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Su cuarto estaba oscuro, y se negaba a prender las velas, había rogado porque sacaran todos los espejos de aquel lugar. Había tomado un baño hace rato, sus ojos se llenaron de lágrimas al comenzar a recordar y llevó sus uñas a sus brazos.
Comenzó a rascar estos con furia mientras dejaba escapar las lágrimas, sus brazos se comenzaron a tornar rojos y había comenzado a escurrir algo de sangre.
Pero esto a Jin Ling no le interesaba, siguió con su misión hasta que escuchó la puerta abrirse, rápidamente de hizo bolita en una esquina de la cama y comenzó a gritar.

—¡Aléjate!—, gritó con miedo mientras cubría su cuerpo, escuchó un pequeño jadeo y reconoció quien era, pero su miedo era aún más grande que eso.

—Joven Jin—, habló Sizhui mientras se acercaba un poco—Soy yo..

—Por favor, aléjate...—, rogó con su voz temblando, Sizhui simplemente suspiró y se acercó a las velas para encender una de estas.

—Joven Jin, por favor—, cuando encendió la vela pudo ver los brazos de su menor sangrando, jadeo ante esto y cerró sus ojos un momento—¿Puedo ver tus brazos?

—No—, respondió usando una pequeña toalla para cubrirlos, Sizhui asintió y tomó la vela en sus manos para acercarse al joven.

—Wuxian me dijo que viniera por ti para comer, ¿vienes?—, ofreció su mano al más joven, quien negó rápidamente y recargó su cabeza en la cabecera de la cama.

—No tengo hambre...—, susurró, Sizhui asintió y suspiró de nuevo.

—Te traerán la comida, volveré en media hora, por favor déjame revisar tus brazos—, no le dio tiempo de responder al menor antes de salir de la habitación, llevándose la vela junto a él.

Jin suspiró y se relajó en cuanto éste salió, nunca se había comportado así con él, ellos fueron cercanos en su infancia y Jin se sentía culpable por tenerle miedo.
Miró sus brazos y mordió su labio inferior, quizá sí debía dejar a su mayor revisarlo.
Pero no soportaba la idea de que alguien lo tocase, no después de cómo lo habían tocado.
Miró su piel, su inútil intento de quitar las huellas de GuangYao no había funcionado, sus brazos sangraban pero la sensación de asco seguía en él.
Sentía tanto asco de sí mismo después de aquello, solo habían pasado 12 horas, 12 horas donde no había podido dormir y no había comido.
En la mañana, fue JingYi quien vino a verlo, y él terminó corriendolo a gritos, supuso que el mayor no quería volver a verlo.
No lo culpaba, era un monstruo y daba asco, llevó sus manos a sus mejillas y limpió éstas quitando las lágrimas, sus manos temblaban, escuchó la puerta abrirse de nuevo y cerró los ojos con fuerza.

—Mi pequeño Jin—, susurró la dama Madre, Jin rompió a llorar en cuanto escuchó su voz. La mujer dejó la canasta con comida a un lado de la cama y se acercó a él—El joven Lan me contó lo de tus brazos, ¿puedo verlos?—, Jin negó de inmediato tratando de regular su respiración—Está bien, mi pequeño, hablaremos cuando estés listo, ¿sí? Te dejo la comida.—, subió la canasta a una mesa de madera pulida que reposaba a un lado de la cama y le sonrió al menor.

La mujer salió de la habitación en silencio, Jin suspiró y abrió la canasta, había algo de sopa de loto con un poco de carne, sonrió y sacó el plato tomando la cuchara de madera.
Suspiró y dio una pequeña cucharada, sus lágrimas comenzaron a salir con suavidad mojando sus mejillas mientras comía con lentitud.
Los recuerdos estaban anclados en su mente, sorbió su nariz y sacudió un poco su cabeza haciendo que se mareara un poco.
Tardaba mucho en dar el siguiente bocado, sentía tanto asco de comer, él no lo merecía.
Sentía arcadas tras cada bocado, su respiración se agitó nuevamente y alejó el plato casi vacío, cerró sus ojos y trató de evitar vomitar.
La puerta se abrió nuevamente haciéndole sobresaltarse, abrió los ojos y vio a Sizhui entrar con la misma vela de hace media hora.
Observó con atención sus movimientos y retrocedió un poco.

—Hola—, susurró—¿Comió..?—, se acercó al menor alzando sus manos con la vela en éstas, Jin observó sus movimientos—Veo que sí—, le sonrió al ver el plato casi vacío—Es bueno que haya comido, Joven Jin—, aquel apodo le hizo sentir náuseas al recordar cómo había iniciado todo, Sizhui se alertó y dejó la vela sobre la mesa para acercarse a él con rapidez—¿Estás bien?

—Tú... No me llames así de nuevo—, rogó cerrando sus ojos, Sizhui asintió.

—¿Quieres que te cargue? Cómo cuando eras un niño—, sonrió un poco, Jin bajó su vista y mordió su labio reprimiendo un sollozo, Sizhui bajó su vista de igual forma—Por favor...—, al escuchar es tono en su mayor, alzó su brazos en su dirección dándole permiso de cargarlo.
Sizhui suspiró y pasó sus brazos por la cintura del menor, quien se encogió ante su tacto—Perdón, ¿te incómoda?—, el más joven asintió un poco—Hagamos algo, si llego a tocarte de forma indebida, me pegarás, ¿de acuerdo?—, aquellas reglas sonaban justas, así que Jin asintió de nuevo, sintió las manos de Lan tomar su cintura con algo de fuerza y reprimió un sollozo, más al aspirar el característico aroma de su mayor se tranquilizó un poco.
Sizhui lo alzó, Jin enrolló sus brazos en el cuello del mayor y sus piernas en la cintura de éste mismo.
Sizhui solo mantuvo sus manos en la cintura del chico, dando pequeñas caricias en su espalda, no bajaría sus manos, sabía que el menor ya estaba lo suficientemente incómodo.
Escuchó como éste comenzaba a llorar y su corazón se oprimió—¿Estás bien?—, el joven no respondió, y él lo entendió, no lo presionaría.
Continuó con las caricias mientras tarareaba una canción tranquila, la misma que solía cantarle cuando éste era pequeño.
Sintió como el menor dejaba de llorar y su respiración se regulaba lentamente.
Sonrió.
El joven no había dormido la noche anterior, y apenas había probado bocado, estaba contento de que éste haya logrado conciliar el sueño.
Pero no lo dejó, siguió acariciando su espalda y tarareando la misma canción, con la pequeña diferencia de que ahora se había sentado en la cama del joven.
Tenía sueño, claro que lo tenía, pero si Jin se despertaba en medio de la noche por una pesadilla, él debía estar ahí para él.
Se alejó un poco del chico sosteniendo su cuerpo con algo de firmeza y dejó un beso en su mejilla, tal cual hacía cuando Jin era un niño.
Volvió a abrazarlo y continuó con las caricias.
Miraba la vela derretirse de a poco, esta tenía una base de metal, así que no le preocupaba.
Y pasó así las siguientes horas, cantando distintas canciones mientras otorgaba caricias y de vez en cuando besaba su mejilla.
Hasta que escuchó al menor comenzar a sollozar.
Mordió su labio y acarició su cabello.

—Soy yo, A‐Ling—, susurró con calma mientras acariciaba—Está bien—, los sollozos fueron calmándose—Está bien—, repitió acariciando el cabello del menor, este estaba suelto, ya que no se consideraba digno de recogerlo.

Los sollozos se detuvieron y Sizhui suspiró, continuó cantando mientras recarcaba su cabeza contra la del menor y cerraba un poco sus ojos, tenía sueño.
Suspiró y se obligó a sí mismo a no dormir.

—Estaré aquí—, susurró.

 Save me ! - zhuiling [CONTINUACIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora