Me separé lentamente de mi hermano, y lo miré a los ojos.
- Sé que sigues sin entender las razones por las que me fui la última vez, te las explicaré, esta vez, sin gritarnos- le dije.
-Bien- suspiró- explícamelo mientras comemos esas pizzas que dices que Elena y tú habéis comprado- dijo tocándose el estómago, dándome a entender que moría de hambre. Sonreí y asentí, también tenía hambre, no me había dado tiempo de comer muchas patatas.
- Marchando entonces- le dije.
Ambos bajamos por las escaleras, en dirección a la cocina, donde estaba mi hermana y esos dos hombres, los cuales me hacían tener unos pensamientos bastante impuros.
- Venimos por la pizza- dijo Jeremy, acercándose a una de las cajas, abriéndola y viendo que tenía espinacas, era la vegetariana.
- Jeremy suelta eso y pon la mesa- le dije yo.
Él me miró y se dispuso a hacer lo que le había dicho. Esa acción hizo que Damon y Alaric mirarán sorprendidos, se notaba que mi hermano seguía igual de desobediente que siempre, no me sorprendió.
- Yo tengo que pedírselo, como mínimo, tres veces- dijo Alaric - es bueno tenerte por aquí, si eso lleva a que este niño obedezca-.
Yo reí, haciendo que ambos hombres me mirarán encantados, (soy encantadora) pensé con gracia.
- Simplemente, sabe que puedo hacerle de su vida un infierno- Jeremy me miró mal.
- Mentira- dijo él.
- Quieres que te recuerde la vez que fui a buscarte al colegio con un megáfono- su cara cambió y Elena empezó a tener una ataqué de risa.
Flashback
Estaba esperando a que Jeremy saliera de clases, esa mañana se había encerrado apropósito en nuestro baño, haciendo que llegaran tarde a clases y en mi caso, a la prueba de camuflaje.
Lo vi salir tranquilamente por la puerta, (empieza el show).
-JEREMY, BEBÉ, COSITA DE LA HERMANA, VEN AQUÍ- empecé a hablar por el megáfono.
La cara de Jeremy fue un poema, según Elena, le llamaron bebé durante lo que restaba de año.
Fin del flashback
Cuando termine de relatarle la historia a los dos hombres, estos no podían parar de reír. Jeremy estaba más rojo que un tomate y su nariz parecía la de Rudolf, por el rojo del golpe y la vergüenza.
- Ya basta- dijo él- ¿Así quieres que te perdone?- dijo mirándome, con el ceño fruncido.
Yo lo miré con una pequeña sonrisa en mis labios - Ya perdón- le dije.
Con la mesa ya lista, nos sentamos a comer.
- Por cierto, gracias por todo Alaric- dije mirando al hombre castaño - por hacerte cargo de mis hermanos- aclaré al ver su cara de desconcierto.
- No es nada, aprecio a estos niños- dijo él con una sonrisa en la cara.
- Aia- dijo Lena- no te importa que él viva aquí, ¿No?-.
La miré y luego a Jeremy, querían a ese hombre, había salido con mi tía, y cuando ella murió, él se hizo cargo de los chicos, sin dudarlo.
-No, para nada, es más tu casa que mía- dije mirándolo.
Él negó- No creo eso-.
- No vivo aquí desde los 17 años- me miraron sorprendidos.
-¿Cómo?- pregunto Damon, (vaya, a este hombre sí que le interesaba mi vida).
-Vivía en la escuela militar- dije.
- Vaya- dijo Saltzman sorprendido - de eso quería hablar- me miró.
- ¿Si?- pregunté, para qué continuara hablando.
- Sabes de armas- dijo él, yo asentí- a mí me gustan, ¿No te molestaría enseñarme un poco?- me sorprendí.
- Un poco sí, puedo- le contesté, mientras hacia un gesto afirmativo con la cabeza- pero no mucho, me lo tienen restringido, espero que entiendas-.
- Con un poco me basta, gracias- me sonrío.
Le sonreí de vuelta, para posteriormente girar mi cabeza hacia donde estaban mis hermanos.
-Remy, Lena- llamé su atención- mañana tendremos una larga charla- les dije- quería tenerla hoy, pero he volado en un día desde la otra punta del mundo- dije- estoy agotada, no me van bien las neuronas-.
Ellos asistieron con comprensión, a lo cual sonreí agradecida.
Me levanté de la mesa disculpándome, y me dirigí a mi habitación.
Todo seguía igual, tres de las cuatro paredes pintadas de un verde césped pastel, una cama situada en medio de la habitación, con las colchas naranjas y los cojines de distintos tonos de verde y unas cortinas de los mismos colores, rodeándola. A la derecha de la puerta, un escritorio y a la izquierda una cómoda, ambos blancos y verdes. En la pared izquierda, una ventana con un pequeño sillón enfrente y una gran librería en la misma pared. En la pared derecha, una puerta, la cual daba a un vestidor, de tamaño considerable, y en el techo mariposas colgadas y estrellas pintadas.
Se dirigió al armario, sacó un pijama verde oscuro y ahora que lo veía bien, la gran parte de su ropa era verde. Tenía un problema de obsesión con ese color.
Fue al baño, con su pijama, toalla y cepilló verde. Se dio una larga ducha caliente, hacía meses que no tomaba una, ya que, en el campamento, tenían que ser muy rápidas y con agua casi helada. Disfruto del agua tibia caer por su espalda, paso la esponja por su cuerpo, por encima de todos sus tatuajes, los cuales cubrían docenas de cicatrices.
Después de unos largos minutos, salió del baño, ya vestida, se encaminó hacia su habitación, para acostarse y dormirse enseguida.
Hacía mucho tiempo que no tenía que dar vueltas en la cama para poder dormir, sin ninguna pesadilla que la atormentara. Durmió profundo y tranquila. Descansando su cuerpo y mente, sin ni siquiera pensar lo que le tenía preparado la vida. Se durmió creyendo que había sido bueno haber vuelto a casa.
Ja, pobre ingenua.
Nota de autora:
Ambas fotos (siguiente cap) son representación de como me imagino la habitación de la protagonista, hechas por mí.
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Arma de Fuego- Klaus Mikaelson
FanfictionMaia Gilbert, la hermana mayor de Elena y Jeremy Gilbert. Militar, tiene que dejar el campo de batalla para poder hacerse cargo de sus dos hermanos pequeños después de la muerte de su tía. Al llegar se encuentra con un mundo sobrenatural, el cual pa...