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El mundo siempre parece estar en constante competencia. Las personas corren sin detenerse a observar las cosas bellas que la vida tiene para ellos.

Viven pensando en el futuro y en lo que éste traerá para ellos, ignorando el presente y lo que tienen actualmente. No se dan cuenta de lo poderosa y hermosa que es su actualidad hasta que echan un vistazo en retrospectiva y se dan cuenta que aquello con lo que tanto soñaron, aquello que parecía poder ser la salvación de su caos interno, no resultó ser así y que más bien la respuesta se hallaba en algo que ahora ya no está. Es ahí cuando la frase "uno no sabe lo que tiene hasta que lo ve perdido" cobra sentido y se incrusta en cada pensamiento.

Minho no era parte de aquella población puesto que él jamás había tenido nada. Vivía el presente porque prefería olvidar el pasado y el futuro le aterraba.

Realmente no sabe porque sigue vivo, no tiene una motivación en la vida que le invite a levantar cada mañana. A decir verdad, nunca se ha sentido vivo realmente. Es aquel sentimiento de estar viviendo dentro de un cascarón, manejando a una máquina que sólo obedece lo que ya es monótono para ella pues ha estado haciendolo por años. Es ese sentimiento de querer poder ser capaz de quitar aquella máscara, romper aquel cascarón y gritar. Gritar tan fuerte que duela pero que libere todo lo que ha estado guardando durante todos estos años.

Su vida no es fácil, jamás lo fue realmente, pero ahora parece ser más axficiante que antes, tanto que algún día podría terminar contándole todo el aire. Y no sabe si eso es algo malo o bueno.

Muchas veces trató de buscar algo que le resultara emocionante, que le hiciera sentir vivo y expectante por el mañana, pero jamás lo encontró así que se rindió. Ahora sólo está sobreviviendo. Vive por vivir.

Minho realmente es una bomba de tiempo, soportando todo ese peso solo durante todos estos años, guardando tanto dentro de sí sin saber cómo canalizarlo, sin poder compartirlo y desahogarse. Cargando todo sobre sus débiles hombros que algún día podrían doblarse y desmoronar su espíritu.

Esta noche el viento sopla gentilmente arrastrando sus suspiros con él. Minho caminaba tranquilamente bajo la luz de la luna mientras dejaba que sus pensamientos corrieran libremente. Era peligroso hacerlo ya que ellos siempre iban hacia la parte negativa de sus recuerdos y miedos orillandolo a un dolor que no podía llegar a soportar por más tiempo.

-¡Hey Lee!- un fuerte grito a sus espaldas le hizo detenerse, trayendolo a la realidad nuevamente. Dió una pequeña sonrisa pues sabía de quién se trataba. Giró y entonces vió a Changbin corriendo hacia él- Caminas demasiado rápido, vengo corriendo tras de ti desde hace más de dos calles.- habló el bajito al llegar a su lado mientras recuperaba la respiración.

-Lo siento no te ví, sabes que te hubiera esperado.

-Lo sé Minho, solo quería molestar.

Changbin es el único amigo de Minho. Con quién realmente puede acudir cuando está a punto de desmoronarse. Y lo había hecho tantas veces que incluso se sentía no merecedor de aquel apoyo.

Caminaron en silencio, casi siempre era así. Changbin respetaba el espacio de Minho pues sabía por todo lo que había pasado así que se acostumbró a simplemente mantenerse a su lado, sirviendo de apoyo cuando le necesitara, cobijando su espalda, secando sus lágrimas y curando sus heridas.

Ahora mismo se dirigían hacia su trabajo en la fábrica de textiles. Minho trabaja en una mina 10 horas y al salir tiene que dirigirse hacia aquella fábrica donde se quedaba por otras 6 horas más; por su parte Changbin solo trabaja en la fábrica de los textiles por un lapso de 17 horas seguidas.

Y es que ambos no se podían dar el lujo de tener un solo trabajo. Vivían en lo más bajo del pueblo donde incluso para conseguir algo de alimento debían matarse trabajando y así obtener un poco de monedas y sobrevivir.
Afortunadamente, se tenían el uno al otro gracias a que se conocieron cuando aún eran niños, hace ya muchos años. Y aunque al inicio Minho tenía miedo de Changbin, con el tiempo comenzó a conocerlo y a su gran corazón, descubriendo así que eran un tanto parecidos. Ambos habían sido golpeados fuertemente por la vida, a diferencia que Changbin se mantenía optimista casi todo el tiempo.

-¿Me escuchaste?- la voz de Changbin rompió la burbuja de recuerdos de Minho- No lo hiciste... ¿en qué tanto piensas? siempre estás en otro lado menos aquí.

-Lo siento, ¿qué decías?- replicó Minho.

-Te decía que ya nos acercamos al día ¿a dónde irás ahora?

Minho suspiró. Realmente no lo había pensado. Sabía que tenía que irse lejos pero su cuerpo se sentía muy agotado como para emprender un viaje muy largo. Simplemente no se sentía en las condiciones.

-No sé, tal vez lo pase en el bosque nuevamente.- contestó Minho después de unos segundos en silencio.

-Sabes que tengo la granja de mis abuelos como a un kilómetro de aquí. Sé que siempre te lo digo y tú no aceptas pero no está de más recordarte que puedes ir cuando quieras, está deshabitada así que no hay ningún problema.

-Gracias Changbin, siempre lo
lo tengo en cuenta.- dijo mientras sonreía. Por esto es que solo podía considerar a Changbin su único amigo, él sabía relativamente todo de Minho y Minho de él.

El trayecto era tranquilo y aunque si bien Minho no odiaba la compañía, prefería estar solo, así podía perderse en sus pensamientos y desgracias; quejarse de la vida y admirarla al mismo tiempo. Sin embargo, le gustaba demasiado sentir la comodidad y calidez que emanaba Changbin.

Sin darse cuenta, habían llegado nuevamente al trabajo y aquella nube que se había formado alrededor de ellos, donde parecía que todo estaba bien, se esfumó en un instante, dejándolos caer de golpe en la realidad. En su dura y triste realidad.

Minho se despidió de Changbin, diciendo que lo vería por la casa, sabiendo que no siempre era así, eran adultos y cada quien tenía una vida propia.

Sin más que hacer o decir se separaron, Minho se dirigió a su puesto, con los ánimos cada vez más desgastados y las ganas de vivir escasas. Mirando el cielo a través de la ventana por momentos y pidiéndole a la luna que le permitiera sentirse libre y feliz algún día.
Deseando poder encontrar aquella chispa que hiciera funcionar su corazón de nuevo y que con ello, encontrara una razón por la que levantarse cada día.

Esperaba que fuera rápido puesto que se estaba rindiendo.

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𝐻𝑜𝑚𝑏𝑟𝑒 𝑙𝑜𝑏𝑜 ~ 𝑀𝑖𝑛𝑠𝑢𝑛𝑔 🍁Donde viven las historias. Descúbrelo ahora