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Aquella oscura habitación plagada de aroma a incienso, tan pronto como entrabas podías sentir como todo tu cuerpo se helaba. Wei Ying dejó escapar un jadeo, su cuerpo comenzó a temblar. Sus pasos eran cortos debido a la poca movilidad que poseía, buscaba con la mirada mas era casi imposible debido la niebla causada por la humedad y al humo del incienso era difícil ver algo ahí dentro.
No había una sola ventana abierta, parecía estar blindada. Conforme caminaba podía notar cómo se volvía más frío lentamente.
Uno de sus pies topó contra algo, casi tropieza. Aquel algo estaba hecho de vidrio, pudo escuchar el cristal golpear contra el suelo.

-¡No! ¿Qué haces?-. Escuchó la voz, algo raposa pero aún tenía ese delicado toque de la secta Lan. Sintió su piel erizarse cuando la escuchó, guardó silencio y se mantuvo inmóvil.
Pudo escuchar a alguien caminar entre las sombras, y cuando estuvo lo suficientemente cerca pudo distinguir su rostro. Su apariencia descuidada y las ojeras bajo sus ojos claros.

-Hijo.. Yo... -. Su oración fue cortada por la sorpresa de ver a su menor frente a él, algo se oprimió en su pecho. Dio un paso atrás. Su menor encendió una pequeña luz con un talismán y se agachó con rapidez. Miró al suelo algo extrañado, pudo divisar, entre la niebla que había en este, un dibujo en el suelo. Se le hizo familiar aquellos trazos, recordaba haberlos visto antes.
Yuan golpeó la pierna de Wei Ying haciendo que diese un paso hacia atrás, acomodó la vela y la volvió a encender. Se aseguró de que los trazos estuvieran tal cual él los dejó y suspiró.

-¿Qué quieres?-. Preguntó el menor, aún en el suelo, cerrando sus ojos y tratando de regular su respiración. -¡Casi arruinas todo! Aléjate-. Pidió desesperado. Wuxian retrocedió unos pasos en profundo silencio, Yuan aprovechó esto e invocó su Guqin, se sentó correctamente y cerró sus ojos comenzando a tocar con calma.

Wei sintió como un escalofrío recorría su cuerpo, aquella canción era la canción invoca almas, ¿Está... Buscando a Jin Ling? Mordió su labio con tristeza, sintió sus ojos picar y trató de contener su llanto.
Yuan tocaba desesperado aquella melodía, y entonces, por primera vez, pudo entender al menor.
Los dedos del joven Lan sangraban dolorosamente, su Guqin tenía algunas gotas de sangre sobre éste. Ignorando el dolor seguía tocando.

Sus ojos permanecían cerrados buscaba tan desesperado el alma de su amado. Atraía a cientos de almas en pena pero ninguna era el que tanto anhelaba. Después de terminar de tocar la canción un par de veces se rindió, azotó sus manos con enojo contra el Guqin y gritó desesperado.

-¡¿Por qué no puedes traerlo de regreso?! ¡¿Ah?! ¡Tráemelo! ¡Sé que sabes cómo!... Sólo traelo de regreso..-. Hablaba mientras veía a su padre a los ojos, el mayor pudo notar lo destrozado que estaba su pequeño. Las lágrimas salieron de Wei Ying y se arrodilló frente a él.

-Aún si quisiera traerlo de regreso, no puedo-. Susurró dejando escapar un suspiro lastimero.- Él.. Su alma, él no desea vivir-. Cerró sus ojos unos segundos, no quería ver el rostro de su menor al oír esas palabras.

-¿Por qué? Dime, ¿por qué? ¡Dímelo y dejaré de intentarlo! ¡Dime por qué él no puede volver!-. Le gritó, sentía la debilidad en su cuerpo cada que el aire salía de sus pulmones. Wei abrió sus ojos y le dirigió una mirada la cual rogaba por un perdón.

-Porque él no lo desea..-. Tras esa respuesta un gritó cargado de dolor escapó de los labios del menor, Wei cerró sus ojos nuevamente.

-...-. Jadeaba con fuerza mientras intentaba recomponerse. Mordió sus labios con fuerza. -¡Todo es tu culpa! ¡Todo tu culpa!-. Le gritó a su mayor mientras golpeaba su Guqin. Lo hizo desaparecer y golpeó el suelo.

-Hey, detente, Yuan, detente-. Murmuraba Wei sin saber qué hacer exactamente, se acercó un poco más al menor quien soltó otro grito para después proceder a golpearse a sí mismo, sus manos chocaban con fuerza contra su cabeza, haciendo que soltara pequeños gemidos de dolor. -¡Yuan, pero qué haces?!-. Gritó tratando de retener las manos del joven, sostuvo sus manos por las muñecas y trató de que se detuviera. Aún sujetado intentaba golpearse a sí mismo. Soltó las manos del Lan y sacó un talismán de su bolsillo. -Perdóname -. Lo pegó sobre la frente del chico quien inmediatamente dejó de luchar.

Su cuerpo cayó inmóvil sobre el suelo, Wei sostuvo su cabeza para evitar que golpeara y alzó el cuerpo del joven Lan entre sus brazos.
Cargó a su menor con pesar mientras salía de la habitación. Tenía el rostro húmedo por las lágrimas, los ojos rojos y sus labios temblorosos. Caminó con el cuerpo inconsciente en sus brazos. Se detuvo solo hasta que pudo ver a WangJi a lo lejos, cayó de rodillas al suelo con el cuerpo del menor y dejó escapar sus lágrimas nuevamente.

Wangji corrió hacia él con preocupación. Le habló a varios discípulos entre gritos, incluyendo a su hermano, el Líder Lan.
Algunos de los discípulos alzaron el cuerpo de Yuan y lo llevaron con rapidez al cuarto de Wangji, llamando a la hija menor de Lan Xichen, la cual se dedicaba a la medicina.

Wangji se arrodilló frente a él y lo abrazó, Wei correspondió al abrazo cerrando sus ojos, dejando escapar todo el aire que tenía contenido. Sus sollozos los escucharon los discípulos reunidos a su alrededor. El dolor de ver a la joven promesa del Clan Lan tan destrozado y aislado de su misma familia lo compartían todos ahí.
Pero el dolor de no reconocer a su pequeño Rabanito solamente no entendían Wangji y Wuxian, su pequeño se había vuelto un completo desconocido.

Su pequeño se había alejado de todos, ni siquiera salía a comer. Nadie lo podía ver más de 2 minutos al día. Se había aislado, alegaba que quería estar solo.

Solo, solo, solo, solo, solo.

 Save me ! - zhuiling [CONTINUACIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora