El libro de texto yacía frente a mí, sobre es escritorio del salón, el profesor nos explicaba la tarea mientras escribía en la pizarra y podía ver a Hina a la lejanía prestando atención.
Observé la imagen de la página "Garibaldi le Magic" y un fondo rosa con un tipo misterioso de sombrero y capa negra. Algunos suspiraban aburridos y otros dormían. Yo estaba preocupado por leer el libro, siempre fui malo para los resúmenes y para prestar atención.
— Bien eso es todo. — Nos indicó el profesor, guardamos nuestras cosas y tan rápido como terminé de guardar, el sonido del timbre que nos indicaba que habíamos terminado la jornada se hizo presente.
— Takemichi ¿quieres ir por un helado?. — Preguntó Hina caminando a mi lado caminando, la tomé de la mano y aún que me veía calmado, me sentía nervioso.
- Hina... Necesito hablar contigo de algo que me está pasando. — El tono nervioso de mi voz y el hecho de que mi mano comenzará a sudar alertó a Hina.
Cuándo salimos de la institución y caminamos un buen tramo a una heladería a pedir nuestros helados, estaba totalmente decidido a hablarle. Ella pedía mientras yo la observaba. Ella es tan linda, quiero besarla.
La gente con normalidad decía que Hina le Controlaba, pero la verdad es que soy muy tímido para decidir por mí mismo y ella me conoce tan bien que no le importa hablar por mí, más que control, lo veo como un mimo. Digo, si me controlará no se preocuparía por que yo estuviera cómodo con lo que escogió para mí. Simplemente ella tenía una personalidad más demandante y yo tenía miedo de trabarme al hablar.
Escogí los asientos y nos sentamos a degustar del helados, entonces ella me miró muy sería.
— Take ¿pasa algo?.— Preguntó obviamente refiriendose a mí petición.
— Es sobre algo de lo que me enteré hace poco, Hina te amo demasiado pero... — Justo cuándo iba a sincerarme el celular en mi bolsillo comenzó a sonar. — Pero yo. — El aparato no paraba y terminé rindiendome, al ver de quién era la llamada me asusté al ver que era mamá. — Lo siento es mamá. — Ella asintió y me levanté para atender, caminé algo lejos para prestar atención a lo que mamá tenía que decirme.
— Takemichi ¿dónde estás?.— Preguntó mi progenitora, sonaba algo cansada y agitada lo cuál me preocupó.
— Estoy tomando un helado junto a Hina, cerca de la escuela. — Le dije volteando ver a Hina que peleaba con una mosca que quería robar mi helado.
— Oh perfecto, un amigo de tu papá pasará por ustedes, dile a Hina que pregunte si puede ir a almorzar a casa. — Me sorprendió que nos invitará a comer, normalmente eso pasaba en ocasiones especiales.
— Está bien... Ah ¿Mami?. — Llamé cariñosamente a mi madre, podía escuchar el sonido de un carrito de compras al fondo.
— ¿Dime, cariño?.
— ¿Estás bien?
— Ya estoy algo mayor, pero estoy perfecta, he estado algo ocupada con unas cosas de la casa, cuándo llegues hablaremos de eso. Tengo que colgar se me hace tarde. — Escuche una risita de esas que solía darme cuándo todo era pesado para ella pero fingía que todo iba de maravilla.
— Está bien... Te amo. — Le dije para recibir un "yo también te amo" y colgar. Caminé de vuelta a las sillas y le pasé el recado a Hina quién emocionada llamó a sus padres quién aceptaron, su madre rápidamente y su padre un poco a la defensiva.
Esperamos al amigo de papá y nos sorprendimos al verlo llegar con una moto con sidecar, en el asiento lateral traía consigo a un gran labrador negro con casco y lentes lo cuál se nos hizo adorable y chistoso.
— ¿Hina y Takemichi?. — Esa voz.
— ¿Wheaze?. — Hina me observó con duda al darse cuenta que ya conocía al chico, pero no le prestó importancia.
— Hola, su madre me dijo que estaban cerca, ninguno de ustedes es alérgico a los perros ¿verdad?. — El de piel trigueña se bajó de la moto y se quitó el caso para presentarse ante Hina.
— Llévame a mí en el sidecar, siento que es más seguro ir con el conductor, así que lleva a Hina contigo. — Dije recibiendo uno de los cascos de Wheaze.
Hina se sonrojó al escucharme tan decidido lo cuál admito que me gustó.
— Un hombre que cuida a su chica es un hombre de buenos principios, me agradas. — el de cabello largo ayudó a Hina a ponerse el casco, luego le ayudó a subir al sidecar y pude sentir un dulce y fresco olor a menta y frutos silvestres que venía del animal. Luego ayudó a Hina. El viaje fue un poco largo pero divertido, nos detuvimos a comprar algo para el almuerzo, un refresco y un postre, también le compró a Hina una botella de agua y a mí unos chicles que estaba viendo mucho.
Me sorprendió que no le importará gastar el dinero en nosotros, más bien parecía complacido.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Al llegar nos ayudó a bajar y también bajó al perro, papá nos esperaba mientras parecía estar metiendo unas cajas en un gran camión.
— Papá. — Llamé mientras caminaba a su dirección, dió un salto del susto y me miró nervioso.
— ¡HIJO!. — No supe si ese grito fue de emoción o de miedo.
— ¿Pasa algo señor Hanagaki?. — Preguntó Hina llegando a mí lado, Wheaze solo observó a mi padre desde la lejanía mientras alzaba los hombros y le hacia un rostro de "Te lo dije".
— Bueno, me gustaría esperar a después del almuerzo para hablar sobre eso, pero no se preocupen, no es nada grave. — Papá dejó lo que hacía y nos dió un gran y fuerte abrazo a los dos.
— ¡Voy a pasar!.— Exclamó Wheaze entrando a la casa con las bolsas de las compras.
— Mis niños están en casa, que gusto. — nos dijo luego de aplastarnos contra sus mejillas las cuáles picaban debido a que parecía haberse rasurado recién.— Vamos adnntro, mamá ya debe de haber terminado de cocinar.
Acentimos y cuándo nos dió la espalda nos miramos extrañados, papá era una persona un poco tosca y solo nos daba muestras de afecto cuándo estaba muy feliz o emocionado, él era más un hombre de palabras que de acciones ya que mamá se encargaba del afecto físico y emocional.
Ahora Hina me había tomado de la mano y caminábamos para ir a la casa. No había notado que el cielo estaba despejado y que el árbol de afuera comenzaba a dar frutos.
Una vez dentro Hina y yo nos quitamos los zapatos y los dejamos en el Genkan, a un lado de los zapatos de Wheaze y de papá. Al llegar a la sala mamá se encontraba sirviendo la comida y al verme llegar junto a Hina no pudo evitar dejar las cosas en la mesa y correr a abrazarnos.
— Te ves tan hermosa como siempre. — Le dije acariciando su largo cabello negro a la vez que ella me abrazaba más fuerte.
— Tomen asiento, sin miedo.
Sin embargo una vez todos tomamos asiento un silencio sepulcral inundó la sala. Los rostros de mamá y de papá estaban serio y Wheaze miraba su plato con nerviosismo, Hina y yo éramos los únicos que no sabíamos nada.