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—No te preocupes en un rato empieza el turno de camila, así que iré con ella— Le sonrío, él asiente y dice.

—Ten la llave, tengo otra— Dice mientras me da unas llaves.

—Gracias — Le sonrío y prosigue a cambiarse e irse con Edgar.

Yo por mi parte me quedo sola, no quiero salir de aquí.

Camino a la habitación donde Dave tenía los dibujos sobre mí, y busco unas hojas y lápiz, quiero dibujar a Dave..

Recuerdo cada parte de él a detalle, su cabello castaño que en ocasiones parece rubio el cual mayormente está revuelto, y sus ojos color avellana claro, su mandíbula la cual es perfecta ante mis ojos, su sonrisa me encanta encanta sonríe y se le hace unos hoyuelos, sus labios no muy carnosos pero apetitosos.

Decido dibujarlo y hago unas líneas poco visibles para luego remarcar, por si me equivoco puedo borrarlo fácilmente. 


Dave

Me gusta verla hablar y la manera en la que mueve las manos al decir algo, o la manera en la que exagera algunos gestos, es como en mis sueños, me encanta que podamos estar cómodos el uno con el otro, en ningún momento sentimos el ambiente raro.

Me gustaría saber más de ella y sus problemas ya que hoy estaba un poco alterada, no se que sucedió entre ella y su hermano o con su padre pero eso le afecta.

Noto que Edgar me está diciendo algo.

—¿Qué?— Le preguntó sin comprender.

—Aug, últimamente no me escuchas, me siento ofendido, te pregunte ¿si vas a casa conmigo o te quedas en tu departamento?— Repite, algo molesto.

—Voy a mi departamento, sabes que papá todavía está algo alterado porque me fui— Hago una mueca recordando nuestra pelea. 

—De acuerdo, te llevo a tu departamento— Dice poniendo en marcha el vehículo.

—Sabes que esto no fue por rebeldía, si no para que papá deje de estar pendiente de mi vida, se que no lo hace con malas intenciones pero me agota—Le explico.

—Lo sé, tranquilo no te juzgo— Me da una sonrisa tranquilizadora. 

Al cabo de un rato llegamos a mi departamento, bajo las cosas del auto y me despido de mi hermano, al entrar veo a Camila la Recepcionista, camino con las cosas hasta el ascensor.

Suspiro con cansancio, odio hacer compras, por suerte no compré muchas cosas.

Entro a mi departamento y veo que no hay movimiento así que supongo que Sofie se habrá ido pensar eso me causa tristeza, trato de ignorar ese sentimiento, ahora tengo mucha hambre y no almorzamos nada.

Camino hasta mi habitación y noto que la puerta de al lado está abierta, acerco mi cabeza y veo a Sofie dormida en el escritorio. Sonrió al saber que está aquí y me acerco despacio. 

—Sofie— La llamó despacio para no asustarla.

Me colocó de cuclillas para estar a su altura, se ve tan pacífica durmiendo, recuerdo cuando hablaba hoy alegremente, se que acabo de conocerla pero me siento feliz al haberla conocido.

Recuerdo cuando soñaba con ella, pensaba que era imposible que ella fuera real pero ahora me doy cuenta de que si existe.

—Sofie, despierta— Apoyo mi mano en su brazo y la muevo un poco para que despierte.

Noto como frunce el ceño, se ve tan linda.

—Sofie van a ser las 3 de la tarde, ¿comiste algo?— Le preguntó, ella niega con la cabeza sin abrir los ojos—Está bien despiértate así vamos a comer algo— digo levantándome.

El chico de mis sueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora