1) La fiesta de Ross - Ross el "discreto"

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Peinado, maquillaje, collar, vestido rojo, y brazaletes ... Me sentía extraña, de esas veces en donde desbordas de emoción euforia y nervios con un nudo en el pecho, las manos temblorosas y una sonrisa imborrable.

- Siempre tan bella.- dijo papá entrando a mi cuarto.

- Hola papá ...- salude.- Estoy extrañamente nerviosa.- me encogí de hombros.

- ¿Vas a ver a Nat?- preguntó, se veía preocupado.

- No, voy a ver a Ross.- le sonreí.

- Y ... ¿Por qué tan nerviosa?- regusto papá.

- No lo sé, supongo que es porque van a haber muchas personas por ahí ...- dije encogiéndome de hombros.

- ¿Segura? Porque hasta donde yo sé, no es a la primera fiesta que vas.

- Si bueno, pero esta tiene algo "especial".- me ruborice.

- Bien, ya no preguntaré más.- me dio un beso en la frente.- Y antes de que vallas a esa fiesta. Tenemos que trenes una plática de padre a hija ...- nos pudimos colorados.

- ¡¡Mamá ya me dio la platica papá!!- dije apenada.

- ¡Bien! Honestamente yo no quería hablarte de eso ...- dijo nervioso.- Que tengas una linda tarde noche corazón.- se despidió.

Suspiré profundo y me contemple de nuevo en el espejo. Esperaba poder ver a las chicas en la fiesta, poder evitas a babosos que aún recordarán la apuesta, no encontrarse a Alex y hablar con Ross. Pero como es demasiado pedir por una sola noche ... Tampoco me hice muchas ilusiones.

Mire de nuevo mis "nuevos zapatos"n e gris de tacón con miedo, y sin poderlo evitar dirigí mi mirada a mis tenis, que se encontraban alado de mi patineta. Sin dudarlo dos veces me cambie los zapatos y tome la patineta para poder dirigirme a la casa de Ross.

- ¡Adiós mamá y papá! ¡Hermanos y hermana! ¡Siempre es un gusto! !Loooos aaaaamoooooo!- grite para por fin serrar la puerta principal de la casa.

Tome mi morral, y coloque la panera en su sitio, me subí y comencé mi camino, la tarde era fresca pero no lo suficiente como para que me diera frío.

Al llegar a la puerta de la casa de Ross, no pasaron ni tres segundos después de que tocara el timbre cuando me abrieron los papás de Ross.

- ¡¡ZOE!!- dijeron al unísono.

- ¡Mark, Stormie! ¡Siempre es un gusto!- me acerqué y los abrace.

- Bueno cariño, te dejamos con los demás, Ross y Rydel están dentro. Tenemos un poco de prisa.- dijo la Sra. Lynch.

- Si, claro. Muchas gracias.- sonreí e ingrese a la casa.

Y conforme pasaba el tiempo la casa se llenaba de personas y más personas. A tal grado que no conocía a nadie más que a Ross, Rydel y Alex. ¿Dónde estaban las chicas y los amigos de Ross?

Y por cuestión de milagro me llego una llamada al celular de parte de Luz, explicando su retraso y que ya estaban en camino.

- ¿Con quién hablas?- preguntó Alex apareciendo repentinamente.- O más importante aún ¿qué haces aquí?

- ¿Qué ni es obvio? Ross y Rydel me invitaron a su fiesta.- sonreí de manera sarcástica.

- Honestamente me sorprende pensar que Ross se junte con tal pulga.- me estaba sacando de quicio esta mujer.

Una media horas más tarde ya me había tomado un baso de agua y medio, intentaba calmarme ya que no llegaban mis amigos y tuve que huir de Alex antes de que le arrancará el cabello.

LA APUESTA (Ross Lynch) [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora