Sueño: Rayuela, capitulo 7.

97 6 2
                                    

Ambos estábamos sentados, sentados en el sofá de mi sala, estábamos solos. No había absolutamente nadie, solo nosotros dos. Él me miraba fijamente a los ojos, nuestras respiraciones chocaban.

- Tu eres perfecta.- me susurró. Todo era obscuro, con una luz tenue, hacía calor, mucho calor.

- Ross yo.

- Shhh.- me interrumpiste, me susurraste y colocarte tu mano tibia en mi cara, acariciandola lentamente.

- "Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano por tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.

Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y nuestros ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mí como una luna en el agua".

Mis manos temblaban, temblaban de deseo y lujuria. Lo amaba, lo amaba tanto que no podía contenerlo. Nuestras caras ya encontradas profundizando el beso que ya había empezado. Nos enmudecía, nos quitaba el aliento y nos dejaba sin nada, solo ganas de más.

Y cada vez se fue intensificando más, todo era calor y lujuria. Yo enredaba mis manos en su cabello rubio del sueño, y él me acariciaba la espalda con delicadeza, pasaba sus manos curiosas por toda mi columna.

Le desabotone la camisa y él me quito la blusa, poco a poco fueron desapareciendo prendas y más prendas, dejándonos completamente desnudos.

- ¿Estás segura?- preguntó en un susurro.

- Yo ...- ¿Lo estaba?- Yo no lo sé.

- Descuida, seré lento y haré todo con amor.- susurro.- Cuando tú me lo pidas me detendré.- asentí.

Y todo sucedió, fue lento, dulce y con cariño. Mis brazos lo abrazaban y nuestros labios aún jugaban, jugaban todo el tiempo, sin separarnos el uno del otro.

Sus manos me acariciaban lentamente, despertando mis deseos más perversos y amorosos. Me lleno de sensaciones que jamás había experimentado, me sentía en las nubes y cada caricia era perfecta.

No sentía que había sido demasiado rápido o apresurado, sentía que era lo correcto. Qué estaba con el correcto.

Al terminar, ambos nos recostamos, y nos hundimos en un beso profundo, dulce y lleno de sensaciones y emociones.

- ¡Dios, te amo!- dije, en el pequeño momento en donde nuestras bocas se separaron para recuperar aire.

- Tu lo eres todo Zoe. Tú eres mi todo.- dijo, lo mire a los ojos, sus ojos color miel, tenía una mirada honesta, una mirada sincera. Decía que me amaba y yo le creía.

- ¿Por qué decírmelo ahora y no antes?- pregunté.

- Porque aunque sepa lo que quiero decirte, no puedo. Me poner nervioso, me dejas sin habla. Me quitas el aliento.- susurro en mi oído. Logrando que ml piel se erizara por la suave caricia de su aliento mentolado.

- Ross yo ...- susurre.

- Esta bien Zoe, ya no te voy a dejar, no voy a dejar que te alejes de mí. Tú y yo vamos a estar juntos hasta que tú ya no le quieras en tu vida.- me acarició el cabello.

- Hasta entonces.- le dije.

Porque no se trata de un "para siempre", porque las cosas no funcionan así. Uno ama hasta que deja de amar, pero no es para siempre. Eso no se predice ni se decide.

Solo puedes decir que amas a alguien en el presente. Y así repetirlo todos los días que puedas.

- Te amo.- susurre de nuevo. Lo acaricie lentamente.

Pronto, Ross empezó a reírse. Se reía a carcajadas, y su risa se convirtió en eco, cada vez más fuerte, cada vez más risas.

Las risas de Ross rebotaban por toda la sala. Y de repente, sentí que todo se sacudía. Los muebles empezaron a carece y a tambalearse. Las risas no paraban.

- ¡ZOE!- empezó a gritar Ross.- ¡SEÑORITA MORIARTH!- gritó Ross pero con la voz cada vez más grave y áspera. Su voz ahora era la de un viejito decrépito.

Todo me daba vueltas, las risas, Ross y su voz decrépita, los muebles tambaleándose.

- ¡ZOE YA DESPIERTA!- gritó ahora una chica, era la voz de Amanda.

¿Despierta?

Me levante de sopetón, abrí los ojos de tope y di un salto que izo que me callara de mi silla.

- Señorita Moriarth, veo que Julio Cortázar la a inspirado de tal manera, que le a declarado su amor a el libro.- comentó el profesor de literatura.- Pero a mi parecer, aquel libro no tiene ojos miel y cabello rubio del sueño. Además debería considerar dejar sus comentarios promiscuos fuera de este salón.- todos los alumnos empezaron a reír.- ¿Tiene algo que decir?

Voltee a ver a mi alrededor. Todos me miraban divertidos. ¡TODO HABÍA SIDO UN SUEÑO! Y uno de los mejores ...

¿Qué contestar sin que parezca una tonta después del show que acabo de montar?- Sí profesor. Mis disculpas por mi repentina declaración, aunque déjeme aclarar, que el capítulo 7 de Rayuela, despierta sentimientos y pasiones ocultas. ¡Debería leérselo a su esposa!- solté orgullosa.- Ou espere ...- recordé ... Qué era viudo.

- ¡Perfecto señorita! Dado su repentino interés, ahora tiene que leer el libro completo y dar una reseña sobre él. Y debido a su comentario sobre mi esposa, en paz descanse. La veré mañana en detención.- dijo y todos soltaron un "Oooooh". Burlándose de mi castigo.

Yo bufé frustrada, esto era terrible.

Había soñado con Ross, había soñado que hacía el amor con él y ahora estaba recibiendo un castigo. Y definitivamente esto era muy vergonzoso.

- ¡Maldito Julio Cortázar y tus textos tan maravillosamente explícitos!

--------------
Capítulo de regalo por el 14 de febrero. Sean felices y disfruten el día.

Hice una cita textual de mi capítulo favorito de Rayuela, el capítulo 7 de el autor Julio Cortázar. Les recomiendo el libro.

Si tienen textos como este que les gustaría leer en esta o en otras novelas, envíenmelos y díganme el autor, el capítulo y el libro, y por obviedad la parte que quieren que cite. Incluso cito de otros libros de Wattpad. Claro dando todos los créditos a el autor o autora.

LA APUESTA (Ross Lynch) [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora