Complicada relación

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Hoy 12 de Agosto, el día que nació una diosa

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Hoy 12 de Agosto, el día que nació una diosa. El día más importante del año ha llegado. El día que yo nací - gritaba mientras bajaba por las escaleras de su casa.
Elena, Jeremy y Alaric la miraban con una sonrisa al pie de la escalera, esperando que terminara su show para poder felicitarla. Bajo como toda una diva, cuando llegó su hermano se abalanzó sobre ella, dándole un muy fuerte abrazo, esos dos últimos meses habían retomado la estrecha relación que tenían de pequeños, estaban muy felices. Su hermana fue después, se abrazaron con fuerza, como si se pudieran perdón por todas las discusiones, aunque ambas sabían que continuarían teniéndolas. Alaric fue el último en abrazarla, se habían hecho muy unidos, tenían una muy bonita amistad creciente.

-Gracias, gracias- dijo ella de forma "modesta" - ahora quiero mi pastel de Lima, por favorcito- dijo ella, haciendo referencia a la tarta que comían para desayunar todos sus cumpleaños.
-Está en la cocina, vamos- dijo su hermana.

Cuando terminaron de cantarle cumpleaños feliz y terminaron su tarta, todos empezaron a arreglarse para la celebración de la tarde. Ella se encontraba tranquila, sabía que la hermosa rubia se estaba encargando de que todo estuviera perfecto, las camas elásticas, la comida y el alcohol.
La rubia había invitado a todo el pueblo, de eso estaba segura, pero no le importaba en absoluto.

Se puso su elegante y cómodo mono verde, el cual Damon y ella habían estado buscando exhaustivamente, y como no, unos hermosísimos tacones negros. Recogió su cabello en un moño bajo y se maquilló ligeramente.

Cogió las llaves de su coche y les gritó a sus hermanos, avisando que saldría. Condujo durante unos largos minutos hasta que llegó. Bajo del coche y se dispuso a buscar al hermoso hombre. Cuando lo vio corrió velozmente hacia él.
- ¡Chris!, ¡Chris!- le gritó, mientras se acercaba hacia él.
Christopher abrió sus brazos para recibirla, cargándola en un muy fuerte abrazo, se habían echado de menos. Todos lo sabían, no había una Maia sin un Chris, ni un Chris sin Maia, eran almas gemelas, y no en un sentido romántico, en las misiones y en la vida en general se complementaban perfectamente.

-Pero mírate- la miró de arriba a abajo con una sonrisa- pero si eres una chica- ella lo golpeo en el hombro.

-Que te jodan- le dijo con una sonrisa- ¿Cómo están los demás?, ¿No ha habido ningún percance?-

-Todos están bien, te echan en falta y te mandan felicitaciones- ella hizo una mueca añorante.

Después de otro abrazo, se dirigieron al coche, ella le mostraría el pueblo y comerían en el grill. Se pusieron al día en todo, excepto en algunas cosas que se tenían que quedar ocultas, se rieron y recordaron buenos momentos. Cuando la hora de la celebración llegó se pusieron en pie y pagaron la cuenta, para dirigirse a la mansión Salvatore.

Damon la esperaba en la puerta con una sonrisa.

-Felicidades estrellita- le dijo él, para después mirar al rubio- ¿y tú eres?- le dijo con mala gana, la morena y él se habían hecho amigos muy estrechos, el pensar que estaba saliendo con un hombre, el cual seguramente le quitaría el tiempo con su mejor amiga, no le hacía mucha gracia.

-Soy Chris Clearwater, ¿tú eres?- respondió con el mismo tono de voz, en ese momento la muchacha entendió que entre ellos dos habría una muy complicada relación.


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Arma de Fuego- Klaus MikaelsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora