¿Malteadas dijiste?

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Había una luz tenue al rededor, una canción lenta y se escuchaban pasos pero no veía de donde provenían. Volteaba a ver a todas partes pero aun nada, solo podía escuchar, pronto un olor bastante familiar se percibió, era una colonia realmente deliciosa. Y pronto sentí que alguien se encontraba tras de mi.

Quería voltear pero no podía, mi necesidad de saber quien era era bastante fuerte.

- Calma preciosa.- me susurro en el oído, colocando mi cabello atrás de mi oreja.- Cierra los ojos.- y sin chistar los cerré, sentía tanta confianza en esa voz. No me preocupaba nada, solo quería verlo, pero mas que nada quería ver que pasaría.

Al cerrar los ojos sentí que el deslizaba con cuidado una tela, parecía que me cubriría los ojos, y así lo hizo, pero con delicadeza. Y al terminar me volteo, por lo que supuse estaba frente a él.

Podía sentir su respiración chocar contra mi frente, definitivamente él era muy alto y yo muy pequeña.

- Zoe te amo.- y con eso estampo un beso en mi boca. Era dulce, suave, con mucho cariño y amor, una de sus manos me tomaba de la nuca y la otra me abrazaba de la cadera, para acortar cada vez mas la distancia. Yo rodeaba su cuello con mis brazos, mis manos acariciaban lentamente su cabello y nuca. Nuestras respiraciones chocaban, y nuestros cuerpos estaban muy pegados, no había manera de acortar mas la distancia.

Todo era perfecto, sus labios encajaban perfectamente con los míos. Y parecía que ambos teníamos el mismo ritmo. Pronto el beso se volvió apasionado y luego fue un beso desesperado, empece a bajar mis manos hasta su abdomen, su abdomen plano y bien formado, lo empece a recorrer y a acariciar con desesperación. Él empezó a bajar sus manos por mi espalda y fue hasta mi trasero, luego llego hasta los muslos y sin previo aviso me levanto, de manera que yo enredara mis piernas alrededor de él.

- Zoe linda, despierta mi vida.- empezó a decir.- Mi vida linda, es hora, pronto tendrás que ir a la escuela.- dijo poco a poco agudizándose su voz.

Y pronto caí en cuenta, de que todo era un sueño y mi mamá me estaba hablando. Empece a abrir mis ojos pesadamente, la luz me estaba impidiendo ver con claridad.

- Zoe, preciosa hija mía. Desierta.- dijo mi mamá besando mi frente.- ¿Porque tanto trabajo para levantarte?

- Porque tuve un maravilloso sueño que interrumpiste.- dije tallándome un ojo.

- ¿Qué soñaste Zoe? ¿Soñase con un chico?- dijo mi mamá divertida.

- Sí, soñé con un chico. Pero no sé quien es.- voltee a ver a mi mamá que sonreía de lado y miraba hacia un punto fijo.- Era realmente perfecto.- dije mas para mi que para mi mamá.

- Seguro que si lo era.- dijo besando mi gente.- Ya luego me dirás de quién se trata.- me guiño el ojo y se fue.

Suspire pesadamente y me levante, o llegaría tarde a clases. Me bañe y arregle lo más rápido que pude. Pronto estaba arriba desayunando panqueques con maple.

- Hermanita, ¿hoy te llevo a la escuela?- preguntó Joe con comida en la boca.

- ¿Puedes? Porque eso seria genial.- dije metiendo un pedazo de panqueques a mi boca.

- Mmmhm.- dijo asintiendo con la boca llena.

Al terminar, todos tomamos nuestras cosas, Lukas y Karim se fueron en el auto de mamá a la escuela y yo me fui con Joe.

Ya en el camino a la escuela.

- ¿A qué hora te recojo?- preguntó Joe, fijándose antes de cruzar la avenida.

- No lo hagas, hoy Ross y yo iremos a empezar el ensayo. Aun no lo hemos ni pensado.

- Pero si lo has visto varias veces para eso, ¿porque aun no esta hecho?- dijo mi hermano con una mirada divertida.

LA APUESTA (Ross Lynch) [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora