La dichosa fiesta

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Ya paso una semana desde que me enteré sobre la apuesta que hicieron los chicos de mi preparatoria. Y no dejo de recibir números telefónicos, invitaciones a salir, coqueteos indiscretos y mas.

Y la verdad, estoy cansada de ello, muchas chicas mueren por estar en mi posición pero la verdad, ser parte de una apuesta no es NADA lindo. Es denigrante.

Hoy por suerte era viernes y tenía pensado salir con Luz y Amanda a una "fiesta" a la que fui invitada. Y el chico que me invitó dijo que podía llevar acompañantes así que les dije a ellas. Y ellas me obligaron a aceptar la invitación, ya que nunca hemos sido invitadas a ese tipo de fiestas.

Lo que es obvio porque ¿quién quiere a un grupo de chicas con poco interés en la sociedad? Sí la verdad es que nosotras tres estamos mas concentradas en otras cosas. Yo me intereso en el arte, voy a taller de arte todos los días y mi profesor es muy bueno, a expuesto todas mis obras en la galería de la escuela, que casi nadie visita pero aún así estoy orgullosa. Luz, ella va a el taller de música, por lo que esta en la banda escolar y Amanda esta con las porristas, digamos que ella es lo mas cercano a la popularidad de nuestro grupo. Pero a Amanda nunca la han invitado porque saben que terminaríamos Luz y yo en las fiestas, lo cual es un poco desconcertante.

Ya estábamos en la última clase, literatura y de ahí me iba a mi casa para "arreglarme" para la susodicha fiesta. Aunque en realidad no tengo ningún interés en ir.

- Jóvenes necesito el libro terminado dentro de dos semanas.- y todos los del salón se quejaron con amargura. - Son solo 438 páginas, además es parte de su calificacion semestral.

Y poco tiempo después sonó la campana. Así que empece a tomar mis cosas, lista para irme, cuando ...

- Me dijeron que iras a la fiesta de Drake ¿es cierto?- Valla otro chico interesado, qué fastidio ...

- Si.- dije cortante.

- Bueno, cuídate castaña, ya sabes, habrá muchos chicos en esa fiesta.

- Eso supongo.- en cuanto volteo, ví a Ross sonriendo.

- ¿No quieres ir?

- La verdad es que no.- Ross río divertido y me miro sonriente. - ¿Que te provoca tanta risa?

- ¿Tus amigas te obligaron a ir?- dijo ignorando mi pregunta anterior.

- Si ...

- Me lo suponía, bueno nos vemos en la fiesta, castaña.

- Adiós rubio.- y con eso él me miro de reojo y se fue.

Así que pude seguir mi camino tranquila a mi casa.

Todo parecía tranquilo, recorría las calles directo a la parada de autobuses para poder llegar más rápido a mi casa, al llegar a la parada solo pasaron minutos y ya estaba el autobús frente a mi. Justo el que iba directo a mi casa, solo me dejaba a una cuadra atrás.

Al llegar a mi calle, le pague a el conductor y baje, y en cuanto arranco en camión seguí mi camino. Paso a paso hasta que llegue a mi casa, ahí me encontré con mi hermano tirado en el sofá, enfermo. Sí por eso ya no me recoge, porque esta enfermo.

Lo salude y fui directo a mi habitación, baje las escaleras hasta llegar a el sótano "mi recamara" apartada del mundo ya que a nadie le gusta bajar a el sótano. Además de ser extremadamente cómodo todas mis cosas entraban perfectamente, de un lado estaban mi escritorio y al fondo una pared "blanca" llena de manchas ya que ahí ponía mis lienzos y ahí los pintaba, el lado derecho tenía mi armario y espejo y justo a un lado había una puerta que lleva a un baño. y justo en medio de todo al fondo mi cama. Todo el sótano originalmente es blanco con detalles de colores para hacer resaltar el color sobre el blanco.

LA APUESTA (Ross Lynch) [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora