DIEZ

193 36 4
                                    

DIEZ

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

DIEZ

Por primera vez en lo que se sintió como un año sin fin, Beth amaneció con una dichosa sonrisa en su rostro al aún tener los sentimientos y recuerdos de la noche anterior ebullendo en su cuerpo. El calor de Shota permanecía en su piel, quemándola de la mejor manera posible como lo haría el sol ardiente; su tacto se aferraba a su figura, manteniendo la sensación del peso de sus brazos envolviendo su cadera y su viril aroma revoloteándola al haberse adherido a los almohadones que la rodeaban.

Instintivamente echó un brazo hacia atrás, viéndose incapaz de permanecer demasiado tiempo sin tocar a su alma gemela, más éste cayó hasta impactar contra la tela del sillón como un peso muerto. A su lado no había nadie. El calor de su piel se congeló, el tacto en su figura se difuminó y el viril aroma se fue con el viento.

En la velocidad de un parpadeo ya no estaba echada en el sillón, sino que sentada en él con sus ojos bañados en lágrimas y la expresión deformada. El hormigueo de la ansiedad no tardó hacer presencia en sus piernas las cuales, con cada segundo que transcurría, se sentían menos aptas. Con torpeza cubrió su desnudez con la fina sábana que yacía enredada a sus pies.

«Se fue —pensó, intentando tragar su llanto por más difícil que fuera. Aún estaba sensible luego de la noche anterior, conmocionada por el supuesto encantamiento que se dio entre los dos. Pero ahora comprendía que no fue más que una proyección fantasmal—. No cumplió su promesa. Se fue... Realmente se fue... ¡y yo soy una idiota por haberle creído!».

«—Esto es tan vergonzoso... —Su aliento quedó atascado en su garganta al oír a la odiada voz. Incluso su flujo de lágrimas frenó en seco. Quedó tiesa en su lugar, demasiado aterrada como para mover si quiera un músculo—. ¿Enserio creíste que tu amor lograría borrarle la mente o qué? ¿O que él puede amarte lo suficiente para olvidarse del HEDOR que expulsaste y que él OLIÓ?».

Torció su cuello hacia abajo y ancló su mirada en sus temblorosas manos, las cuales estaban enlazadas sobre su regazo. Pequeñas gotas trasparentes caían sobre ellas.

«Claro que no pensé eso —se halló replicando, desesperada por encontrar una respuesta lo suficientemente lógica como para sanar su corazón. La voz se carcajeó—. Solo... cállate, ¿sí? No eres real. No estás aquí. Lo único que haces es molestarme con mis miedos e inseguridades. Luego de mi primer alucinación, Sho dijo que mi papá no fue más que una representación hecha por mi terror hacia él... Tú eres lo mismo».

«—Real o no, Bethy, ¡¿cuál es la diferencia?! ¡Aizawa sigue espantado contigo, no importa si yo sea verdadero o no! ¡Él mismo no pudo tolerar una sola noche a tu lado, incluso después de la "conexión" que tuvieron ayer! —Chilló, alimentándose del sufrimiento ajeno con gula y regocijo—. Quizás... solo tú piensas que ese momentito en la ducha fue especial... Quizás él siente que fue el peor tiempo de su vida... ¡QUIZÁS, QUIZÁS, QUIZÁS! ¡QUIZÁ DEBERÍAS ACEPTAR LA REALIDAD DE UNA VEZ POR...!».

𝐉𝐔𝐃𝐀𝐒 [𝐀𝐢𝐳𝐚𝐰𝐚 𝐒𝐡𝐨𝐭𝐚]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora