Tu debes de ser Nova

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Era el día de la novatada en el instituto de mi hermana; para variar, me habían enredado para ir a ayudarlos. Ya me encontraba bien del todo, aun así, no había hecho mucha cosa en esos dos días y por eso a mi hermana le pareció una fantástica idea traerme. Pero para qué mentir, me lo estaba pasando genial viendo a la preciosa rubia mandonear a todo el mundo, gracias a Dios, yo era la excepción, puesto que "me estaba recuperando".
De un momento a otro me mareé, una sensación extraña invadió mi cuerpo, era agridulce. Quería salir del instituto, correr, cosa extraña, eso solo me pasaba en mi trabajo, no en casa.
-¿Nova?- me dijo Caroline- ¿Estás bien?-.
De un momento a otro escuché un pequeño chillido de su parte, pero no la veía a ella. Eran tres personas, dos hombres y una mujer rubia, en un bar, con prendas que no eran de esa época, mordían a camareras hasta desangrarlas, o llenaban su sangre en copas, sin duda vampiros.

De un momento a otro pude percibir los ojos preocupados de la rubia.
-Joder, Nova- dijo mientras me sentaba en una silla- ¿estás bien?-
-Sí, no te preocupes -.
-¿Segura?, tus ojos se han puesto en blanco, dabas mucho miedo-.
-estoy bien preciosa, no te preocupes - dije yo, mientras le daba un beso en la frente.
Ella me dio una media sonrisa, claramente preocupada. Le sonreí de vuelta, cuando, de un momento a otro, las puertas del salón se abrieron dejando ver a un guapísimo hombre rubio. El sentimiento agridulce volvió.
No sé qué dijo, pero vi la cara de mi hermana palidecer y a la mayoría de los adolescentes salir. Me acerqué a ella con velocidad, poniéndola la detrás de mí.
—A ti no te conozco y se nota que tú a mí tampoco - dijo él, con un super sexi acento británico— Apártate - dijo con voz demandante y para que negarlo, me dio mucho miedo.
-¿Y tú quién te crees que eres hijo de puta?- sentí el tirón de mi hermana en la espalda.
Él solo emitió una carcajada y yo le metí un puñetazo en la boca para callarlo.
Me miró entre sorprendido y divertido.

Escuché un grito ahogado de mi hermana, cuando otro hombre guapo entró en la escena.
-Stefan- susurro ella.
¿Él era el famoso Estéfano? Bueno estaba, los genes Salvatore eran de calidad.

Elena salió de mi espalda, y yo, rápidamente, recoloqué a la estúpida niña detrás de mí. El tipo no tenía esa aura amigable que todo el mundo decía que tenía.

-¿Eres tonta o suicida?- le dije yo, sin quitar mi mirada de la del sexy rubio.

- Tú debes de ser Nova - dijo el pequeño Salvatore.
Vi a la rubia acercarse por el lado izquierdo.

-¿Quién?- dijo el otro hombre.
—Tú debes de ser el tan famoso noviecito vampiro de mi hermana - dije yo con sonrisa arrogante, ignorando al otro rubio.
Escuche un suspiro de sorpresa detrás de mí, la mirada de la preciosa rubia se opacó ligeramente. No había que ser demasiado listo para notar que ella también lo era, quiero decir, el que cargará tres fundas de cerveza ella sola lo dejaba bastante claro.

-Vaya, pareces informada- dijo él.
-Tu hermano no guarda muy bien los secretos - contesté.
Muy linda presentación - interrumpió el otro hombre— pero no estoy aquí, por eso, tú —señaló a mi hermana— deberías estar muerta —. Me tensé más, no sé quién era ese hombre, pero sin duda alguna, no iba a dejar que tocase a mi hermana, incluso si tenía que morir para evitarlo.

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⏰ Última actualización: Mar 16 ⏰

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Arma de Fuego- Klaus MikaelsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora