Bandera blanca

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-Se mueve-.

-Ves Elena, te dije que no se iba a morir-.

-Tu delicadeza ante estos asuntos me encanta -

-Eso un don natural-

-Callaos- solté- me duele demasiado la cabeza como para escucharos pelear como un viejo matrimonio -.

-Esta siendo sarcástica, ella está bien, podemos irnos- dijo Chris, el cual segundos después recibió una colleja de la segunda Gilbert- ¡Auch! Pero si el sarcasmo es señal de buena salud -.

-¿Cuánto tiempo he estado inconsciente esta vez?-.

-Una hora y media- dijo el hombre de ojos azules.

-Puf, nuevo récord- Chris me paso un dólar.

-¿No te puedes tomar nada en serio? - dijo una muy enojada Elena - casi mueres-.

-casi- dije yo con gracia.

Claramente, doña dramas, se fue enfadada de la habitación.

-Menudo susto - dijo mi hermano, mientras me abrazaba.

-Estoy bien peque, nada que no me haya pasado antes - le di una sonrisa sincera. Me senté bien en la camilla, con mi hermano aún encima.

-A ver moquillo- dijo el hombre rubio mientras movía a mi hermano, el cual solo soltó un bufido de indignación.

-¡Christopher!- le dije cuando lo empujó con fuerza cuando vio que él iba a volver a abrazarme.

-¡Nova!- dijo él, mientras me abrazaba con delicadeza- casi te mueres y fuera del campo, es algo ridículo, no lo vuelvas a intentar, quedarías mal- dijo él, generándome una fuerte carcajada, la cual me dolió.

-Auch- ahí fue cuando Damon se acercó.

-Quita idiota, ¿no ves que le haces daño con tu humor de mierda? -.

-Mira pelinegro...- dijo levantándose de forma agresiva.

- ¡Basta!- grité - ¿no veis que vuestra mierda me ha hecho tener un puto accidente- dije yo cansada y enfadada- o sois tan egoístas como para seguir peleando después de esto?-.

Los dos hombres se callaron y bajaron la mirada arrepentidos. Fue Damon quien dio, sorprendentemente, el primer paso.

- Bandera blanca - dijo estrechando la mano del rubio.

-Bien, bandera blanca - dijo el militar - ni siquiera se porque nos llevamos mal-.

El pelinegro se encogió de hombros, restándole importancia.

Justo en ese momento, entró una enfermera a revisarme, no tenía nada importante, simplemente fue un mal golpe. Me dio el alta para esa misma noche.

-Tengo hambre- dije- Christopher, Jeremy- llamé - id a buscar algo de comer- claramente, me hicieron caso.

Apenas se fueron, aproveché para contarle mi extraño sueño al vampiro.

-No me sorprende - me contestó - eres el primer "humano" que se resiste a la compulsión sin verbena - resaltó la palabra humanos, haciendo comillas con sus dedos.

-Pero no lo entiendo - dije- los hombres lobo se convierten cuando matan a alguien, y por obvias razones, podemos descartar esa opción - Damon asintió con gracia - si fuera una bruja me habría dado cuenta hace mucho, ¿No?- el volvió a asentir.

-Mira, no se qué decirte, hasta hace poco tiempo no tenía ni idea de que existieran los hombres lobo, y mira que tengo más de 100 años- el dudo un segundo, como si no estuviera seguro de decirme algo. Pero era Damon, era obvio que me lo iba a decir, por raro que parezca, soy una de las pocas personas que tienen su confianza y respeto- se lo podemos preguntar a Bonnie-.

-¿Bonnie?- pregunté confundida, sin entender que tenía que ver la amiga de mi hermana en todo esto.

-Bruja, en alguno de sus libros de recetas encontraremos algo, supongo - dijo él - la segunda opción es Alaric- le mire en búsqueda de más información, deseando saber qué clase de ser sobrenatural era- el es un humano con armitas para matar vampiros y un anillo que lo trae de la muerte, nada importante - dijo de forma graciosa- su exmujer se dedicaba a estudiar leyendas de seres sobrenaturales, el guarda toda esa información -.

-Al menos tenemos por donde empezar - suspiré con cansancio.

Arma de Fuego- Klaus MikaelsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora