𝟏𝟒: 𝐄𝐥 𝐜𝐚𝐩𝐢𝐭á𝐧.

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"Hola...

En realidad no sé aún como dirigirme a ti, puesto que nuestro inicio no fue del todo bueno, y nuestro desenlace no definió nada.

Espero todos estén bien en la isla.

Antes de comenzar me gustaría disculparme por haberte maltratado aquella vez que te encontramos cerca del muro María, ese día no fue fácil para nadie.

Zeke me mantiene al tanto de tu situación, dice que estás dispuesta a cooperar. Me alegro por ello. Sé que muchas personas se opondrán al plan que hemos armado, pero es lo justo para la humanidad... para todos. Los titanes deben desaparecer, de una forma u otra.

Mi intención siempre ha sido proteger a los míos, a Mikasa, a Armin, incluso al capitán Levi —que espero no te esté dando muchos problemas— y por esa razón me alegra que lo comprendas. Sé que ni tu padre ni tu madre están ya contigo, pero apuesto a que también darías todo por protegerles.

Ahora que conoces la importancia de tu participación en este plan, te lo revelaré a detalle: el problema siempre hemos sido los Eldianos, la maldición de Ymir nos ha hecho blanco de escarnio y burla; así que arrancaremos el problema de raíz. El plan de eutanasia nos librará de concebir hijos, asegurando la extinción de nuestra especie, y por ende la seguridad de la humanidad. Podrán vivir el resto de sus días en paz, dentro de la isla, para morir sabiendo que el mundo es un mejor lugar.

Como todo plan, siempre es bueno tener un respaldo, y eso eres tú Maerion. Levi lleva más tiempo del que quisiera admitir cazando a Zeke, y sé que tarde o temprano lo conseguirá. Pero si te ganas su confianza, si logra bajar la guardia, jamás sospechará de ti, y el plan se consumara.

Espero no te siente mal esta lluvia de información.

Cuídate, Maerion.

Y por favor, cuídalos a ellos también.

E.J."


Por increíble que pareciera, aquella carta había aterrizado en mi habitación a no más de tres días de haber llegado al cuartel. El corazón latía frenético a causa del temor de que alguien hubiese leído su contenido.
Pensé en un lugar para esconderla y en mi desesperación vacíe la maleta ya rota de la manija. Tomando unas tijeras del baño rasgué el fondo y traté de meter en ella la carta de Zeke junto con la que apretaba en mis manos, de forma que pasaran desapercibidas si por alguna razón la maleta fuese abierta de nuevo.
La metí en el compartimento superior del armario y sobre ella lancé algunas toallas y prendas.

Me senté sobre la cama y tomé con fuerza las sábanas, pensé que una vez los problemas me encontraron, parecían no querer irse de mi lado.
Si bien la legión no estuvo enterada de la presencia de Zeke en la mansión Azumabito, el hecho de que Eren, quien desapareció justo antes de nuestro regreso, estuviera mandándome cartas con información y detalles tan delicados, me hacía querer esconderme bajo tierra.

Jamás fui buena mintiendo. Mi cara era transparente cual cristal, y saber todo esto, solo provocaría actitudes que levantarán más de una sospecha.

Maldita la hora en que Eren escribió aquello.

No sabía lo que implicaba la revelación de esa información a la legión, pero estoy segura que me condenarían por traición, y terminaría colgada o ejecutada en menos de lo que canta un gallo.

Mi estómago estaba revuelto. Conocía el significado de la eutanasia, y muy a mi pesar, no estaba de acuerdo con ese plan del que me habían obligado a formar parte.

 𝙋𝘼𝙍𝘼𝘿𝙄𝙎𝙀  ▬▬  𝘓𝘦𝘷𝘪 𝘈𝘤𝘬𝘦𝘳𝘮𝘢𝘯.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora