban pensamientos impuros en su mente. Imaginaban otra cosa en su boca pero no sus dedos.
No sé quejó cuando esos mismos dedos se alejaron de su boca, luego jugaron con su fina línea de cordura. Jugaban con su entrada, tentando y esperando que no aguantará la ganas de pedirle que lo haga de una vez.
Pero sus labios finos podían chupar y sus dientes mordisquear su oreja para que no perdiera tanto la cordura en un solo sitio. Eso lo hacía pensar que sentía placer en otro sitio mientras el otro era torturado.
Inclinó su cabeza hacia atrás cuando sintió uno de sus dedos entrar por completo en su cavidad y su punto era encontrado como si ese hombre fuera todo un profesional en lo que hacia. Sabía de memoria todo su interior.
Más profundo, más se dibujaba el paraíso en sus ojos. Su punto dulce le dejaba llegar cada vez más como sus impulsos contra este.
Ese dedo fue acompañado por otro más que se unió a la causa. No quería hacerlo solo y mejor ambos empujaron contra ese punto que tan pronto se presionó, los labios de ese sumiso dejaron escapar jadeos agitados mezclados de gemidos largos.
Pedía en su mente que su cuerpo nunca lo dejara ser libre. No quería venirse con solo ser estimulado por su culo. Quería algo más en el lugar de esos dedos.
Los ojos del azabache podían observar perfectamente las expresiones de ese rubio. El reflejo de un espejo en la distancia le enseñaba como se veía el paraíso en una persona sumida en el placer.
—No eres tan superior a los demás cuando siempre tengo que estimularte. Tampoco eres tan superior a mi cuando me rogas que te folle tan duro, bebé. —Su voz ronca en su oido le traía mal. Dejaba que lo llevará a una realidad que no era esa.
Estar con él, es como estar en el paraíso de las torturas que dolían pero crecían en placer luego.
Tres dedos y su mente se desbordó. Sus labios se abrieron, sus gemidos eran alcanzables al nivel en el que su cuerpo se sentía ahora. Mordió sus labios mientras no paraba de gemir, sus lágrimas caían por sus mejillas pero la lengua del azabache las limpiaba sin descaro.
Le daba una probada al placer de ese rubio.
Estaba por correrse si no paraba ahora. Sus dedos empujaban duro y fuerte dentro de su culo. Pronto dejaría de ver el paraíso si no paraba.
—Por favor...
Su voz agitada se producía por su respiración que se encontraba de igual manera. No pararía si es eso lo que el rubio pensaba. Aumentó las embestidas con sus dedos hasta que el cuerpo sobre él comenzó a tener espasmos mientras se corría inmediatamente.
—Mi paraíso...
El azabache sonrío al verlo tan apenado y agitado. Acarició sus mechones rubios mientras pensaba en lo que sería mejor ahora. Esto solo era el comienzo.
—No te preocupes, lo veras de nuevo.
No tuvo tiempo como para pensar en que debía responder. Su cuerpo pequeño ya estaba siendo arrojado sobre la cama roja. Sus ojos lo observaron subirse de rodillas sobre su cuerpo y su fusta era tomada por ambas manos.
—¿Veo como él? Dime qué te ha hecho él que yo todavía no he hecho.
La punta de su fusta acarició su pecho, comenzando desde su cuello, creando una línea imaginaria que comenzaba a marcarse a media que la punta de esta bajaba por su torso desnudo.
ESTÁS LEYENDO
𝐒𝐄𝐂𝐑𝐄𝐓 𝐒𝐄𝐗 愛 KOOKMIN
Hayran Kurgu«Se mi dominante, Jungkook. Castigame por favor.» Jimin es tan exageradamente millonario con un secreto oscuro y insaciable en el. Una forma de ser. Jungkook que es un mecánico misterioso con un pasado grande, intocable y alejado de él pero volver...