Robo con Plot Twist.

Capítulo 24.

Se despertó apurado por la alarma, corriendo a apagarla para no despertar a nadie tuvo que dejar la comodidad de su futon, la luz apenas entraba por la ventana debido a que era opacada por las cortinas.

Caminando a la cómoda de madera con aquél fino espejo que Takemichi le había regalado, observó su reflejo intentando darse porras, su mirada cansada se dirigió a una pequeña polaroid en la que se podía ver al lado de dos inseparables amigos de los cuáles probablemente no sabía nada.

Salió de su habitación estirandose siendo recibido por aquél gran perro que meneaba su cola con entusiasmo.

— Hola guapo. — Le saludó acuclillandose para saludar a su compañero. — Me alegra que estés bien.

Volvió a ponerse de pié esta vez siendo acompañado del animal, caminó a la habitación de su querido amigo Takemichi pero "oh gran sorpresa" hoy tampoco había llegado.

— Otra vez seremos tú y yo. — Le dijo suspirando, no se sentía realmente mal, estaba feliz de que Takemichi tuviera una vida activa de forma social, Takemichi también tenía una vida complicada. Mientras buscaba en la otra habitación se sintió abrumado al percatarse de que Koichiro tampoco estaba, probablemente se encontraría con Chifuyu y Baji o con el propio Takemichi.— Un día voy a ser capaz de cuidarlos bien.— Se dijo así mismo caminando al baño.

Su paseo por la antigua casa fue interrumpido por el timbre del teléfono de casa, fue casi corriendo a atender y nunca creyó sentirse tan bien de escuchar la voz de Hinata.

— Hola Wheaze ¿Quieres salir un rato?. — Que alguien lo invitará a salir era algo que no acostumbraba pero se sentía bien.

— sí, ah hoy es sábado pero Takemichi no está, perdón si fallé a tu...

— No importa, algún día podremos ponernos al día, pero hoy quiero pasar tiempo contigo ¿Está bien?. — Wheaze se sorprendió pero no se negó.

— Está bien niña ¿Donde quieres que nos veamos?.

Luego de acordar una hora y lugar Wheaze fue a bañarse más calmado.

El día antes de la salida fue bastante normal, incluso aburrido. Regó las plantas, tendió la ropa, hizo comida, en fin se hizo cargo de la casa. También recibió la llamada diaria de Chifuyu que le preguntaba sobre como estaba y si ya había comido.

Se sentía feliz de ser incluido por los amigos de "su hermano" los suyos parecían haberlo olvidado.

Se vistió bastante bien, no se veía desastroso como de costumbre, incluso se rasuró su pequeña barba y tal vez le robó algo de colonia a Takemichi, pero las suyas simplemente eran muy malas.

Cuándo llegó la hora tomó a su fiel compañero, no sin antes indicarle a Chifuyu y a Takemichi a donde iba a estar por medio de mensajes.

Se sentía confiado, algo que no pasaba desde hace años.

Cerró la entrada de la casa con doble paso y caminó.

Caminó saludando a la gente, Sintiéndose feliz, lo cuál le emocionaba y no tenía ni idea ¿era por que alguien quería pasar tiempo con él de forma sincera?... No es que no apreciará la compañia de Takemichi, pero aveces pensaba que era debido a que sus padres ni siquiera le preguntaron si quería que Wheaze viviera con ellos.

Cuándo llegó al encuentro ni siquiera se sentía cansado y Hina le sonreía cuál luz veraniega. Lucía un lindo vestido floreado y su cabello suelto era adornado por una corona de margaritas sintéticas.

— ¡Hey!. — Le saludó la menor llegando con él, entonces su mirada cayó directo a donde estaba el perro. — Oh...

— Ah lo siento, pero no te preocupes Rappa tiene permiso de entrar conmigo a donde sea, incluso a aviones. — Le dijo Wheaze a la chica con una tierna sonrisa y la menor se quedó en silencio un minuto.

— Wheaze pero, esos permisos son para perros guías. — Le hizo presente la chica mientras caminaba al lado del más alto.

— Rappa es una mascota de apoyo.— Soltó el moreno como si nada.

Hina se detuvo de golpe, Wheaze la volteó a ver con duda cuándo no la vió reaccionar.

— ¿pasa algo niña?.

— Wheaze, esas mascotas son para gente con trastornos. — Hina seguía analizando la situación como si no pudiera creerlo.— Estás... ¿Bien?. — La preocupación era genuina en la voz de la más joven lo cuál conmovió al mayor.

— Bueno, mi cerebro aveces no se siente bien y por eso necesito medicamentos que me ayuden a crear una especie de sustancia que te hace feliz. Hay días horribles que parecen películas de terror y otros en los que no está tan mal. Pero estoy bien, llega un punto en el que te acostumbras. — Wheaze le explicaba con una sonrisa inocente, estaba acostumbrado a explicar su situación por lo que no se sentía apenado ni nada, era algo común. Sin embargo el cálido abrazo de Emma lo hizo aflojar un poco el corazón.

Wheaze no era una persona autocompadeciente, pero que Hina lo abrazará lo hizo pensar ¿qué tan mal sonaba su estado?.

— Voy a estar bien mocosa. —Le dijo mientras acariciaba su cabeza. —¿a dónde quieres que vayamos?.

— ¿Te parece ir a almorzar al centro?. — Cuestionó Hina separándose del abrazo, secándose unas pequeñas lágrimas que habían decidido escapar.

Tal vez estaba en shock debido a que recordaba a Wheaze con aquel perro desde hace años, lo que indicaba que esto no era nada nuevo.

Caminaron por la ciudad y a Hina le alegraba ver a su amigo tan emocionado, notaba que estaba mejor vestido y no se notaba mucho esa aura melancólica que siempre traía consigo. Parecían una pareja de hermanos en la cuál Hina parecía la mayor debido a la efusividad de Wheaze que parecía un niño pequeño en un ambiente nuevo.

Al llegar al restaurante de Sushi que Hina había escogido fueron calurosamente recibidos por el personal y al tomar asiento en la barra el muy animado Wheaze que hasta ahora venía haciendo pequeñas bromas y hablando como perico junto a Hina, se quedó totalmente en silencio pues frente a él yace el fantasma de toda su adolescencia en carne y hueso.

Vestido frente a él con el uniforme del personal del restaurante, los miraba con ojos aburridos que brillaban en curiosidad.

— Imaushi. — Soltó Wheaze comprimiendo el aire en su pecho.

— La vida no te ha tratado bien amigo.

¿Por qué cuándo todo va bien pasa algo como esto?