san juu ichi

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Taeyong estaba parado en medio de la sala de ensayo, la música sonando y sus compañeros viendo atentos y alegres a la espera de sus movimientos.

En la esquina derecha, cerca de la puerta, se encontraban sentados Jimin y Yuta, alentando al menor.

Taeyong tenía mucha vergüenza.

Porque su Hyung estaba por ver lo que había aprendido.

La parte de la cancion que debía bailar era sumamente dificil.

Pero tenía que salir bien.

"Vamos, Taeyong. 5, 6, 7, 8..."

El menor cambió de actitud completamente.

Sus pasos eran marcados y seguros, y aunque se equivocó en un paso, supo como hacer que pasara desapercibido.

Yuta miraba fijamente, nunca había visto a Taeyong tan serio y con aquella aura tan madura para un menor de edad.

Además, aunque carecía de técnica profesional aún, bailaba de maravilla.

Cuando terminó, volvió a ser el chico tímido de siempre y sonrió ante los aplausos espontáneos.

Se despidieron de Jeno y Jaemin después de terminada la clase.

Camino a casa, se fueron lentamente por la acera... Tomados de la mano.

"No sabía que bailabas tan bien, felicitaciones."

"No lo hago tan bien aún, me temblaban las piernas."

"¡Mentira! Eres increible. Juro que te salió muy bien."

"¿Lo juras? ¿De verdad, de verdad?!"

"Por supuesto, Taeyongie."

Yuta detuvo a Taeyong sólo para acercarse y juntar sus labios rápidamente.

"No sabes lo orgulloso que estoy de ti. Eres el pingüino más valiente de nuestra pequeña 'colonia'."

Taeyong imitó el andar de los pingüinos y ambos caminaron soltando carcajadas. Yuta notó que Taeyong seguía siendo un niño pequeño cuando jugó a no pisar las líneas del camino.

De todas formas, le siguió el juego.

Porque estaba jodidamente enamorado de su manera de ser.

Pasitos de Pingüino ☆ YuTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora