Pasitos de Pingüino ☆ YuTae

ni juu san

Taeyong tenía oficialmente 16 años.

Llevaba un helado de chocolate en su mano, Yuta caminaba junto a él.

El mayor había decidido guardar algo de distancia con el de cabellos negros. No quería que el otro tuviera una especie de recaída a su trauma. Se suponía que hoy debía pasarlo bien por ser su cumpleaños.

Taeyong había elegido ver una película en cuanto llegaron al centro comercial, por ello ahora estaban paseando por ahí sin ninguna prisa.

Estuvieron todo el día juntos, riéndose de cosas triviales hasta que llegó el momento de volver a casa porque ya empezaba a hacer frío.

Yuta le había puesto su chaqueta en los hombros a Taeyong, gesto que había sido respondido con una tímida sonrisa del otro.

En su hogar se escuchaban gritos, una discusión monumental. Yuta le dijo a Taeyong que lo esperara un poco más alejado para que no pudiera oír.

Los padres de Taeyong estaban peleando.

Se entendía que la madre de Taeyong le estaba preguntando a ese hombre qué se le había pasado por la cabeza al hacerle eso a una criatura tan inocente. Yuta sintió ganas de vomitar cuando escuchó que había pasado más de una vez.

Miró al menor y todo su enojo se centró en aquel hombre.

Entró a la casa sólo para pasar al cuarto del menor e ir a buscar la mochila que su madre le había preparado con anterioridad.

Luego, se dirigieron a la casa de Yuta donde le esperaban para pasar la noche y a la mañana siguiente viajarían todos a una de las propiedades de los Nakamoto.