Pasitos de Pingüino ☆ YuTae

san juu ni

Había pasado poco desde el cumpleaños de Yuta.

A penas unos cuantos días.

Y la última nevada de invierno se hacía presente para dar paso a la primavera de los siguientes meses.

Taeyong nunca había salido a la nieve antes, porque no tenía con quien hacerlo.

Siempre había visto a los demás niños de su vecindario jugando desde su ventana.

Porque él no podía salir a jugar con ellos.

Pero ahora, Yuta había insistido desde temprano, antes de que amaneciera, para que Taeyong se abrigara y saliera con él a ver como caía la nieve afuera.

Los copos caían lentos sobre la ropa de Hoseok, mojándola levemente. También caían copos sobre su rostro, especialmente en su nariz, haciendo que el menor estornudara.

Yuta notó que Taeyong estaba feliz, porque aquella linda sonrisa nunca abandonó su rostro.

Taeyong abrió la boquita mirando al cielo, esperando que uno de los copos cayera allí.

Pero su lengua se congeló al suave contacto con algunos.

Yuta río.

El menor se acercó a Yuta, consciente de que tenía los labios helados, y le dio un beso en la mejilla.

Su pequeña venganza resultó, porque el mayor se encogió de frío por el besito de Taeyong.

Ambos entraron otra vez a casa, tendrían un resfrío asegurado ¿Pero qué importaba?

Les gustaría recordar que la primera nevada de Taeyong la habían vivido juntos.