𝟎𝟓: 𝐈𝐠𝐮𝐚𝐥𝐞𝐬.

1.5K 228 54
                                    






—No sé lo que hayas dicho, pero seguro te espera una gran reprimenda del capitán. —Maerion abrió sus ojos como platos solo de escuchar las indiferentes palabras que Eren le dirigía sin dignarse a verla a los ojos. Su actitud despectiva comenzaba a fastidiarla, a pesar de haber sido tratada de peores formas por mucho más tiempo del que llevaba en Paradis.

—Vamos, Eren. Aún necesitas guardar reposo. —la azabache que no se despegaba de él ni un segundo lo tomó por el brazo y lo obligó a caminar tras de ella. Armin torció su boca hasta que un amargo puchero se posó sobre sus labios.

—No entiendo su actitud, pero últimamente ha estado experimentando muchos cambios. Lo entiendo, no debe ser nada fácil cargar con el peso que su padre le dejó. —Maerion atinó a asentir y regalarle una tímida sonrisa al rubio que estaba de pie frente a ella — ¿Qué es lo que hiciste para meterte en problemas con el capitán? —preguntó mirando el cielo nocturno.

—Nacer, al parecer. — Armin la miró sorprendido y comenzó a reír livianamente, negando con la cabeza —. Estaba hablando sobre lo que solía hacer antes de ser enviada aquí. Era científica... un tipo extraño de científica investigadora. De igual forma mi trabajo iba a terminar tarde o temprano, los Marleyanos comenzaban a perder interés en la ciencia de los titanes.

—¿Ci-ciencia de los titanes? —espetó con incredulidad.

—Sí. Aunque ese no era mi fuerte. El señor Wyatt cometió el error de hablarme de un tema que se volvió mi obsesión. Él se encargaba de los titanes, y yo de los Ackerman. —el rostro del rubio se desencajó al escuchar aquel apellido, mientras Maerion se apenó, pensando que había revelado información muy delicada.

—¿Quieres decir que Mikasa no es la última de su tipo?

—En realidad, hasta donde tengo conocimiento sí lo es. En Marley no quedó nadie de ellos vivo. Les dieron caza como aquí aniquilaron a los titanes. Es sorprendente que ella siga viva.

—¿Por qué lo dices? —sus ojos azules reflejaron la más pura preocupación por su amiga.

—La familia real los consideraba una amenaza, después de haberlos utilizado como sus más fieles guardianes. Se sintieron amenazados por su fuerza y poder, y temieron que el terror que Eldia infundía en el resto del mundo también influyera en ellos y decidieran traicionarlos. No esperaron a nada y los masacraron, quedando muy pocos en el mundo, hasta que su extinción fue casi inminente. —pensó que Armin reaccionaría ante la gravedad de la historia de aquel clan, pero frunció su ceño en confusión cuando le vio agachar la cabeza apenado.

—¿No deberías estar con Hange? —resonó una suave, pero grave voz detrás de ellos, provocando que Maerion se diera bofetadas mentales por no tener más cuidado con lo que decía.

—S-si, capitán. —Armin se levantó de un solo salto y haciendo un saludo, llevando su mano a su pecho, siguió su camino con preocupación.

—Tú, a tu celda. Ahora. —No fue capaz de levantar la mirada en todo el camino, solo sentía la fuerte presencia del capitán a sus espaldas, dando pasos a unos cuantos metros de ella, custodiando que obedeciera su orden y caminara sin desvíos a la insoportable jaula donde la tenían presa.
Se detuvo unos pasos antes de llegar, para que el capitán pudiera abrir la puerta y le cediera el paso, pero antes de hacerlo, se atrevió a mirarlo para cuestionarle acerca de su situación.
Unos ojos sin expresión, ni atisbo de vida se encontraban fijos en la más baja.

—¿Hasta cuándo...

—Mañana lo sabrás. —la interrumpió antes de si quiera poder terminar su pregunta. Sintiendo la ferocidad de su mirada, dirigió su vista a la cama posicionada en la esquina y alzó sus manos para dejarlas así frente al capitán.
Él frunció su entrecejo, y miró con atención las manos aún amoratadas de la que el llamaba intrusa.

 𝙋𝘼𝙍𝘼𝘿𝙄𝙎𝙀  ▬▬  𝘓𝘦𝘷𝘪 𝘈𝘤𝘬𝘦𝘳𝘮𝘢𝘯.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora