Después de no saber que responder ante la propuesta de su nuevo trabajo, y aprovechando que no tenía que regresar a la fábrica hasta el día siguiente, Minho caminó hacia la casa de Changbin con intención de poder ordenar su mente.
Al llegar, dudó sobre si era correcto tocar a la puerta, pero terminó haciéndolo sin pensar realmente.
Unos minutos pasaron antes de que se escuchara la voz de una mujer gritar "Ya voy" desde adentro.-Oh, hola Minho- habló la mujer con un bebé en brazos al abrir la puerta.
-Hola Eun-Mi, mmm ¿estará Changbin?- preguntó Minho un tanto cohibido; Eunmi, la esposa de Changbin desde hace ya seis años, era muy amable y dulce, pero aún así se sentía intimidado a su lado. Tal vez era porque parecía irradiar luz y felicidad y aquello aterraba su ser opacado y consumido por la oscuridad.
-Fue por un poco de leña, no creo que tarde demasiado. Pasa, puedes esperarlo dentro- la mujer se hizo a un lado y Minho hizo una reverencia antes de entrar. El lugar no era lujoso ni grande pero se sentía cálido, como un hogar- Yo iré al mercado a comprar cosas para la comida, espero que no demore mucho en regresar. Si quieres te puedo ofrecer un poco de sopa que tenemos.- sonrió cálidamente.
-No, muchas gracias- hizo una reverencia nuevamente y Eunmi río enternecida- si quieres puedo esperarlo afuera, no quiero molestar.
-No molestas Minho- Eun habló mientras limpiaba el rostro del pequeño Kyo, el hijo más grande de Changbin con cinco años- en ese caso, cuidarás la casa para que no se quede completamente sola.
Minho río y entendió el punto de Eunmi, en esos momentos agradecía que Changbin se haya encontrado a una chica tan dulce como ella, que le hiciera feliz. Se lo merecía.
-Bueno Minho, te dejo. No sé si tardaré demasiado pero si te vas antes de que regrese quiero decirte que me dio gusto verte.- le sonrió mientras cargaba a su bebé y tomaba a Kyo de la mano- Te ves bien, espero que te esté llendo bien; sabes que cualquier cosa aquí estamos para ayudarte, aunque sea con lo poco que tenemos.
-Gracias, lo digo enserio.
Eunmi sonrió, le pidió a sus hijos despedirse y cuando lo hicieron salió de la casa. Minho sabía que Eun no estaba enterada sobre su condición, a sus ojos era otra persona que la vida y la pobreza habia golpeado con dureza. Su corazón era tan noble como el de Changbin, definitivamente era hermoso ver su amor.
Minho se quedó en silencio observando la casa de arriba a abajo. La decoración no era nada del otro mundo. Paredes sin color y techo bajo, piso de asfalto y puertas de tela, excepción de la principal que era de madera. Pero era su casa.
Los minutos pasaron y finalmente la puerta se abrió dejando ver a Changbin cargando una gran cantidad de troncos y ramas. Parecía ir tan concentrado en no tirarlos ni chocar con nada que no notó a Minho, así que cuando éste carraspeo su garganta, el bajito pegó un salto.
-Mierda Minho, no vuelvas a hacer esto, estaba a punto de reventarte éste pedazo de leña en la cabeza- Changbin señaló el tronco en su mano y luego lo lanzo a la chimenea para encenderla- ¿Qué te trae por acá?
-Yo...- quería mentir y decirle algo como "pase por acá enfrente y me acordé de ti" pero sabe que Changbin lo conoce demasiado bien y no le creerá, así que decidió sincerarse y pedirle ayuda, una vez más- quería tu opinión en algo que me propusieron y no sé que hacer.
-Algo sobre...- Changbin dudó, podía notarse en su cara la preocupación de que Minho pudiera correr peligro.
-Me ofrecieron trabajo en una casa grande- fue directo al grano- Ayer fuí a hacer una entrega a esa casa y descubrí que los que ahí viven eran los antiguos dueños de la fábrica en que trabajo... el punto es que cuando salí la señorita que me atendió mencionó que la señora me ofrecía el puesto de costurero. Me comentó que lo pensara pero que no hiciera esperar tanto a la señora Han porque podría arrepentirse y ahora no sé que hacer.
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𝐻𝑜𝑚𝑏𝑟𝑒 𝑙𝑜𝑏𝑜 ~ 𝑀𝑖𝑛𝑠𝑢𝑛𝑔 🍁
Werewolf"Y ahí estaba de nuevo. Con su postura encorvada, sus grandes colmillos, sus orejas picudas, su respiración de bestia, su pelaje asqueroso, sus garras afiladas, sus ojos brillantes y su hambre insaciable. Su sed de sangre. Aquella noche, era luna l...