Oh, Luis, tengo que contarte algo.
Soy todo oídos niña –
Primero necesito que te estaciones aquí en la escuela, pero en un lugar poco visible – dije poniéndome unos lentes de sol y una gorra.
Ok – dijo estacionándose debajo de un árbol pero que dejaba ver hacia la entrada perfectamente.
Ok, esto tiene que ser un secreto entre nosotros Luis –
Soy todo oídos –
Ok ... - comencé a contarle todo lo que había pasado en Bakú y en Mónaco, contándole hasta lo de Antonio pero sin detalles obviamente, porque era parte de la problemática.
Oh niña, pero tú no tenías por qué alejarte de ellos, Carlos y Antonio debieron alejarse de ti, no tú de ellos, en verdad querías a esos chicos y ellos te querían a ti, les hiciste daño de alguna manera en alejarte de esa forma de ellos, sin dejar más que una nota diciéndoles que no te buscaran, siéndote sincero yo no te buscaría porque me lastimaste a dejarme solo así, después de que hice por ti –
Pero es que, antes de que yo llegara ellos eran muy buenos amigos, y todo por mi cambiaron, siento que fue muy egoísta de mi parte –
Pues más egoísta fue el solo desaparecer –
Ay, Luis, no sé qué hacer, yo los quiero, pero tampoco los quiero lastimar –
Deberías hablar con ellos –
No sé dónde están o si vienen a verme a mi –
Esperemos aquí, y si llegan, insisto en que hables con ellos, por favor –
Está bien Luis –
Aún faltaban 10 minutos para la primera salida oficial, y ya comenzaban a llegar muchos carros, ya fueran choferes o personas que iban por alguien a la uní.
Dio la hora de la salida y varios comenzaron a salir, y justo en la salida de autos comenzó a hacerse una bolita de gente por la cual temí, porque sabía a quién estaban viendo todas esas personas.
Vamos niña, es tu momento –
¿vas conmigo por favor? –
Si, claro, no te dejaría sola –
Gracias Luis –
Caminamos hacia la bolita y se escuchaba como la gente decía que, si se podían tomar una foto, no me integre a ella, solo me quede viendo desde fuera, aun con la gorra y los lentes aun puestos.
La bolita tardo alrededor de 1 hora en disminuir, pero cuando lo hizo quede yo a lo lejos de ellos solo viéndolos, y decidí acercarme y Luis conmigo, porque parecía mi guardaespaldas, no se me despegaba para nada.
¿Me puedo sacar una foto con ustedes? –
¿Emilia? – dijo Mick
Yo solo tenía unas ganas inmensas de llorar y pedir perdón por todo lo que les había hecho. Así que solo asentí con la cabeza.
Por dios, pero ¿Por qué te fuiste?, quítate eso por favor – dijo Max haciendo referencia a mi gorra y lentes – no sabes lo difícil que ha sido para Daniel, ya no es el mismo, y bueno no solo para Daniel, para todos.
Podemos no hablar de esto aquí – había mucha gente a nuestros alrededores solo escuchando lo que decíamos – vamos a mi casa por favor.
Y quién es el – pregunto Mick
Mi chofer, Luis - dije dejando ver a Luis que había estado atrás de mi todo este tiempo – Luis pues creo debes conocerlos ya, Max y Mick.
Hola Luis, un gusto – dijeron ambos
Mucho gusto señores –
No por favor, no nos digas señores –
Los haces sentir viejos – termine yo – aun lo recuerdo, ¿nos vamos?
Fuimos a mi camioneta y nos dispusimos a ir a mi casa, la tensión que había dentro de la camioneta se podía cortar con una navaja.
Llegando a la casa Luis se quedó conmigo porque según él no los conocía, yo sabía que era porque le había contado de que yo los había básicamente dejado y me reclamarían, pero pues creo que no son así.
Bien, ¿quieren algo para tomar? – dije yo
Un vaso de agua – dijo Max
Si a mí también por favor –
¿ya comieron? – dijo Luis
No, vamos casi llegando – dijo Mick
Niña voy por hamburguesas ¿te parece? Cualquier cosa me hablas – asentí con la cabeza y el salió para ir por la comida.
------------------------------------
Es todo por hoy
XOXO
~Ale
ESTÁS LEYENDO
Que sea secreto
Teen FictionHola soy Emilia Alonso Morselli, hija de Fernando Alonso y Linda Morselli. Durante 18 años estuve en el anonimato, pero cuando decidí entrar a la universidad a estudiar comercio internacional y adunas eso cambio.